SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La entidad no gubernamental Impunidad Cero, criticó este miércoles 10 la decisión del juez interino Leomar Cruz de archivar de forma definitiva el caso contra el ex ministro de Obras Públicas, Víctor Díaz Rúa, por supuestos actos de corrupción y lavado de activos.
Durante rueda de prensa, los representantes del movimiento dieron lectura a un documento en el que expresaron su rechazo al fallo y aseguraron que la justicia dominicana se encuentra postrada frente a una “enfermedad terminal” que le impide ejercer sus funciones, lo que consideraron como un mal estructural del sistema judicial.
“Cada eslabón de la cadena que forma ese sistema de justicia, padece el mal o está expuesto al mismo. Los actores se mueven y actúan dentro de un sistema que sigue con precisión los designios del Poder, de manera general, pero muy particularmente del poder político, un poder político que no es plural, es unitario, es de un solo partido. Solamente hay justicia cuando El Poder no tiene interés en el caso”, destacaron.
A continuación, el documento integro leído por el movimiento Impunidad Cero:
Lo que está mal.
Nuestro sistema de justicia está postrado con una enfermedad terminal que le impide ejercer sus funciones. Es un mal estructural. Cada eslabón de la cadena que forma ese sistema de justicia, padece el mal o está expuesto al mismo. Los actores se mueven y actúan dentro de un sistema que sigue con precisión los designios del Poder, de manera general, pero muy particularmente del poder político, un poder político que no es plural, es unitario, es de un solo partido. Solamente hay justicia cuando El Poder no tiene interés en el caso.
El origen de ese mal.
El origen más cercano de ese mal hay que buscarlo en la manera en que se conformaron las Altas Cortes, el Consejo Nacional de la Magistratura y a partir de ahí todo el aparato del Poder Judicial. Nacieron de la unión de la política sin decoro con la ambición de Poder. De esa unión surgió un sistema judicial sujeto al poder político. El traslado caprichoso o la amenaza de la destitución anulan en los hechos la independencia judicial. La voluntad única crea una justicia a su medida.
(Leer también: Lo que dijo el juez que archivó el caso de corrupción de Víctor Díaz Rúa)
Cómo funciona.
Dado un caso en el que El Poder tenga determinado interés, éste obligaría Sistema Judicial a encontrar un eslabón de su cadena donde pueda retorcer, ya los procedimientos, ya la ley escrita, ya la Constitución de la República, a los fines de garantizar un resultado del proceso favorable a sus intereses. Si el poder político tiene interés en detener la acción de un tercero que se querella en su contra por corrupción, encuentra a una autoridad, dentro del sistema de justicia, que cambia la definición tradicional de “parte Interesada” y declara que el robo de fondos públicos no es tema que le interese a ese tercero que eleva la querella y deja caer el caso. Si el poder político tiene interés en archivar un expediente de corrupción, encuentra un fiscal que lo archiva o como en el caso que nos ocupa, coloca a un juez de tránsito como juez interino para que anule el proceso basado en que la fiscalía no le dio aviso previo al prevenido de que estaba solicitando una medida de inmovilizar los fondos en las cuentas bancarias del prevenido. Así de retorcido el argumento!!!
Consecuencias.
Sin justicia nadie está seguro. Basta que El Poder decida cualquier resultado imaginable en justicia, para que inmediatamente se pongan en movimiento todos los recursos: eslabones perdidos de la cadena del Sistema de Justicia, bocinas pagas de las telecomunicaciones, periodistas en nómina de la prensa escrita y hasta ministros y congresistas participando de la infamia. Sin embargo, quien da la pauta es el Poder Judicial: Vivo, muerto, libre, torturado, rico, pobre, preso, mutilado. Qué nos tocará en suerte bajo esta realidad. Lo importante es que tomemos conciencia de que esa visión de poder absoluto es real. Nada impide que ocurran estas cosas.
Soluciones al mal.
En principio tenemos que entender que la corrupción y la impunidad son, en grandísima medida, culpables de la pobreza. Que como van las cosas, los por nacer no tendrán oportunidades, porque los ladrones impunes de hoy les roban el futuro y solo les dejan deudas.
Dominicanas y dominicanos: tenemos que decir un gran “Se Acabó”, decir un “NO” y hablamos de un “NO”, con una firmeza tal, que no tiene precedentes en la historia dominicana. Un “NO” a todo lo que nos destruye: a la corrupción, a la impunidad, a la mentira, a la simulación, a la desvergüenza.
Mientras el Poder Judicial esté de rodillas ante cualquier otro poder, ya sea este político o económico, el ciudadano tiene el deber moral de hacer justicia repudiando social y públicamente a los corruptos.
Repudio social a la corrupción. Que los corruptos no tengan paz, que no tengan nido. Donde asome un corrupto, que sienta el desprecio y el repudio social por sus acciones.
Armados de ese espíritu veraz construyamos una sociedad honesta en donde exista un Estado de derechos y un régimen de consecuencias a las violaciones de la ley.
Exijamos Impunidad Cero.