SAN FRANCISCO DE MACORIS.- El obispo de la diócesis de San Francisco de Macorís y Rector de la Universidad Católica Nordestana (UCNE), consideró que la República Dominicana tiene que poner orden en su casa, advirtiendo que el país no puede asumir la situación de Haití.
Monseñor Fausto Ramón Vallejo Mejía, refiriéndose a la situación de descredito q ue contra el país ha desatado el vecino Haití y algunas instituciones, negó que haya discriminación o maltratos contra los ciudadanos haitianos que se han radicado aquí.
Precisó que cada país tiene sus propias leyes de migración, pues el ciudadano que entra a un país esa entrada debe ser regulada.
Entiende que el problema haitiano es un conflicto que lo dejamos llegar muy lejos, con una frontera abierta, dejando entrar indiscriminadamente a ciudadanos de ese país sin ningún control “y ahora que se quiere poner control, entonces vienen las presiones como si nosotros tuviéramos la obligación de cargar con esa problemática”.
“Todo esto, como si nosotros no fuésemos un país soberano, como si no hubiésemos tenido una independencia nacional, una bandera, un escudo, entonces muchos países nos caen encima, incluso países que desde hace mucho tiempo vienen maquinando para que nos fusionemos como si fuese una sola isla”, significó.
Monseñor Vallejo Mejía entiende que esos países se olvidan que somos dos culturas completamente distintas, “Haití y República Dominicana, son completamente distintos, en el idioma, en la misma religión y en la costumbre”.
Se quejó de que hay muchas intromisiones en contra del país, por naciones que cuando los haitianos llegan a su territorio no lo quieren, pero aspiran que la República Dominicana sea la garantía del pueblo haitiano.
Definió de muy penosa la situación de Haití, exponiendo que es el país más pobre de este continente, culpando a sus gobernantes de la irresponsabilidad que han mostrado.
Entiende que esa clase gobernante ha sumido ese país en una gran ignorancia, analfabetismo total y el pueblo no tiene la capacidad para reconocer, para valorar, para exigir sus derechos.
“Nosotros somos un país que vamos avanzando, que vamos creciendo, pero no podemos asumir la situación de Haití”.
El obispo de la diócesis de San Francisco de Macorís, Rector y Gran Canciller de la Universidad Católica Nordestana (UCNE), destacó el espíritu solidario que históricamente ha mostrado la República Dominicana con el vecino Haití.
Recordó que cuando el terrible terremoto que afectó ese país, nosotros fuimos quienes llegamos primero con alimentos, medicamentos, brigadas y hasta una universidad se le construyó.