SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Remanentes de la onda tropical Beryl provocaron intensas lluvias, dejó más de 14 viviendas bajo agua y cientos de personas desplazadas a casas de familiares y amigos cercanos.

Durante un recorrido realizado por un equipo periodístico de www.Acento.com se pudo confirmar que debido a un deslizamiento de tierra un árbol cayó sobre una vivienda dejando por completo su infraestructura física colapsada.

El hecho ocurrió  en la calle principal del sector La flor del Café de Herrera, donde resultó una persona herida.

Desde tempranas horas de la madrugada de este martes la ciudad capital dominicana recibió abundantes lluvias y una tormeta de rayos. Las lluvias combinadas con la basura, las ramas de árboles derribadas por los vientos, provocaron el desborden de las aguas en calles y caminos, además del derrumbe de terrenos en varios barrios.

Así lo testimoniaron residentes de los barrios Quita Sueño en Haina, Mangular de Manoguayabo, La Zurza, Herrera, Simón Bolívar, Moscú, Urbanización Primaveral, Los Americanos, Madre Vieja Sector Universidad Eugenio María de Hostos, Pueblo Nuevo Centro, Los Molinas, La Suiza, Villa Progreso, los cuales resultaron inundados.

Aseguran que debido a la inoperancia de los alcaldes y otras autoridades, cada vez que el país se ve afectado por fuertes lluvias, los residentes de distintos sectores pierden sus ajuares del hogar y el techo donde viven.

“Gracias a Dios que por lo menos las cosas que perdemos son materiales y no son vidas, aquí en Quita Sueño de Haina, a cada rato se tapa el túnel con escombros y basuras, y las autoridades solo limpian cuando tienen intereses”, denuncia Rafael Benitez.

Explica que desde las 3:00 de la madrugada, todos los vecinos se han unido para sacar el agua que penetra en sus casas y tratando de salvar unas que otras pertenencias.

También una joven pareja del sector Mangular explica que debido a la fuerte inundación por la onda tropical Beryl, en su casa nada se pudo salvar.

“Nosotros estábamos durmiendo, cuando nos dimos cuenta que el agua penetró la casa a la 1:00 de la madrugada, ya era tarde, tuvimos que salir solo con la ropa que teníamos puesta”, aduce Albert Corporán Figuereo.

El joven de unos 20 años de edad y que se gana la vida vendiendo productos agrícolas, explica que ahora solo resta iniciar de cero, ya que no tienen dónde vivir y el poco dinero con el que se sustenta también se perdió en la inundación.