SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La periodista Nuria Piera informó en su programa Nuria, Investigación Periodística, de este sábado 9 de febrero, que el aumento de la violencia se ve reflejado en la gran cantidad de operaciones reconstructivas que se realizan en los principales hospitales públicos del país.
Héctor Herrand, presidente de la Sociedad Dominicana de Cirugía Plástica Reconstructiva afirmó que el punto común de todas esas lesiones es la violencia.
“Las personas últimamente están muy irritadas, muy violentas, y en una determinada circunstancia reaccionan de una forma agresiva”, indicó.
Según el Servicio Nacional de Cirugía Plástica, Reconstructiva y Estética, ubicado en el Hospital Salvador B. Gautier, en el transcurso del 2012, la unidad realizó 600 cirugías, de las cuales 390 fueron de tipo reconstructivas, vinculadas en un 80 por ciento a riñas, asaltos, ajustes de cuenta, narcotráfico, violencia intrafamiliar, y hasta quemaduras con “ácido del diablo”.
“Cuando una persona es agredida, lo primero que hace es levantar sus manos como un mecanismo de defensa. Esto es la causa por la cual la mano se ve frecuentemente afectada”
El jefe de Cirugía Plástica del Hospital Salvador B. Gautier, Severo Mercedes, afirmó que en ese centro asistencial atendieron “un paciente de Villa Mella, de 60 años, que vino con la mano amputada producto de una riña. A nosotros no nos interesa si fue comprando o vendiendo narcóticos, el problema de nosotros es el paciente”.
Según denunció Nuria, cada año, decenas de personas quedan con sus extremidades mutiladas. “Todo esto alarma a las autoridades hospitalarias del país, que consideran que la violencia se ha convertido en una “pandemia nacional”. De todas las intervenciones quirúrgicas por violencia, la más común es el reimplante de manos, que suele durar hasta 12 horas de ardua labor médica”.
Por ejemplo, en el Salvador B. Gautier, de las cirugías reconstructivas, el 60 por ciento corresponde a reimplante y revascularización de manos.
“Cuando una persona es agredida, lo primero que hace es levantar sus manos como un mecanismo de defensa. Esto es la causa por la cual la mano se ve frecuentemente afectada”, explicó el doctor Mercedes.
Piera mostró a doña Mercedes Santos, de unos 70 años, quien el pasado 27 de enero fue asaltada –por tres delincuentes- en su casa, en Moca. Al llegar a la emergencia, los médicos se quedaron alarmados; Mercedes recibió un machetazo en medio de la cara, que le abrió el rostro en dos, y además le amputaron la mano izquierda.
La señora batalló para que los delincuentes no le hicieran daño a su familia, pero lamentablemente su esposo e hijo recibieron también amputaciones y graves lesiones.
El equipo médico de cirujanos maxilofaciales del Darío Contreras logró reconstruir su rostro nuevamente.
Una cirugía de este calibre cuesta unos 300 mil pesos, sin contar la cirugía de la mano, la cual es bastante complicada. En sentido general, restablecer a Doña Mercedes le costó al hospital más de 700 mil pesos.
Estos actos violentos también tienen un impacto directo en el “bolsillo” del Estado.
Por ejemplo, el gasto mensual estimado –únicamente- de la Unidad Nacional de Cirugía Reconstructiva supera los 10 millones de pesos, debido a los costosos que resultan los materiales gastables. Para que tengamos una idea, sólo en una cirugía de reimplante el hospital invierte unos 400 mil pesos, sin incluir los medicamentos y las terapias.
Las autoridades sanitarias no tienen conocimiento de cuánto el Estado invierte en cirugías reconstructivas por violencia en el país, ya que el Ministerio de Salud Pública destina el presupuesto general de cada hospital, el cual es distribuido según las necesidades.
Ninguna extremidad humana que se amputa y se reimplanta puede adquirir el 100 por ciento de su funcionalidad. Las consecuencias de este tipo de agresiones, en su mayoría, pueden llegar a ser permanentes; un sinnúmero de jóvenes y adultos mutilados por la violencia callejera, según datos recopilados en distintos hospitales, las edades de los pacientes, víctimas de violencia, oscilan entre los 15 y 60 años, y –por lo general- provienen de barrios marginados y zonas rurales…
"Las principales causas son los conflictos pandilleros y la violencia de género, los hospitales se ven en la obligación de intensificar los controles de seguridad y la vigilancia militar en las áreas de emergencia e internamiento. Así ocurrió con Dolfi Angelina Gonzáles, a quien su esposo le mutiló las dos manos con un machete en 2005, y cuya entrevista se difundió en este programa. Según la Procuraduría General de la República, la media de muertes por esta causa ronda las 200 muertes por año; la cifra más alta de la región del Caribe”.
Otro problema que impide combatir el aumento de estas agresiones consiste en la existencia de un subregistro, ya que la mayoría de las víctimas de lesiones por riñas o conflictos intrafamiliares no denuncian el caso ante las autoridades. O bien, suelen retirar la querella; se vencen por cansancio. Al final, la Procuraduría General de la República y la Policía Nacional sólo registran los casos de muerte. Tanto lo uno como lo otro es condenado penalmente en República Dominicana, con hasta 30 años de reclusión.
Hasta el momento, República Dominicana tiene una tasa de 22 homicidios por cada 100 mil habitantes, lo cual supera por mucho el parámetro establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que considera que un país con más de 10 asesinatos por 100 mil habitantes "sufre una epidemia de violencia".