Cortesía de RT Actualidad

Tal como estaba previsto, y a pesar de los clarísimos obstáculos legales que existen, el Parlamento catalán ha llevado a cabo la votación necesaria para proclamar la independencia de Cataluña.

Ha ocurrido, como también era previsible, en el contexto de un pleno parlamentario estrambótico, tenso y accidentado, y se ha celebrado con un procedimiento excepcional votado y aceptado sobre la marcha, frente el rechazo manifiesto de los diputados de la oposición, que abandonaron el hemiciclo entre gritos de '¡Viva Cataluña!': la resolución de Junts Pel Sí, que propone la declaración de la independencia de Cataluña, se votó en una urna, para garantizar el voto secreto de los diputados y limitar así las consecuencias penales individuales que pueden derivarse de este acto.

El texto de la resolución, presentada esta mañana por Junts Pel Sí, recogía la propuesta de una "constitución de la República catalana, como Estado independiente y soberano, de derecho, democrático y social". 

El choque con el Estado español, cuyo Senado aprueba hoy las medidas con las se aplicará el artículo 155 de la Constitución, es ya inevitable.

El presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, ha manifestado en el pleno del Senado de este viernes que su intención es "que las elecciones [autonómicas en Cataluña] se convoquen en el menor plazo posible", y ha recordado a ese respecto que "la facultad de disolver el Parlament pasará el presidente del Gobierno", si el Senado procede, como es más que previsible, a aprobar por votación las medidas propuestas por el Ejecutivo español para aplicar el artículo 155 de la Constitución.

Su discurso ha cosechado ovaciones entusiastas que pueden interpretarse como un presagio del resultado de la votación de las medidas que propone el Gobierno de España.