SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Tras más de siete meses de haber sido separada de las actividades en la cual se sentía útil para la sociedad, Elizabeth María Polanco, decide incoar una demanda por abuso laboral contra la Cruz Roja Dominicana a la que dice aun le guarda un sentimiento de cariño.
Polanco cuenta que desde los 13 años de edad sirvió como voluntaria para la institución, esto sin remuneración económica, en donde se preparó como técnico en Asistencia Pre Hospitalaria por lo cual prestaba servicios en una ambulancia.
En el mes de abril decide involucrarse en los servicios de asistencia del Sistema de Emergencias del 9-1-1 por parte de la Cruz Roja. Desde entonces le fue asignado un horario laboral y cierta compensación económica.
Dice que mientras estuvo en la Unidad de Emergencias, acudía al llamado inmediatamente le asignaban un caso. “Tú llegas y le das asistencia a la persona que sufrió cualquier eventualidad o sea lo evalúas como paramédico y le das la ayuda que corresponde, en caso de que amerite y el sistema te autorice, entonces lo trasladamos al hospital”.
Su representante legal, Carlos Castro, explica que la demanda específicamente corresponde al despido injustificado y censura al limbo jurídico en que supuestamente fue introducida su cliente, quien no recibió ningún tipo de documento que le comprobara su supuesto desahucio del programa al cual pertenecía.
“Yo recibo la llamada de una persona de allá, de Cruz Roja, que me dice que pase por la sede y le digo “¿Qué está pasando?”; entonces indica, -que dice fulano, el jefe inmediato, que pase por aquí que venga que traiga el uniforme-”, recuerda Elizabeth.
Ese día, el 10 de septiembre del 2014, acudió a ver a su jefe inmediato, el director de Socorro, Sergio Vargas, quien le notificó de su cancelación. “En ese momento le digo que no era buena idea que me cancelaran porque estaba embarazada”.
“Ni yo misma lo sabía me acababa de enterar, también. Él fue tajante y algo exagerado de inicio e injustificado, porque las razones que me estaba dando de mi despido fueron irreales como que yo faltaba y no me llevaba bien con mis compañeros, nada de eso es verdad”, expresa Elizabeth mientras la cuestionamos.
Vargas le indica que debe conversar antes con su superior y que le informaría. Elizabeth se marchó sin dejar su uniforme ni recibir ningún tipo de documentación de suspensión, cancelación o algún otro tipo de indicios de reprimenda por su presunta falta.
Cuenta que acudió en varias ocasiones en busca de una respuesta. “Regresé para tratar de hablar específicamente con la gerente de Recursos Humanos y fui depositando los documentos según me lo fueron pidiendo…me dijo “¡ah tráeme una prueba de embarazo!” y la llevé”.
"Iniciamos un proceso legal con mi abogado tratando de ver que podemos hacer porque ellos no han respondido de ninguna manera"
Pasó más de 7 meses esperando una respuesta que nunca le fue ofrecida, a pesar de que según aclara llevaba cinco semanas de embarazo cuando fue despedida y que presentó las pruebas que lo certificaban como le demandaron sus superiores.
“Quedarte sin seguro médico con un embarazo y sin tener a donde ir en tu cita prenatal, eso te preocupa un poco”, añade con angustia semanas antes de dar a luz a su bebe a quien llamó Ethan Carlos.
No siguió percibiendo salarios ni ayuda de la institución. “Cuando vuelvo a hablar de nuevo con la encargada de recursos humanos, en un tono burlón me dice “ah! Pero yo pensé que tú estabas trabajando”, después de siete meses cuando se supone que si tú eres gerente de recursos humanos tienes que saber dónde está tu personal”.
Código Laboral Dominicano /Cruz Roja
El artículo 233 del Código Laboral Dominicana establece que “la mujer no puede ser despedida de su empleo por el hecho de estar embarazada. Todo despido por el hecho del embarazo es nulo”.
La misma indica que todo despido que se haga de una mujer embarazada o dentro de los seis meses después de la fecha del parto debe ser sometido previamente al Departamento de Trabajo o a la autoridad local que ejerza sus funciones, a fin de que ésta determine si obedece al hecho del embarazo o es consecuencia del parto.
Asimismo, señala que “el empleador que despida a una trabajadora sin observar la formalidad prescrita precedentemente está obligado a pagar a dicha trabajadora además de las prestaciones que le corresponde de acuerdo con este Código, una indemnización equivalente a cinco meses de salario ordinario”.
Según Castro, abogado de Polanco, en el caso de su representada hay una violación franca de derecho porque ella se encuentra en un limbo jurídico y laboral; es decir, ni es una empleada activa ni está inactiva.
“A ella la presentan como una empleada cancelada, pero jurídicamente ellos no han podido establecer eso”, destaca Castro Muñoz.
En tanto, el director general de la Cruz Roja Dominicana, Gustavo Lara, explica que Elizabeth pertenecía a un programa de formación, que para poder cumplir con la labor de ser miembro del servicio del 9-1-1 debe obtener el título de Técnico en Emergencias Médicas y un número de horas de práctica, en el cual sí falló es sacada del programa como fue su caso.
Lara, asimismo manifiesta que esta no poseía un trabajo si no una participación en un programa y aunque le eran cubiertos sus gastos de transporte, alimentación y otros, formalmente no fungía como una empleada de la institución.
Lo que es refutado por Castro, quien reitera que Elizabeth posee los mismos derechos como todo empleado. “Si ella tiene 10 años sirviéndole a la Cruz Roja como colaboradora y entra a una condición nominal, el periodo bajo la condición nominal recoge el de la condición honorifica que tuvo y eso le consigna a ella una condición de privilegio que la institución tiene que reconocer a la hora de desahuciarla”.
Mientras Lara argumenta que a pesar de que los que pertenecen al programa no son empleados formales por contratos, las mujeres que se han embarazado durante el proceso han sido reubicadas a otros departamentos de la institución donde no corren riesgos.
“Se quiso satanizar la decisión del director de Socorro de suspenderla del programa y cuando él la suspendió no había ninguna notificación de embarazo ni ninguna señal física así como ninguna prueba”, reprocha.
Socorro/Cruz Roja Dominicana
Una llamada de socorro fue lo que realizó Elizabeth unas semanas antes de dar a luz a su tercer hijo, la cual según el director general de la Cruz Roja dijo atenderían pero no fue así ya que la exvoluntaría de la institución tuvo que dar a luz en una policlínica en el sector de Villa Mella en condiciones deplorables y sin antes haber seguido todos los procedimientos médicos necesarios por falta de ingresos y seguro de salud.
Dijo que Ethan nació a la espera de que los que la vieron crecer ayudaran a su progenitora en ciertos aspectos del proceso de gestación. “Esa es una de las cosas que más me molestaron, es como de tú estás afuera y te quedaste afuera. Como ser humano yo me merezco respeto…y no pienso renunciar a ser tratada como ser humano que merece respeto”.
Empero, Lara insiste en esperar que Elizabeth pueda reincorporarse a las actividades de la Cruz Roja si de esa manera ella cree que puede servirle a la sociedad, porque según informa ella pueda aplicar nuevamente al programa pero desde cero.
“Creo que contar con el valor y la capacidad de las mujeres trabajando es uno de los principales activos de la Cruz Roja”, expresa.
Al final, Elizabeth dice no volverá si no es tratada como un ser humano y se le demuestra en qué posición laboral se encuentra “Todo el embarazo he tenido depresión, sentimientos de irritabilidad, hostilidad e insomnio que me ha causado todo esto”.
Hasta la publicación de estas líneas, Elizabeth critica que los directivos de la Cruz Roja no se hayan acercado a ella para hablar de su condición.