ROMA, Italia.- La ministra de Agricultura de Italia, Teresa Bellanova, es noticia por haberse emocionado durante la rueda de prensa en la que anunció la regularización de migrantes que trabajen en el campo o como cuidadores, y sin pudor hoy confirmó: "Sí, es verdad. Lloré por las mujeres y hombres que trabajan en el campo, como lo hice yo".
Su autenticidad y su procedencia humilde no tienen mucho que ver con la mayoría de los otros ministros del segundo Gobierno de Giuseppe Conte.
Ya se le compara con el exministro de Agricultura y luego presidente de Uruguay, José "Pepe" Mujica.
Su momento de emoción cuando anunciaba el miércoles por la noche la controvertida medida incluida en el paquete de ayudas para la crisis de la pandemia y que ha sido objeto de división entre los partidos que forman el Gobierno es hoy noticia a la prensa, pero muchos la han criticado.
"Es verdad. Lloré. Luché, luché, y al final lloré. Asociaron mis lágrimas con otras lágrimas. Les han dado un género, el femenino. Pero, sin embargo, yo tuve la fuerza para llorar, sí, la fuerza, porque luché por algo en lo que creía desde el principio, porque cerré el círculo de una vida que no solo es mía, sino de muchas mujeres y hombres, que como yo, trabajaban en el campo". VEA AQUÍ EL VIDEO
Este episodio durante la rueda de prensa de la ministra ha sacado a la luz varias curiosidades sobre la vida personal y política de esta sindicalista italiana, ahora representante del partido "Italia Viva", de Matteo Renzi, y que dejó los estudios y se dedicó a trabajar en el campo por necesidad.
Nacida en Ceglie Messapica, una pequeña localidad de la región meridional de Apulia, el 17 de agosto de 1958, abandonó después de su tercer año de secundaria, para trabajar en el campo.
Desde muy joven comenzó a participar en organizaciones sindicales y a comprometerse contra el flagelo de los capataces explotadores.
Esta actividad política y sindical la llevó en 1988 a convertirse en secretaria provincial en Flai-Cgil, que es la federación de trabajadores de la agroindustria para después su salto a la política con el Partido Demócrata, al que abandonó tras la escisión provocada por Renzi.
"No juzgues las lágrimas porque no me pertenecen solo a mí, sino a aquellos que tienen el valor de desafiar cada día para cambiar, sabiendo que puedes perder o ganar", escribió hoy en su página de Facebook.
Y agregó: "la fuerza de las mujeres, y también de muchos hombres, es saber llorar: no hay llanto de género, porque el único género capaz de llorar es el humano".
En su intervención del miércoles por la noche anunciando la regularización que se estima afectará a cerca 500 mil migrantes, Bellanova afirmó: "Para algunos, la regularización recientemente aprobada puede ser una disposición auxiliar. Para mí no. Si pienso en mi historia, mi vida, este es un resultado extraordinario para mí".
"Desde hoy los invisibles serán menos invisibles, quienes fueron brutalmente explotados en los campos podrán acceder a un permiso de residencia. A partir de hoy, los invisibles ya no pueden ser. Un momento importante también para las muchas empresas afectadas por la práctica desleal y la explotación", dijo.
Los migrantes que se dediquen a las labores agrícolas y de cuidadores domésticos podrán con esta norma optar a un permiso de residencia temporal para paliar la falta de mano de obra por la pandemia de coronavirus.
La medida forma parte de un amplio decreto dotado con 55 mil millones de euros en ayudas a familias y empresas perjudicadas por el cese de actividad por la pandemia.
UNA MEDIDA CONTRA EL CRIMEN ORGANIZADO Y LA ECONOMÍA SUMERGIDA
El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, justificó la regularización con la necesidad de combatir la delincuencia organizada que los explota en los campos y a los capataces que los ofrecen como mano de obra en negro, a quienes calificó de "modernos traficantes de esclavos".
También tiene por objetivo hacer frente a la economía sumergida y proteger a estas personas en medio de una emergencia sanitaria.
Conte reconoció que los italianos "necesitan" a los migrantes que trabajan en la recolección, pues en estos momentos se registra una falta de mano de obra por el cierre de fronteras.
La regularización está dirigida a los trabajadores que cuenten con permiso de residencia caducado o que nunca lo hayan tenido y residan irregularmente en Italia.
El permiso de residencia será temporal, por seis meses renovable otro medio año, y, si al término de la prestación el trabajador presenta un contrato, podrá conseguir un permiso de residencia laboral, según el último boceto del decreto, a la espera de que se publique el definitivo.
El proceso para presentar documentos y obtener el permiso de residencia en Italia se extenderá desde el 1 de junio al 15 de julio.
Según varios estudios, beneficiaría a unas 500 mil personas (200 mil cuidadores y amas de casa y 300 mil trabajadores agrícolas) y aportaría 2,600 millones de euros por año a las arcas estatales.
De acuerdo con la fundación Ismu, los inmigrantes irregulares en Italia pueden rondar los 600 mil.
La medida ha sido aprobada tras varias semanas de negociaciones entre el Movimiento Cinco Estrellas, reacio a la regularización, y el resto de fuerzas progresistas de la coalición, el Partido Demócrata (PD), Italia Viva (IV) y Libres e Iguales (LeU), que estaban a favor.
REQUISITOS PARA EL PERMISO
Esta medida prevé una contribución de los empresarios de 400 euros por cada migrante que contraten por el momento y el trabajador deberá pagar 160 euros para obtener el permiso de residencia temporal de seis meses para la búsqueda de empleo.
Los requisitos para acceder a la regularización serán que hayan sido identificados a su llegada a Italia mediante foto antes del 8 de marzo de 2020 o que puedan afirmar haber residido en el país de forma continuada antes de esa fecha.
También en el caso de que tengan un permiso de residencia que haya expirado después del 31 de octubre de 2019 o que esté a punto de vencer, que no hayan abandonado el país antes del 8 de marzo de 2020, podrán solicitar un permiso de residencia temporal para buscar trabajo.
Quedan excluidos los migrantes con problemas legales y los empresarios condenados por contratación ilegal o delitos como la explotación de la prostitución o la inmigración.
Desde que se detectara el primer caso de coronavirus autóctono el 21 de febrero, Italia ha registrado 222,104 contagios, de los que 31,106 personas han fallecido y 78,457 siguen enfermas, según los últimos datos de Protección Civil, que confirman la tendencia a la baja de la pandemia en este país. )Con información de EFE y otras fuentes)