Traducción Iván Pérez Carrión

Mientras que se suponía que este era el último día de un gobierno de transición, con un tope de 120 días según un acuerdo político del 5 de febrero, Privert lo asumía como cualquier otro día. La semana pasada, se reunió con diferentes sectores de la sociedad haitiana para discutir lo que había hecho desde su elección del 14 de febrero a la presidencia por el Parlamento. Pero esta semana retornó a las funciones presidenciales, al presentarse en una celebración en una emisora de radio, una visita sorpresiva al hospital general donde los residentes se han mantenido en huelga durante tres meses, y asistir a una fiesta en el departamento de Grande Anse.

“Yo nací el 1 de febrero, y veo el día de hoy como el 1 de febrero”, dijo Privert en una entrevista con el Miami Herald, que recoge una nota de Jacqueline Charles. “Fui elegido presidente provisional el 14 de febrero, y empecé hoy el día como si fuera el 14 de febrero”.

La calma y compostura de Privert en medio de la incertidumbre política de Haití, sin embargo, es un fuerte contraste con la posición de “esperar a ver qué pasa” que el país ha asumido. El martes, ya avanzado el día, un parlamento dividido aun no votaba sobre la prolongada presidencia a pesar de la fecha tope acordada. Una nota circulada en los medios sociales decía que los líderes de ambas cámaras estaban negociando el destino de Privert.

La falta de decisión es una disfunción e incertidumbre más que a Haití le cuesta, dicen diplomáticos extranjeros. El martes, el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, expresó su preocupación por la situación en Haití y dejó claro que el pueblo de Haití merece una oportunidad para expresar su voluntad y elegir a un presidente sin más demora.

"Esperábamos sinceramente que el acuerdo de febrero 5 se cumpliría con todos sus elementos y habría concluido hoy", dijo un funcionario del gobierno de EE.UU.

Mientras que EE.UU. se ha negado a adoptar una posición sobre la interpretación legal del acuerdo político, le ha pedido al Parlamento que determine el destino de la gobernabilidad en el país.

“Creemos que la Asamblea Nacional tiene que tomar las decisiones adecuadas para garantizar que la gobernabilidad se mantenga y se complete la elección”, dijo el funcionario. “No es necesario vivir en la incertidumbre de lo que todavía podría suceder hoy o mañana”.

Privert dice que su destino está en manos del parlamento. Si bien reconoce que dos de las fechas del acuerdo no se alcanzaron −una segunda vuelta del 24 de abril y la toma de posesión de un nuevo presidente el 14 de mayo− Privert dijo que el objetivo principal del acuerdo aun está por cumplirse: el completamiento de las elecciones.

Consideró que el martes 14 de junio es “un río” que Haití tiene que cruzar.

“El 14 de Junio es una elección que tenemos que hacer”, agregó. “El caos y la anarquía, el saqueo de fondos públicos (…) asesinatos y estabilidad. ¿Estamos en un hoyo o estamos cruzando juntos al otro lado del río?”.

Recordando el contexto en el que fue elegido Presidente por sus colegas parlamentarios, dijo que él ha mejorado el país.

“El país estaba en las garras de la anarquía y el caos”, dijo. “Mi misión era asegurar la vuelta a la calma, la estabilidad política, la paz social. Hoy en día, todo el mundo es consciente de que estos objetivos se han completado. El país está más tranquilo, estamos trabajando hacia las elecciones, tenemos un ambiente de paz. ¿A quién le interesa ver que el país que regresa a la inestabilidad?”.

A medida que las preocupaciones de la comunidad internacional de que la crisis podría convertirse en algo perjudicial e incluso violento, los opositores de Privert, encabezados por el ex primer ministro Evans Paul, siguen pidiendo que Privert devuelva la banda presidencial. Una manifestación contra Privert no pudo lograr muchos seguidores el martes, y una nueva fue anunciada para el jueves. Mientras tanto, una marcha pro-Privert atrajo a unos cuantos cientos de manifestantes.

En cuanto a Paul, Privert dijo: “Si soy el presidente provisional hoy es porque había un grupo de personas que no asumieron sus responsabilidades. Hoy en día, él no tiene ni la moral ni la credibilidad o integridad para hablar de eso. Yo estoy corrigiendo sus errores”.

Aunque Privert dijo que él se marchará si eso es lo que vota el Parlamento, ha indicado que se quedará hasta que se tome una decisión. Esto preocupa a algunos diplomáticos que dicen que a Haití no le hace falta tener una situación con un presidente cuyo mandato está impugnado por medio parlamento, y que no puede por sí mismo llegar a una decisión.

Fuente:http://www.miamiherald.com/news/nation-world/world/americas/haiti/article83832357.html