Washington, 28 nov (EFE).- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, hizo hoy un nuevo llamado a limitar el acceso a las armas de fuego en el país tras el tiroteo que este viernes se saldó con al menos tres muertos y nueve heridos en una clínica de abortos de Colorado.
Como cada vez que ocurre un tiroteo de los que sacuden al país, Obama recordó hoy a los ciudadanos que "esto no es normal" y, subrayó, "no podemos permitir que se convierta en normal".
"Si verdaderamente esto nos importa, si vamos a dar el pésame y rezar de nuevo, por Dios sabe cuántas veces más, con una conciencia verdaderamente limpia, entonces tenemos que hacer algo sobre el fácil acceso a armas de guerra en nuestras calles para personas que no tienen por qué usarlas. Punto. Ya es hora de decir basta", dijo Obama en una nota emitida por la Casa Blanca.
Una de las grandes frustraciones de la Administración Obama es precisamente el haber sido incapaz de sacar adelante en el Congreso sus iniciativas para limitar el acceso a las armas e impedir que lleguen a manos de personas con antecedentes o de enfermos mentales.
La Policía investiga ahora si el agresor de Colorado tenía historial criminal o problemas de salud mental, así como las razones que le llevaron a cometer el suceso.
El detenido, de 57 años e identificado como Robert Lewis Dear, está en custodia policial después de mantener en vilo este viernes a todo el país al atrincherarse armado con un rifle de asalto durante casi cinco horas en un centro de planificación familiar, que incluye una clínica de abortos, de Planned Parenthood en Colorado Springs.
Se trata de un hombre blanco, de pelo canoso y barba blanca, según la foto divulgada hoy por la Policía.
Los fallecidos son dos civiles no identificados y uno de los primeros agentes en llegar al lugar de los hechos, el policía Garrett Swasey de 44 años.
Otros cuatro civiles y cinco policías están siendo atendidos en hospitales locales con heridas de bala pero sus vidas no corren peligro, según informó la portavoz de la Policía local, Catherine Buckley, en declaraciones a la prensa.
Durante unas cinco horas, se vivió una escena caótica en la que los policías intercambiaban fuego con el detenido mientras en paralelo iban evacuando a las personas que habían quedado atrapadas en el centro, la mayoría de ellas mujeres.
Desde la muerte de 20 niños de corta edad en diciembre de 2012 en la escuela de primaria de Sandy Hook (Connecticut), Obama ha intentado sin éxito promover mejores controles de acceso a las armas y la limitación de cargadores de alta capacidad.
Estados Unidos tiene el récord de muertes por arma de fuego de los países avanzados. Entre 2004 y 2013 fallecieron así 316.545 personas en el país, según datos del Centro de Prevención de Enfermedades (CDC).
Planned Parenthood desconoce si su centro en Colorado Spring era un objetivo de asociaciones antiabortistas pero aseguró en un comunicado que seguirá proporcionando servicios reproductivos a pesar de "los extremismos que están creando un ambiente envenenado que alimenta el terrorismo doméstico" en el país.
Los edificios de esta organización, que practican abortos entre otros numerosos servicios de planificación familiar y salud reproductiva, tienen una fuerte oposición entre los activistas antiabortistas y recientemente han sido objeto de duras críticas por parte de destacados miembros del Partido Republicano, entre ellos los aspirantes a la Presidencia en 2016.
La última batalla, que el Partido Republicano llevó casi hasta a un cierre de Gobierno, fue a cuenta de unos vídeos editados por un grupo antiabortista en los que miembros de Planned Parenthood hablan sobre la venta a investigadores médicos del tejido de los fetos abortados en sus clínicas.
La candidata demócrata favorita para las elecciones de 2016, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton, mostró ayer una vez más su apoyo a la organización con el mensaje "Hoy y siempre estamos con Planned Parenthood", que publicó en las redes sociales Facebook y Twitter.
El centro de planificación familiar, que recibe 500 millones de dólares anuales de fondos federales, tiene 700 centros en todo el país y ofrece servicios a alrededor de 2,7 millones de mujeres.
Desde 1997, en Estados Unidos hubo al menos 73 ataques en clínicas de aborto, según datos de la Federación Nacional del Aborto.
Los ataques se remontan a 1973, cuando se legalizó el aborto a nivel nacional en Estados Unidos tras una sentencia del Tribunal Supremo. EFE