SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El ministro de Energía y Minas, Antonio Isa Conde, desmintió las afirmaciones del ex director de Minería, ingeniero Octavio José López, en el sentido de que estaría siendo mal asesorado sobre las modificaciones a la vieja ley de Minería y la promoción de una propuesta de cambio de la ley para beneficio de la sociedad dominicana.
Isa Conde califica como diatribas y conjeturas el contenido de un artículo de López, publicado por Acento este sábado. Según el ministro, lo que se quiere es descalificar una iniciativa de modificación de la ley que busca equilibrar la balanza de beneficios entre el Estado, las comunidades y el capital minero.
A continuación la carta del Ministro de Energía y Minas:
Sr. Fausto Rosario Adames
Director General
Editora Acento
Apreciado Fausto:
Responder a conjeturas, diatribas o calificativos que se lancen sobre mi persona y la función que ejerzo, como servicio a la nación, no ha sido costumbre en mí, pero esta vez quiero hacer una excepción por tratarse de un proyecto de ley de alto interés para el país, atacado -como había de esperarse- por intereses beneficiados durante muchas décadas por la ley del embudo en la minería.
El espacio de opinión de Acento recoge un escrito titulado “Minería: Temor e incertidumbre, el fantasma del troglodita”, que pretende no sólo colocarme en un estatus de pasividad o de “Laissez faire et laissez passer” aludiendo a mi edad -que es lo de menos- sino también descalificar una iniciativa que busca equilibrar la balanza de beneficios entre el Estado, las comunidades y el capital minero privado.
Quien conoce mi trayectoria y la del autor del señalado texto sabrá muy bien qué intereses me mueven y cuáles motorizan los de él. La postura que sostengo sobre la reforma a la Ley Minera es en defensa del país y no para servir de sombrilla a intereses personales o comerciales. Esa es la gran diferencia.
En ese sentido, me siento cómodo, satisfecho y dispuesto a invertir toda mi energía en lograr un marco legal justo, garantista de los derechos del Estado, las comunidades -dueños de las riquezas del subsuelo- y de los inversionistas de la industria extractiva.
El autor -que trata de defender el esquema fiscal de la vetusta ley minera- ignora adrede que bajo esa legislación el pago de regalía es deducible del Impuesto sobre la Renta, de manera que si la empresa no tiene beneficios o trabaja en punto de equilibrio, se lleva el material extraído del subsuelo (oro, cobre, plata u otros minerales) y el Estado no recibe un solo centavo.
En el proyecto de Ley de la Minería Nacional que se encuentra en el Congreso, la regalía se convierte en un precio que debe ser pagado por el uso de la materia prima (que son los metales) independientemente de que la empresa pierda, gane o trabaje en punto de equilibrio. Se trata de recursos renovables que son del Estado y desde el momento en que extraen hay que pagarlos.
Un ejemplo sencillo: Un fabricante de camisas tiene que pagar no sólo impuestos, sino también el precio de la tela (materia prima) a los proveedores. De igual manera, el Estado es el proveedor y dueño de los metales, que deben ser pagados desde que se extraen.
Si la defensa de este equilibrio -que pone fin al esquema “lo ancho para ellos y los estrecho para uno (el Estado)”- es calificada como una práctica autoritaria desde los grandes intereses capitalistas, estamos entonces, señor director, ante pensamientos retrógrados, trogloditas y arcaicos como hemos dicho.
Gracias por el favor de su atención.
Atentamente,
Tony