SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Para empezar, la sucursal en China del Instituto Internacional de Ciencias de la Vida (ILSI, sus siglas en inglés), creado por un directivo de Coca-Cola, se encuentra en el mismo edificio donde funciona el Centro Chino de Prevención y Control de Enfermedades, un organismo dependiente del Ministerio de Sanidad del gigante asiático, destaca la investigadora Susan Greenhalgh.
El trabajo sobre la estrategia de Coca-Cola para hacer frente a la caída de las ventas de su icónico refresco en los países occidentales ha sido publicado por esta profesora del Centro Fairbank de Investigación de Estudios Chinos de la Universidad de Harvard en la revista científica BMJ, donde se lee que “el gigante de los refrescos buscó asegurar las ventas y construir su imagen en China”.
Desde 2001, cuando comenzó en EE UU la lucha para que los estadounidenses combatan la epidemia de obesidad, la industria de los refrescos se puso a la defensiva y su receta en China se basó “en algo más que cultivar relaciones políticas y la localización estratégica de productos y marketing”, destaca el estudio en su introducción.
“A través de una compleja red de enlaces institucionales, financieros y personales, Coke ha podido influir en las políticas de salud de China. La compañía se ha movido hábilmente hacia una posición de poder detrás de escena que garantiza que la política del gobierno para combatir la creciente epidemia de obesidad no socave sus intereses”, prosigue.
En 42,3% de los adultos chinos tenían sobrepeso o eran obesos el año 2011 (20,5% en 1991), por lo que había que lograr que cualquier medida de salud adoptada por el Gobierno de Pekín contra esta "creciente epidemia" de la obesidad no minara los intereses económicos de la multinacional.
Aunque la experta reconoce que el impacto que tiene la política oficial de las autoridades chinas sobre obesidad no puede medirse de manera precisa, señala que está perfectamente alineada con el interés de la multinacional por vincular su bebida azucarada con la actividad física, en vez de promocionar restricciones dietéticas.
Entonces, el objetivo de la sucursal en China del Instituto Internacional de Ciencias de la Vida (ILSI) fue "tender puentes" con el Gobierno chino, las instituciones académicas y la industria “para ofrecer las últimas informaciones científicas e influir en las políticas sanitarias, nutricionales o de seguridad alimentaria”, añadió la investigadora.
Greenhalgh observó que entre 1999 y 2015 los trabajos de ILSI-China sobre la obesidad se centraron cada vez más en destacar la importancia de la actividad física para atajar la obesidad, frente a recomendaciones de entidades como la Organización Mundial de la Salud (OMS), que propone, por ejemplo, subir impuestos para las bebidas azucaradas o restricciones en la publicidad dirigida a menores.
"Al poner sus enormes recursos detrás de solo un aspecto de la ciencia y en ausencia de otros agentes con suficientes medios para proponer soluciones más equilibradas, que incluyan la regulación de la industria alimentaria, la compañía ha convertido China en un lugar seguro para Coca-Cola", arguye la experta.
Centrarse en la actividad física y no en la nutrición
El enfoque de ILSI-China en la actividad física “comenzó a ensombrecer la nutrición”, asegura el estudio y detalla que “entre 2004 y 2009 un tercio de las actividades de obesidad patrocinadas o copatrocinadas por ILSI-China se centraron en la actividad física”.
“Entre 2010 y 2015, la proporción aumentó a casi dos tercios, mientras que las actividades de obesidad centradas en la nutrición se redujeron a alrededor de uno de cada cinco", añade.
Los enfoques nutricionales, como la promoción de alimentos saludables, las pautas dietéticas y la educación nutricional permanecieron en los libros, incluidos en los planes nacionales para la prevención de enfermedades crónicas, "pero a pesar de algunos fondos corporativos, carecían de visibilidad y apoyo gubernamental activo”, se destaca en la investigación estadounidense sobre una empresa estadounidense.