REDACCIÓN (Con datos de EFE y otros servicios de Acento.com.do).- La operación militar "Margen Protector" en Gaza ha alentado una oleada de patriotismo y apoyo masivo de la sociedad israelí más conservadora hacia su Ejército, y al mismo tiempo ha generado la condena y la crítica de los israelíes liberales y de izquierda, que se han solidarizado con los palestinos y claman por la paz.

El ministro de Asuntos Exteriores, el ultraderechista Avigdor Lieberman, instó a boicotear al comercio árabe que cierre sus puertas en señal de protesta por la ofensiva militar, en una muestra de “fervor patriótico” que comparte buena parte de la ciudadanía.

La vehemencia nacionalista ha llevado a que en los últimos días se hayan producido amenazas y agresiones físicas a manifestantes y líderes de la izquierda pacifista, así como a reconocidos artistas que se han mostrado conmovidos por el sufrimiento palestino y en contra de la guerra.

La más señalada ha sido la actriz y humorista Orna Banai, que expresó su tristeza por la muerte de civiles en ambos lados y su oposición a la guerra, antes de describirse a sí misma -con la ironía que tanto la caracteriza- como "un bicho raro, izquierdista amante de los árabes".

Las respuestas no se hicieron esperar de parte de los derechistas y nacionalistas a ultranza. En las redes sociales le llovieron insultos y amenazas de todo tipo. Algunos de los mensajes en contra de Orna Banai rayan en la homofobia y la misoginia. Para peor, desde el punto de vista de los conservadores, Orna Banai también es una lesbiana declarada.

Otra que ha sido sometida al ostracismo popular es la cineasta Shira Geffen, quien al presentar una de sus películas en el Festival de Cine de Jerusalén leyó los nombres de cuatro niños palestinos muertos y pidió a la audiencia un minuto de silencio.

Al cierre del festival un grupo de directores publicó una carta pidiendo el fin de las hostilidades y fueron calificados por la titular de Cultura, Limor Livnat, del partido conservador Likud, como "una desgracia para el Estado de Israel".

Enfrentamientos entre derechistas e izquierdistas en las calles

El pasado sábado, 19 de julio, manifestantes israelíes de derechas (nacionalistas) y de izquierdas (liberales) se enfrentaron en la ciudad portuaria de Haifa (norte) por sus visiones diferentes en relación con el conflicto armado en la franja de Gaza y el sur de Israel.

Cientos de nacionalistas se manifestaron para expresar su apoyo al Ejército y avalar la decisión del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, de ocupar militarmente a Gaza.

Rechazaron también una protesta del día anterior, en  la cual varios diputados de origen árabe insultaron y agredieron a las fuerzas policiales, mientras trataban de marchar al centro de la ciudad en una manifestación no autorizada.

“Es una vergüenza que vengan a nuestra ciudad a respaldar a Hamás”, dijo por televisión una de las manifestantes sobre la declaraciones que hizo ayer la polémica diputada árabe Hanín Zohavi, de la vecina ciudad de Nazaret y que acusó al Ejército de “matar a niños y ancianos” y de “cometer crímenes de guerra”.

Frente a los nacionalistas, varios cientos de miembros del Partido por la Igualdad Jadash (excomunistas), integrado por ciudadanos de origen árabe y profesantes de la fe judía condenaron la operación militar con pancartas.

Una situación similar se dio también en Tel Aviv, donde activistas de izquierda y de derechas se manifestaron, unos frente a los otros, ante el Teatro Naconal Habima.

Manifestaciones en contra de la guerra han tenido lugar también en varios poblados de la minoría árabe de Israel, en su mayoría de origen palestino

El sentimiento nacionalista

En el sentimiento nacionalista prima lo colectivo y las voces que muestran empatía con el sufrimiento palestino llegan a ser acusadas hasta de "traición".

Alrededor de 20.000 personas participaron anoche (lunes) en la ciudad de Haifa (norte del país) en uno de los funerales más multitudinarios que se recuerdan en el país por un soldado, en este caso emigrado de EEUU hacía cinco años y que vivía en Israel sin su familia.

La convocatoria para arropar al solitario uniformado en su sepelio, hecha por el equipo de fútbol Macabi Haifa, fue secundada por ciudadanos de todo el país, donde en los últimos días reciben sepultura, uno tras otro, los cerca de 30 soldados muertos en combate.

Se trata de una elocuente muestra del sentir popular en una sociedad, la israelí, en la que cada familia tiene algún hijo o pariente sirviendo en el Ejército, alistado precipitadamente para combatir o en alerta por si surge la ocasión de acudir a filas.

"Estos días me siento realmente como si todos estuviéramos en el frente", dijo en ese sentido el entrenador de fútbol nacional, Eli Gutman, al visitar hoy en un hospital a los soldados heridos, un ritual en el que participan políticos, altos mandos, famosos y gente de a pie que ni siquiera les conocen.

Yair Benhamu, propietario de una tienda de alimentos en el residencial barrio jerosolimitano de Arnona, explica que "Israel es en realidad una gran familia, un país pequeño donde todos nos conocemos directa o indirectamente, y en el que la pérdida de un soldado es algo casi personal, cuanto menos un trauma colectivo".

En su tienda, era notorio esta mañana el pesar de la gente al oír por televisión, uno tras otro, los nombres de los últimos nueve caídos, generando en los clientes una singular mezcla de rabia y resignación típicas de un país que ha vivido numerosas guerras.

Muchos supermercados y ultramarinos han dispuesto estos días cajas de donaciones para "mimar" a los soldados con chocolates, bebidas o productos higiénicos, y son numerosos los civiles que, pese a las advertencias, acuden a posiciones avanzadas para entregarles raciones o darles las gracias.

De hecho, el primer israelí fallecido por un cohete palestino, fue un civil de la zona de Tel Aviv que repartía comida en el puesto fronterizo de Erez, en el norte de Gaza.

Asimismo, por las calles se reparten estos días banderas nacionales de forma gratuita, para expresar su solidaridad con las tropas y levantar la moral a la población.

También los principales periódicos se han sumado a esta ola con gigantescos mensajes de apoyo en sus contraportadas, mientras cantantes y artistas famosos deambulan por el frente actuando para civiles y militares.

Y es que en momentos de guerra, la población israelí cierra filas en torno a su Ejército y se aferra a la razón esgrimida por la cúpula gubernamental de que era inevitable entrar en Gaza para defender a la ciudadanía, ante la incesante lluvia de cohetes y sucesivas incursiones de milicianos islamistas a través de túneles.

En Israel, la crítica suele venir después, como sucedió en el conflicto armado con Hizbulá en 2006, que acabó con 43 civiles y 120 militares israelíes muertos y la carrera de varios altos mandos. EFE