SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La gestión de la menstruación es una posibilidad que no está al alcance de todas las personas, por lo que, al conmemorarse el próximo 28 de mayo el Día Mundial de la Salud Menstrual, sería una oportunidad no solo de hablar sobre el tema sino también sobre los problemas generados por la falta de educación y la importancia que tiene en la vida de quienes atraviesan su ciclo menstrual.
En efecto, la pobreza menstrual puede ser entendida como la falta de acceso a productos sanitarios, educación sobre salud menstrual, e infraestructura para gestión de los desechos.
De acuerdo a cifras recabadas por Plan International, en la región de América Latina y el Caribe el costo promedio de un paquete de toallas higiénicas de 10 unidades es de USD 1,87.
Este insumo sanitario equipara en precio a otros productos alimenticios como víveres y enlatados, lo cual coloca a niñas, adolescentes y jóvenes mujeres, especialmente cuando se encuentran en condiciones de vulnerabilidad, en el dilema de escoger entre comprar alimentos o adquirir toallas sanitarias, según un comunicado.
La espcialista en Educación, Bienestar y Género de Plan International para América Latina y El Caribe, Janaina Hirata, explica que la pobreza menstrual es una derivación de la pobreza económica y de la falta de perspectiva sobre la importancia de los insumos para la gestión de la menstruación como productos de primera necesidad.
“Las desigualdades sociales que existen en la región provocan que muchas niñas y adolescentes, que no cuentan con los recursos necesarios, gestionen su menstruación con métodos no adecuados o no puedan gestionarla, lo cual puede derivar en un impacto negativo en su confianza, desarrollo y participación en la toma de decisiones”, señaló.
Dijo que esto se corrobora en el estudio de la marca Always, realizado en Brasil, el cual reveló que la falta de recursos para la gestión menstrual perjudicó la confianza del 51% de las encuestadas. Además, provocó que 37% de ellas se sienta avergonzada.