MIAMI, Florida, EEUU.- La comunicación del Consulado General de la República Dominicana con la comunidad nacional en Miami ha entrado en un limbo a raíz de la designación del cónsul Jacobo Fernández que, hasta ahora, no ha realizado una interacción de calidad con los miembros de la amplia comunidad que reside en el estado de la Florida, incluidos los periodistas del país que sienten que son tratados como si fueran "un peligro para la sede diplomática".
Desde que llegó a hacerse cargo de la legación, designado por el presidente Luis Abinader mediante el Decreto número 354-20, Jacobo Eugenio Fernández, de quien todos dicen es “una gran persona”, este medio realizó hasta ahora infructuosos esfuerzos por lograr una entrevista.
Hasta el momento no se ha podido materializar un contacto profesional con este funcionario público para abordar aspectos de interés relevante para los más de 200 mil dominicanos que residen en la Florida.
Otros medios locales también han tratado con la misma suerte ser recibidos por el cónsul, efectuando las deligencias de rigor a través de una vicecónsul que siempre ha estado en disposición de ayudar, pero al parecer la agenda de su jefe le impide a este conversar directamente con la prensa de esta localidad estadounidense.
“Es una situación que contrasta con la política de comunicación que el presidente Luis Abinader prioriza y, además, no es lo que esperamos, dado que ha dicho en innumerables oportunidades que la diáspora es importante para él”, según refieren periodistas de varios medios locales.
En un encuentro fortuito fuera del Consulado con quien suscribe, el cónsul fue personalmente informado sobre la necesidad de tal entrevista, y al respecto nos sugirió gestionarla a través de su ayudante, Felipe Peña.
Se le requerió entonces, como a otros tantos funcionarios, que proporcionara el número del celular del señor Peña (el que paga el Estado dominicano) y ripostó que, “por razones de seguridad", el Ministerio de Relaciones Exteriores le impedía proporcionarlo, como si ello pudiera entrañar algún peligro para la nación dominicana.
“Usted me llama, pero al (305) 358-3220 central del Consulado extensión 1440”, añadió. Nunca ha contestado alguien desde hace un mes tras el encuentro fortuito fuera de la sede dominicana.
Cabe además citar que en medio de la pandemia, que pudiera ser en algún momento una dificultad para cualquier encuentro físico, el cónsul Jacobo Fernández ha concedido entrevistas presenciales, pero a medios tales como CNN en Atlanta (31 de octubre). También estuvo reunido en Georgia con una empresaria dominicana y productora de televisión. Pero nada con quienes representan a los medios en Miami, su jurisdicción.
Recientemente el cónsul también visitó Orlando, donde se encuentra la periodista Geidhy de la Cruz, quien representa a medios de relevancia tales como Telesistema canal 11, MegaTV, Diáspora Dominicana y otros. Ella no se enteró ni por “casualidad” de tal visita que pareció fue de alguien del “servicio secreto”.
En los casi ocho meses de gestión de Fernández apenas se ha recibido en este medio un único comunicado oficial sobre la institución y sus trabajos, los que deben ser de interés general para la población dominicana aquí, aunque generalmente se publiquen en las redes sociales.
Se desconoce quién es el o la directora de comunicaciones del Consulado, un puesto vital que al parecer está acéfalo. Medios relevantes en Miami han debido recurrir y valerse de quien suscribe para obtener informaciones de interés para la comunidad dominicana aquí, lo que debería ser comunicado de manera oficial por la instancia diplomática.
Un maleficio
Este trato es como si de un “maleficio de Trujillo” se tratara, considerando la localización de la sede diplomática en un viejo edificio, una casona que fue propiedad del dictador desde el año 1930 y que contrasta con la elegancia arquitectónica del Distrito Financiero de Miami en Brickell.
Los dominicanos de la Florida han tenido quizás un poco de "mala suerte" en este sentido y de unos años para acá. Sin entrar en muchos detalles, varios de los nombrados por el Poder Ejecutivo para ejercer el cargo cuyo titular lo que más debería tener es “contacto con la comunidad”, esto es lo menos que se ha experimentado.
Aunque la pandemia de la COVID-19 obliga a mantener rigurosidad y evitar los encuentros físicos como medida de prevención, no es menos cierto que en ocho meses de gestión en algún momento se pudo haber realizado una rueda de prensa al menos virtual para presentar formalmente a la comunidad periodística, y no solo dominicana, al nuevo cónsul Jacobo Fernández y sus planes de trabajo.
Las llamadas a la sede tampoco se contestan como muestran las fotos enviadas a nuestro medio y un audio.