SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD) ya ha visualizado en detalle el enorme impacto de la pandemia en la economía nacional, pero a la vez mira el futuro y apunta a que será vital el apoyo financiero para las actividades estratégicas, principalmente a favor de aquellas de mayor incidencia en el empleo y en las que tienen un alto efecto multiplicador en diversos sectores.

Será vital el apoyo a sectores que dan empleo, por lo que, del lado fiscal, “se podría valorar la posibilidad de una amnistía, condicionada al mantenimiento de nómina por un periodo de tiempo determinado”, planteó en un informe de su Unidad de Estudios de Políticas Económicas y Sociales del Caribe sobre el impacto del COVID-19.

Ese apoyo financiero -costo más bajo y horizonte temporal de más largo plazo- debe ser dirigido prioritariamente a sectores responsables de más del 30% del PIB en 2019 y también debe alcanzar “de forma especial”, apunta, a las MIPYMES "en consideración a su limitado acceso a la banca formal”.

En el contexto internacional, el Banco Mundial prevé que la República Dominicana tendrá este año un crecimieto cero, perpectiva muy halagadora en comparación al decrecimiento que anticipa se registrará en todo el mundo, a excepción de China e India.

Pero mirando hacia el interior, basta hojear cada una de la decena de páginas de este informe del MEPyD para constatar que lo que sucede es duro y lo que viene mucho más.

Se trata de un trabajo de análisis que a brochazos generales pinta lo que ha sido el comportamiento macro de cada sector de la economía dominicana en el último tiempo y de cómo sufrirá cada uno de ellos este choque, tras el cual, y en el corto plazo, dice, “es previsible que la reactivación de estas actividades se produzca de forma gradual para evitar la reaparición de un nuevo brote”.

Justifica los grandes brochazos del análisis en que aún “resulta difícil estimar de forma certera el impacto que generará en la economía dominicana” esta pandemia inhumana.

“Aun así, se adelanta un ejercicio ilustrativo de simulaciones de choques en los componentes de la demanda agregada de los sectores que se considera serán los más afectados”, anuncia tras admitir que se dispuso el confinamiento de la población y el cierre parcial o total de actividades productiva y comercial no esenciales desde el 17 de marzo, lo que implicó “una paralización significativa a nivel de las empresas y otras actividades que son las fuentes del ingreso de los hogares”, porque no había más alternativa.

La urgencia es “salvaguardar la salud de las personas y evitar el colapso del sistema sanitario” y ello no dejó opciones, manifestó.

La actividad de servicios, cuyo aporte representa el 59.9% del PIB con una incidencia de 2.6 puntos porcentuales en el crecimiento (2019), destaca que sufrió una merca en el comercio que ya registra una brusca contracción, porque "solo se encuentran en operación los establecimientos de expendio de bienes básicos".

"La actividad representa el 10.1% del PIB, genera el mayor volumen de empleo de la economía, con 952 mil ocupados, y aporta el 26.1% de las recaudaciones totales”, advierte.

Sobre la paralización del turismo, ”una importante fuente de ingresos en divisas con una contribución al valor total de las exportaciones 36.3%, y una participación del 29.3% de la inversión extranjera directa (2019), en un promedio de 6 millones de visitantes en los últimos 5 años”, el análisis del MEPyD) destaca que “solo se encuentren operando unos pocos hoteles que hospedan a los extranjeros que permanecen en el territorio”.

El grueso de las empresas del sector industrial, cuyas operaciones han disminuido de manera sustantiva (generan un valor agregado de 27.5% del PIB y explican 1.6 puntos porcentuales del crecimiento económico en 2019), sostiene que “el mayor impacto previsto para la manufactura local y el rubro de las zonas francas (13.7% del PIB) se asocia con la dependencia del suministro de insumos importados y la caída de la inversión extranjera”.

En el caso de la construcción, y tras recordar que este rubro “ha tenido alta incidencia en el crecimiento económico en los últimos años”, el informe lamenta que “las operaciones se han reducido al nivel mínimo, cerrando temporalmente la mayoría de los proyectos”.

Al respecto, recordó que como previsión a la propagación del virus, la Asociación de Constructores y Promotores de Vivienda (ACOPROVI) recomendó suspender las labores de este sector que representa el 12% del PIB y ocupa 345 mil trabajadores (2019).

Lea a continuación este trabajo dividido en lo que fue el comportamiento de los principales sectores afectados y una “simulación de   choques en la demanda agregada de sectores estratégicos afectados por la expansión del COVID-19”.