SANTO DOMINGO, República Dominicana.-A raíz de las experiencias de los últimos días, durante la circulación a través de los interminables colapsos en el tráfico del área del DN , nos surgió la idea de compilar algunas reflexiones sobre factores que pudiesen , si no corregir, por lo menos aliviar la carga para los ciudadanos que deben trasladarse de un sitio a otro cada día en esta bella ciudad de Santo Domingo, en el Distrito Nacional.

Comencemos por establecer la diferencia, desde el punto de vista de una convencionalidad pura y simple, que existe entre movilidad, transporte y tránsito. La primera se refiere a la infraestructura y operabilidad , la segunda acepción al medio utilizado para trasladarse de un punto a otro dentro del tejido urbano, y la tercera a la circulación adecuada de los vehículos a través de las vías correspondientes.

El transporte está más relacionado con el vehículo y sus modalidades. Así, un medio de transporte puede ser público o privado, de carga o de pasajeros, masivo-colectivo o individual, terrestre, marítimo y aéreo.

El tránsito se refiere básicamente a la circulación o accionar de los medios de transporte a través de las infraestructuras existentes.

La capital dominicana, cual metrópolis en permanente crecimiento , no ha tenido una readecuación que se corresponda con los cambios en lo relativo a las infraestructura y servicios. Esto ha incidido en su desenvolvimiento desordenado y caótico que día a día percibimos, sin que se tomen acciones para corregir esta situación.

El Intrant fue creado para aglutinar todo lo relativo al tema, pero son tantos los componentes del sistema, que se requiere una definición urgente del rol de cada uno de los agentes que intervienen, estableciendo jerarquías y labores para cada uno de  estos actores. Así, la parte técnica en lo relativo a la planificación debe preveer a corto, mediano y largo plazo los parámetros para un correcto funcionamiento del sistema.

Este medio masivo lo interconectamos con el SAR ( Sistema de Autobuses Articulados) cuyo funcionamiento similar al de un Metro, con paradas prepagadas y transfers, distribuyen  a través de las vías secundarias los pasajeros provenientes del Monorriel de la 27 de Febrero

La parte coercitiva, conformada por la Digesett  es quien debe ejercer la autoridad de manera vertical para hacer cumplir las leyes del nuevo código, aplicando de manera profesional técnicas que le permitan llevar a cabo la implementación de las labores de planificación suministradas por el Intrant, y  por el manejo ineludible de las directrices y ejecutorias de la Alcaldía del Distrito Nacional, que rige , a nivel municipal, la administración y planificación de la ciudad, dentro del ámbito de su jurisdicción.

La parte mas primaria de la movilidad comienza por la infraestructura de las aceras, cuya condición en cuanto a su deterioro y cualidad lucen destruídas, con poco ancho para circulación peatonal, y sin que haya el propósito de obligar al ciudadano de a pie a circular por ellas en vez de la calle.

Luego esta la jerarquización de las vías para definir las troncales, las secundarias, y las vías terciarias relativas a las que solo son residenciales. La operabilidad de las troncales mediante uso eficiente  de dispositivos, tales como las cadenas de semáforos sincronizados, movidos por energía solar o energía limpia, que le permita un funcionamiento permanente.

Además la labor de monitoreo 24/7 , de manera sostenible mediante el uso de video-cámaras, drones de inspección, reportes por radio-comunicación,entramados de redes sociales, etc.  La labor de la autoridad en las intersecciones debería solo ser preventiva, de vigilancia ante cualquier eventualidad, nunca sustituír semáforos , ni tomar decisiones que no solo alteran la esquina en cuestión, sino que se refleja el problema  en todo el tejido urbano, con un efecto dominó.

Una ciudad organizada, es un ente que funciona adecuadamente, y se percibe como tal.

Hemos sido reiterativos a través de otros artículos , de la necesidad imperiosa que existe de tomar decisiones en los medios de transporte colectivo, integrando los ya existente al sistema propuesto. Proponemos, pues : en primer lugar el Monorriel sobre la Ave. 27 de Febrero, sobre pilotes elevados en la isleta central, conectando el Residencial Alameda con el Aeropuerto Internacional de Las Americas en paradas expresas y locales, situadas en las interseciones con las vías troncales.

Este medio masivo lo interconectamos con el SAR ( Sistema de Autobuses Articulados) cuyo funcionamiento similar al de un Metro, con paradas prepagadas y transfers, distribuyen  a través de las vías secundarias los pasajeros provenientes del Monorriel de la 27 de Febrero.

En tercer lugar es urgente la semaforizacion sincronizada de las vías troncales, y el permitir que operen libremente, sin interrrupción, para hacer fluir todo el caudal de tráfico a los diferentes puntos de la ciudad.

La creación de un entramado de taxis con tarifas básicas fijas, operados por los actuales actores del transporte es fundamental, sustituyendo mediante facilidades otorgadas por el gobierno central para la sustitución de las unidades deterioradas por unas  mas modernas, híbridas ( con electricidad y combustible), todas debidamentes reguladas y supervisadas por el Intrant.

En este punto es de vital importancia la creación de un sistema de seguridad social e integración de los actuales choferes de autobuses, minibuses, y carros de concho al conjunto estatal de transporte, para garantizar una democratización del mismo. Para esto la autoridad deberá entrenar mediante cursos , con niveles y licencias especiales a estos trabajadores ,de modo que se constituyan en  sustento de sus respectivas familias.

La municipalidad, a este momento debería embarcarse en un amplio plan de restauración y rediseño de las aceras existentes, comenzando por las vías troncales, para dotar al peatón de las condiciones adecuadas de circulación, con un piso simple de hormigón plano, con textura antiresbalante, acceso a discapacitados, arborización para sombras en dichas aceras, y sobretodo el cumplimiento absoluto de que el peatón debe caminar sobre las aceras y no en medio de las calles, y que las mismas no deben estar obstruídas por nadie ni por nada, so pena de aplicación de  multas que se hagan cumplir cabalmente, y que  cambien dicha mala conducta y mentalidad por parte de los desaprensivos.

El problema mayor del tránsito en Santo Domingo es lo simple que es su solución, es solo un problema de voluntad políitica,de reformulación presupuestal, y de comenzar a hacer los ensayos que le permitan ejecutar los correctivos de rigor , a manera de ir optimizando su funcionamiento.

Así, se comienza por lo más simple  que es la remoción de policías de tráfico en las intersecciones, y su sustitución por semáforos sincronizados, de manera adecuada y planificada, con conteos de intensidad y frecuencia de vehículos para ir estableciendo los tiempos de duración del mismo.

Más adelante que se implementen estas medidas , será impostergable la construcción de un gran centro de control y monitoreo similar al del 911 , para manejar permanentemente los flujos, y tomar las medidas pertinentes en las horas pico de mayor tránsito por la ciudad.

Todas estas propuestas están de manera imprescindible interconectadas con los medios de transporte actuales , tales como el Metro y el Teleférico, de cuyas ampliaciones deberán ejecutarse una vez que los sistemas propuestos estén trabajando a toda capacidad, y que ya no funcionen de manera adecuada. Solo así, y de esta única manera deberá contemplarse su ampliación, pero los todos los estamentos propuestos y la organización de los existentes, deben agotarse.

Transitar por la bella primada de América, debería constituírse en una experiencia agradable, día a día, que siga seduciendo al residente y al visitante para que en el imaginario colectivo subyazca la idea verdadera de que es una de las ciudades mas bellas del continente , como de hecho lo es, de la América grande, del Continente de la Esperanza, y de uno, sin lugar a dudas, de los enclaves mas visitados en el Caribe Insular.

***El autor es Arquitecto, egresado de la Facultad de Arquitectura y Artes, Escuela de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional Pedro Henriquez Ureña, Santo Domingo, Rep. Dominicana. Miembro del CODIA y de la Sociedad de Arquitectos de la República Dominicana (SARD)