SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El cáncer, la enfermedad que tantas vidas se cobra, ha debido comenzar a enfrentarse a un enemigo que se prepara para ganarle el combate final. Ese enemigo de la enfermedad ya le ha propinado algunos golpes certeros gracias al ‘big data’, el sistema de acumulación y gestión de datos.
En el caso del turismo –para entender mejor esto del “big data”- la nueva fuente de datos la aporta el propio turista a través de la conexión de su dispositivo móvil o con el uso de sus tarjetas, entre otros medios de pago. Así genera una información que permite incrementar el conocimiento sobre sus preferencias. Es la huella digital que el turista deja en la web, porque así se conoce lo que hace y lo que quisiera hacer.
El ‘big data’ alude, entonces, a las inmensas cantidades de datos combinados que, en el caso del cáncer, permite a los especialistas saber cada día más y con mayor exactitud sobre quienes lo padecen. ¿La finalidad? Aplicar el tratamiento más eficaz, adecuado y en el menor tiempo posible. Esto es parte de la Inteligencia Artificial.
Estrategia de ataque desde varios frentes y de manera simultánea
Microsoft presentó su plan de lucha hace dos años y lo llama “Project Hanover”. Es una estrategia de ataque desde varios frentes y de manera simultánea. Valiéndose de los complejos sistemas del ‘big data’, los miembros del “Project Hanover” analizan cada caso concreto de cáncer para dar con la dosis perfecta de un determinado medicamento.
Hace dos años, sumaban cerca de ochocientos los medicamentos disponibles para tratar los diferentes tipos de cánceres y ya entonces no solo resultaba complejo aplicar el tratamiento adecuado, sino que también resultaba igual de complicado determinar la dosis que resultara ser menos tóxica y a la vez más efectiva.
Otro gran frente de lucha de Microsoft es el uso de sus equipos para dar con las causas que provocan cada mutación genética y que a la postre termina por desencadenar el cáncer.
El “Project Hanover”, en síntesis, emplea un sistema computacional diseñado para analizar toda la información fragmentada y encontrar los datos más relevantes, “dejando así más tiempo para decidir cuál es el mejor tratamiento para los pacientes”, explican desde Microsoft Research, el área de la firma estadounidense encargada de este proyecto.
Para “resolver” el cáncer
Los expertos de Microsoft Research emplean el término “resolver” el cáncer y no “curarlo”. Lo hacen porque entienden a la enfermedad como un sistema computacional en el que algo ha salido mal, y por algún motivo. Esa “desprogramación” ha convertido a algunas de nuestras células en seres malignos.
Es decir, con este proyecto el gigante fundado por Bill Gates no solo busca el mejor tratamiento posible para pacientes que ya sufren un cáncer, sino ir un paso antes (viajando al pasado) para analizar qué exactamente fue lo que salió mal genéticamente y así poder tomar medidas correctivas y evitar que la enfermedad se reproduzca.
Para ello emplea ordenadores capaces de aprender sobre sucesos ya acontecidos y adoptar las mejores decisiones luego de analizar volúmenes incalculables de datos en tiempo récord.
“Digamos que la máquina llega ahí donde el cerebro humano, por una simple cuestión de limitación, no es capaz de llegar”, escribió el diario español El País al dar cuenta del asunto bajo el título “Project Hanover: ¿es la esperanza contra el cáncer?”: https://elpais.com/tecnologia/2016/09/23/actualidad/1474647362_976680.html
Cumbre Mundial de Salud con investigadores financiados para equivocarse
La chilena Fabiola Osorio, investigadora del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICBM) de la Universidad de Chile, y que trabaja en una terapia para el cáncer, participó esta semana en la Cumbre de Berlín como una de las mil mentes de científicos de excelencia que están siendo financiados en diversas partes del planeta para que busquen “alguna solución” al cáncer.
Se trata de científicos de países que no son parte del Grupo de los Ocho (G8), las naciones más ricas y poderosas del planeta, porque se entiende que los innovadores que den con la tecla exacta bien pueden surgir de cualquier zona del orbe.
Son científicos que no tienen que preocuparse por producir algún producto que deba venderse obligatoriamente para proseguir las investigaciones.
La científica chilena experta en inmunología admite que investigar con este tipo de financiamiento “permite tomar riesgos”, porque son recursos “para hacer innovaciones en ciencia, no para estudios predecibles o que debamos vender".
Osorio lidera un laboratorio integrado por una veintena de científicos chilenos no mayores a 30 años de edad, todos financiados por el Howard Hughes Medical Institute, de Estados Unidos, con fondos aportados por Gates para desarrollar innovación en ciencia.
Tal reconocimiento le permite a cada uno de estos equipos recibir 650.000 dólares cada cinco años para llevar adelante estudios, vinculados -en el caso de Chile- al programa de Inmunología, donde la línea de investigación se enfoca en la búsqueda de nuevos mecanismos para modular el sistema inmune y su impacto en el desarrollo de terapias para combatir el cáncer.
"El propósito es salir de la burbuja y hacer cosas innovadoras. Llegar un poco más allá con nuestras investigaciones y atrevernos a equivocarnos, algo que en ciencia se permite poco", añadió y precisó que en Chile las financiaciones disponibles "tienden a asegurar éxito”, por lo cual “el impacto es menor".
La inteligencia artificial busca pasar de diagnosticar el cáncer a tratarlo
No se trata de reemplazar la inteligencia humana, sino que la inteligencia artificial sea un complemento, una aliada, y esta misma semana un robot llamado Pepper lo explicó a los diputados de la Comisión de Educación del Parlamento inglés, en una iniciativa británica sin precedentes solo comparable, quizá, al robot enfermero Baymax, de la película “Big Hero 6” que el año 2015 ganó el Oscar al Mejor Largometraje Animado.
https://www.youtube.com/watch?v=vU_Xfx9QIi8
En medicina, efectivamente, lo digital llegó primero al terreno del diagnóstico, con algoritmos capaces de detectar enfermedades como el alzhéimer o el cáncer de piel de manera más fiable que los propios médicos. Ahora, la inteligencia artificial busca tratar las enfermedades y ya no solo diagnosticarlas.
“Es relativamente fácil validar programas de detección: si el ordenador predice que una persona tiene cáncer de piel y compruebas que lo tiene, el modelo funciona”, sostiene Aaron Babier, un investigador de la Universidad de Toronto que ha creado un programa capaz de diseñar tratamientos oncológicos personalizados.
Admite, no obstante, que un médico que estudia las dosis de un plan de tratamiento generado por el ordenador opinará que "no tienen la distribución óptima”, con lo cual se grafica que las ventajas de un tratamiento generado por inteligencia artificial pueden ser considerables, pero que aún no se llega allá.
También las empresas IBM y Google
La tecnología efectivamente todavía está en pañales en relación a lo que se vislumbra, a lo que ya se puede ver en el cine. En concreto, el uso de la inteligencia artificial para tratar el cáncer sigue limitado a programas pilotos. La IBM, también pionera en la inteligencia artificial aplicada a la oncología, está en lo mismo y mejorando paulatinamente su robot Watson.
Este robot aún recomienda tratamientos de cáncer que resultan “peligrosos e incorrectos”, según informa la revista estadounidense de salud STAT, que tuvo acceso a documentos internos de IBM.
Google, a su vez, colabora con hospitales públicos de University College London en Reino Unido para poner a prueba su algoritmo DeepMindHYPERLINK "https://deepmind.com/applied/deepmind-health/about-deepmind-health/" HYPERLINK "https://deepmind.com/applied/deepmind-health/about-deepmind-health/"Health, generador de radioterapias personalizas El investigador senior del equipo en Londres, Olaf Ronneberger, ha dicho que si bien los resultados del programa son “muy prometedores”, aún están lejos de llevar la inteligencia artificial a los pacientes de cáncer.
En España, a su vez, Francisca Mulero, jefa de Imagen Molecular del Centro de Investigaciones Oncológicas (CNIO), reveló que las aplicaciones de inteligencia artificial se limitan al diagnóstico y a la monitorización, aunque los análisis de imagen realizados por las máquinas ayudan a los oncólogos a optimizar su tratamiento. En ningún caso los sustituyen.
“La máquina delimita los píxeles de la lesión mucho mejor que el ojo humano, pero todavía hay que comprobar que el software no se equivoca”, explica y con ello también confirma que los pilotos siguen alejados de la rutina clínica, aunque pocos dudan que en el futuro cercano el impacto que tendrá la inteligencia artificial en el sector será determinante.