SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Así lo informó Jean Wactawski-Wende, el autor principal de la investigación, que fue publicada este mes en la revista AJH (American Journal of Hypertension), al aludir a la relación bucal y la hipertensión, la denominada “asesina silenciosa” y su capacidad de permanecer al acecho para provocar ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares (ACV), demencia y otras enfermedades potencialmente fatales.
“Múltiples estudios epidemiológicos de corte transversal han sugerido una asociación entre la enfermedad periodontal y la pérdida de dientes con la hipertensión, pero la temporalidad de estas asociaciones no está clara. El objetivo de nuestro estudio fue evaluar la asociación de la enfermedad periodontal autoinformada de referencia y el edentulismo con la hipertensión”, se lee en el trabajo publicado.
El estudio se centró en mujeres postmenopáusicas, por representar un grupo con mayor riesgo de desarrollar hipertensión futura, pero los resultados perfectamente pueden extrapolarse a otros grupos de personas adultas de ambos sexos.
Una mejor higiene dental de personas que corrían el riesgo de perder dientes, el monitoreo más estrecho de la presión arterial, a ellas y a otras ya desdentadas, así como la modificación de la dieta y un registro sobre la actividad física, permitieron a los investigadores establecer que todo ello incide en la hipertensión.
Por lo mismo, mejorar la higiene dental, modificar hábitos de alimentación y forzarse a mantener actividad física y pérdida de peso es protegerse contra la hipertensión. Y, claro, acudir periódicamente al dentista.
Aunque siempre cautelosos, rigurosos y precavidos, los investigadores admitieron que, sin embargo, “se necesitan más estudios para aclarar estos resultados y aclarar aún más un papel potencial de las condiciones periodontales en el riesgo de hipertensión”.
Entre las características de las 36,692 personas participantes en el estudio destacaron que todas presentaban enfermedad periodontal de base y edentulismo (pérdida parcial o total de las piezas dentales), aproximadamente la mitad reportó no haber fumado nunca (52.0%), 43.5% haberlo hecho en el pasado y ahora ser consideradas ex fumadores y 4.5% fumadores. Además, presentaban otras afecciones de salud tales como diabetes (2,6%), enfermedad cardíaca (16,8%) y cáncer (16,7%).
El estudio científico descubrió que las personas que habían perdido sus dientes tenían 20% más de probabilidades de desarrollar presión arterial alta que las que conservaban toda su dentadura.
A medida que las personas pierden dientes y muelas mastican menos y así disminuye el flujo sanguíneo, factor clave de la presión arterial. Además, la mala higiene multiplica las bacterias que pueden ingresar al torrente sanguíneo y trasladarse a otras partes del cuerpo, causando inflamación.
Casi el 100 % de los adultos tienen caries
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2015), entre el 60 y el 90 % de los escolares y casi el 100 % de los adultos tienen caries dental en todo el mundo.
Es muy frecuente la enfermedad periodontal, una inflamación de las encías que se produce por infección bucal, y cuya prevalencia aumenta en la población a partir de los 50 años.
Este padecimiento genera sangrado de encías, desgaste del hueso, movilidad del diente acompañado de molestia y dolor.
El miedo al dolor
El miedo al dolor es la principal razón por la que las personas evitan acudir al dentista, aunque cada uno asume el dolor de manera diferente.
Si es por el pinchazo para administrar anestesia, ahora existen herramientas como los analgésicos líquidos, en especial el Dexketoprofeno solución oral, que también ayudan a aliviar dolores agudos de intensidad leve a moderados que son provocados por caries, inflamación de encías, mala oclusión dental, erupción y extracción de las muelas del juicio.