MADRID, España.- La lingüista María José Rincón expuso en la Feria del Libro de Madrid 2019  la  manera en que muchas palabras aborígenes  pasaron a formar parte de la lengua española y enfatizó que la huella del taíno pervive aún.

Al exponer acerca de los  “Tesoros de la lengua taína”, en el pabellón dominicano de la Feria del Libro de Madrid 2019, en representación del doctor Bruno Rosario Candelier, director de la Academia Dominicana de la Lengua, la académica explicó que la realidad lingüística de la América prehispánica era de una complejidad casi inimaginable.

Y añadió que los investigadores apuntan a la existencia de unas 170 grandes familias lingüísticas desde cuyos troncos se ramificaron lenguas, dialectos y subdialectos, a veces ininteligibles entre sí.

“Muchas  (de esas lenguas) se extinguieron o están en vías de extinción, otras muchas siguen vivas”, dijo.

Explicó que la primera familia lingüística con la que se encuentra el español  fue el  arahuaco, que se extendía desde las Antillas hasta el Chaco y desde los extremos de la selva andina al oeste hasta el Atlántico.

“Sus préstamos han pasado en gran número al español de América, al general, y a otras lenguas. La modalidad caribeña del arahuaco es la que conocemos como taíno. El taíno se extinguió, pero su huella pervive en la lengua española en distintos grados; es por eso que siempre que nos referimos a la lengua taína tenemos que, inevitablemente, hablar de su relación con nuestra lengua materna”, aseguró.

Agregó que los datos lingüísticos precolombinos de la Española aportados por las primeras fuentes cronísticas españolas son muy rudimentarios, pero su estudio ha permitido a los especialistas componer un panorama aproximado de la realidad lingüística existente a la llegada de Cristóbal Colón a América.

María José Rincón durante su disertación. A su izquierda, Olivo Rodríguez Huertas, embajador dominicano en España. Fotografía: Leandro Ventura.

“Las Antillas precolombinas conformaban un territorio plurilingüe en el que se producían contactos e influencias interlingüísticos. Como afirma Jansen (2015:18) 'la expresión globalizante lengua de los indios, que abunda en las crónicas españolas, no corresponde por lo tanto a la compleja situación sociolingüística del espacio antillano’”, enfatizó.

Rincón, miembro de número de la Academia Dominicana de la Lengua, afirmó que los estudios hablan de la existencia de al menos tres lenguas en la Española.

“El taíno -dijo- es la más conocida porque su difusión la convirtió en una lengua franca, tanto para los pueblos de la Española como para la comunicación con otros pueblos antillanos. El padre Bartolomé de Las Casas se refiere a ella como una lengua universal de toda la isla”, aseguró.

Indicó  que estas características le granjearon al taíno  mayor presencia en los textos coloniales y que ese  protagonismo en las fuentes lo hace ser la lengua antillana mejor conocida en la actualidad.

“Las palabras taínas registradas en la documentación colonial y las finalmente incorporadas en la lengua española, las que perviven en el español del Caribe y las que han pasado a formar parte del español general, son las únicas huellas históricas que nos quedan del taíno”, puntualizó Rincón.

Recordó que de Las Casas se refiere a esta lengua como la “más ordenada y compuesta”  y “la más elegante y la más copiosa de vocablos, y más dulce el sonido”.

El público en la exposición acerca de los Tesoros de la lengua taína. Foto Leandro Ventura.

Palabras indígenas

Tras explicar cómo las palabras indígenas pasaron a formar parte del vocabulario español, Rincón mencionó una serie de voces aborígenes que se siguen empleando; entre ellas, canoa, conuco, huracán, burén, petaca, cacique,  bohío, yuca, hamaca, cacique, caribe, maíz, yuca, batata, cazabe, pitahaya, guanábana, anón, guayaba y mamey.

Dijo que algunas de las voces referidas a creencias o actividades se mantienen  como palabras históricas; es decir, relacionadas exclusivamente a las instituciones prehispánicas tales como cemí, areíto y cohoba.