SANTO DOMINGO, República Dominicana-. La patada fue tan grande que le explotó los testículos. Ahora, convaleciente en una cama, el adolescente de 17 años se recupera de una aparente agresión policial que la Policía niega. Según la familia, la causa fue que el jovencito autista andaba en la calle sin su mascarilla puesta.

La supuesta agresión ocurrió el pasado viernes 16 de octubre a las 11.30 de la mañana, cuando varios policías se encontraban en sus labores de patrullaje. El chico había salido a buscar unos tenis donde un primo y vecino, en el sector Engombe, Santo Domingo Oeste, y no andaba con mascarilla, cuenta el padre.

El testimonio de Manuel Soto apunta a que uno de los policías retuvo al chico, que para no ser trasladado por los agentes respondió aferrándose a unos hierros. “Los policías que estaban en la camioneta le dijeron al policía que estaba en el motor ‘suéltalo, que ese muchacho tiene problemas’. El policía no lo soltó, y lo que le dio fue la patada en los testículos”.

El padre agrega que un delivery fue quien lo socorrió primero y que luego vino la travesía: primero llevó al joven a la fiscalía de Las Caobas, para denunciar el hecho, luego fue trasladado por recomendación al Hospital Municipal de Engombe y terminó en el Moscoso Puello, donde fue intervenido cuatro días después para sanar, en palabras que recibió de los médicos, “una explosión de los testículos”, por el golpe.

Pero esta historia sustentada en el testimonio del padre, no coincide con las versiones dadas por la Policía Nacional. El vocero de la institución, Miguel Balbuena Álvarez, explicó en rueda de prensa que los policías auxiliaron al menor y que en compañía de su madre fueron llevados al hospital docente de la Policía para ser atendidos, “fruto de un problema de salud que no guarda relación alguna con el caso”.

“La investigación bajo control del Ministerio Público de Las Caobas, quien lleva las indagatorias en conjunto con miembros policiales, además, los comunitarios aseveran que el menor no fue objeto de agresión en sus entrevistas”, dice la Policía.

“Ellos me dicen a mí, que van a buscar al policía, a ver si lo hallan. Entonces, si lo niegan ¿Para qué lo van a buscar?”, se cuestiona el padre, como forma de mostrar las contradicciones entre lo que dice la institución del orden y las informaciones que recibe.

“Están buscando excusas y están buscando cómo protegerse, pero yo debo proteger la verdad. Ese niño fue una patada,  eso no sale por amor al arte. Si hubiera sido una apendicitis, una hernia, no dijera. Pero fue un golpe”, se lamenta.  “El niño dice que el Policía que le golpeó tiene una mancha roja en el ojo, una mancha,  que es como de un antojo dentro del ojo, y muchas pintitas dentro del ojo”.

Los testigos refuerzan la versión policial, de que no hubo agresiones y la familia lo justifica en el temor. “Había un señor, que miraba el hecho pero se ha metido en miedo, y dice que él no vio”, dice Soto. Mientras tanto, adolescente autista se recupera en su cama, de la cirugía, y la familia dice que tiene miedo, precisamente, por la reacción de la Policía.