SANTO DOMINGO, Distrito Nacional.- Monseñor Jesús Castro Marte, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Santo Domingo y rector de la Universidad Católica Santo Domingo, rechazó que en el Código Penal se incluyan las tres causales para interrumpir voluntariamente los embarazos, como propuso el presidente de la República, Danilo Medina. Castro Marte criticó al presidente de la Cámara de Diputados, Radhamés Camacho por haber dicho que impulsaría la aprobación del Código Penal con las tres causales.
En un documento remitido a Acento, Castro Marte señala los aspectos principales que han servido de argumentos a los prelados católicos para rechazar que las mujeres violadas, las mujeres en riesgo de perder la vida por un embarazo y las mujeres con productos inviables en sus vientres, voluntariamente aborten. El siguiente es el documento íntegro remitido por Monseñor Jesús Castro Marte:
Ante la afirmación del Presidente de la Cámara de Diputados de que se dedicará a buscar consenso sobre la ley que favorezca el aborto en cualquiera de sus causales me veo a precisar lo siguiente:
- La palabra consenso proviene del latín consensus (con: junto-todos; sensus: sentido) e indica un acuerdo logrado por la totalidad de los integrantes que conforman la discusión de un tema en particular. Sus sinónimos son consentimiento, asentimiento, aprobación, unanimidad, conformidad.
- De ahí que al hablar del aborto nosotros los que defendemos las dos vidas, de la madre y del hijo, no podremos nunca a llegar a un consenso, en dominicano, a un “bajadero” para dejar contentos a unos y a otros.
- La razón fundamental de esta posición es que el mismo conocimiento científico actual nos permite afirmar que la vida humana comienza en el instante de la fertilización del óvulo por el espermatozoide y que al formarse el huevo o cigoto, que es la primera célula, ya está presente la información genética, distinta de la del padre y de la madre y fruto de ambos.
- Por tanto, aceptar el aborto es aceptar que se pueda matar la vida de esa criatura que si se la deja crecer logrará desarrollar lo que ya fue iniciado. Abortar es un asesinato, peor aún, un acribillamiento de un ser humano, que es descuartizado por partes con unas tenazas en el vientre de su madre.
- Es aceptar que se condene a un inocente por culpa de un criminal violador que ha dejado destrozada a una mujer. El ADN de ese niño está formado por las dos partes y al matar a la criatura se mata también lo que hay de su madre en ella. Se trata de condenar a muerte sin juicio y sin apelación a una persona humana.
- Aún más, aunque quisiéramos como Iglesia que seguimos y servimos al Señor de la Vida, no podemos consensuar la muerte de todos los niños que son diagnosticados con discapacidades es descartar a los seres humanos imperfectos y disponer de ellos como cosa o producto. La misma ciencia ha creado mecanismos para intervenir aún en el vientre de la madre a favor de su vida en casos de criaturas que tienen dificultades.
- Nuestro único consenso es salvar las dos vidas: la de la madre y del niño, buscando con todas las posibilidades médicas que triunfe la vida sobre la muerte.
- Finalmente, nuestro único consenso es respetar la Constitución de la República Dominicana que proclama la vida del ser humano desde su concepción hasta su muerte natural.
- Como cristianos dominicanos somos tan ciudadanos del país como los que desean legalizar el aborto y tenemos el derecho y la obligación de exigir el respeto de la vida humana, creada a imagen y semejanza de Dios para la que El quiere que tenga vida y vida en abundancia.