SAN FRANCISCO DE MACORÍS, República Dominicana.- El obispo de la diócesis de San Francisco de Macorís, monseñor Fausto Ramón Mejía Vallejo, deploró la cultura clientelar que se registra en los procesos electorales, considerándola "una vergüenza y una terrible aberración".

Monseñor entiende que el pueblo dominicano tiene mañana domingo una bonita oportunidad que requiere “que pensemos antes de dar nuestro voto" y que este no se defina "porque te vayan a dar algo, sino por las personas que puedan contribuir al desarrollo del país".

Entiende que la cultura clientelar que se presenta "es una aberración terrible que tenemos que acabar en nuestra sociedad", remarcó.

Añadiò que "jamás puede avanzar un país que no guarde respeto, que no guarde los valores éticos, los valores morales, un país donde gentes que sean corruptas ocupen posiciones que deben ser para servir no para servirse".

El obispo. y también Gran Canciller y Rector de la Universidad Católica Nordestana (UCNE), consideró que la pobreza se manifiesta porque a veces algunos hacen de la política para su provecho personal, “el mismo clientelismo personal, en vez de cumplir con su deber y se apropian de los bienes de todos, lo que produce este desequilibrio, esta brecha entre una minoría que tiene mucho y una mayoría que carece de lo elemental”.

Estimó que la política debe tener una dimensión moral, donde las personas serias, responsables, deben ejercer este arte y esta ciencia, buscando siempre no apropiarse de lo que no le corresponde.

“Muchas veces no es así, encontramos muchos vicios en la vida política, mucha gente dice que la política es sucia, pero no la política no es sucia, hay hombres y mujeres que ensucian la política, que es un arte puro, noble porque persigue el bien común”, sustentó.

Monseñor Mejía Vallejo recordó a Juan Pablo Duarte, a quien definió el dominicano más noble y excelso, quien sacrificó su propia vida y herencia, su juventud en aras de su ideal; “no vivió para si mismo, sino para los demás”.

Refiriéndose al proceso eleccionario, el obispo de la diócesis de San Francisco de Macorís señaló que tenemos una bonita oportunidad para nosotros poder ejercer nuestra ciudadanía, de poder elegir según nuestra conciencia, de tener también la capacidad para elegir aquellas personas que tengan esa gran vocación de servicios, de hacer gala, especialmente de entender que la política es una vocación para buscar el bien común.

Significó que un país que no guarde respeto, que no guarde los valores éticos, los valores morales, un país donde gentes que sean corruptas, no puede avanzar ni puede crecer”.

“Por eso es importantísimo para nosotros tener esa oportunidad, porque se trata de un elemento fundamental donde ejercemos la ciudadanía y además que es un deber y una responsabilidad. Un deber como ciudadano, como patriótica, como cristiano, porque así estamos contribuyendo al progreso, a la paz social de nuestro país”, indicó

Dijo que este proceso nos da la oportunidad de elegir nuestras autoridades para que de esta manera puedan ejercer este sacro santo deber de la política, que al decir de Juan Pablo Duarte, es la ciencia más nobles después de la filosofía.

Recordó que la política es ciencia y es un arte, pero a la vez es una vocación es una llamada y no todos están llamados a ejercer la política a tiempo completo, pero si todo tenemos el deber, la obligación, la responsabilidad de poder depositar en aquellas personas que nos van a gobernar y que van a administrar la república.

Reitero que lo importante es que el dinero que pagamos en impuestos, realmente sea empleado para obras públicas, para que el país avance y crezca, porque un país que no guarde respeto, que no guarde los valores éticos no avanza.

“Pido al pueblo que tenga conciencia y a la vez oremos a nuestro Dios, Dios de paz, Dios de justicia, Dios de amor, para que el espíritu santo nos ilumine para que podamos elegir aquellos hombres y mujeres que nos van a representar bien y que nos den la seguridad que van a administrar bien para de esa manera tengamos la sociedad y el país que todos queremos”, delineó.

Monseñor Fausto Ramón Mejía Vallejo clamó para que Dios ilumine la población para que ese deber sacrosanto de depositar nuestro voto, que es depositar nuestra conciencia, en nombre del señor por aquellas personas que van a servir al país.

La caridad de un buen cristiano, si es buen cristiano, tiene que ejercer la caridad y la caridad es estar atento a la justicia, a la paz social, a los grandes valores, a servir, seguir el evangelio, no solo para hacer.

“Un pueblo lo salva el mismo pueblo; si un pueblo no se responsabiliza en primer lugar, cumplir sus deberes ciudadanos, a contribuir de donde le toque vivir en su familia, el trabajo, en su comunidad, a vivir los valores fundamentales, entonces por muy buenos políticos que tengamos, la patria no puede avanzar ni puede crecer”, concluyó.