SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Un maestro y su discípulo han logrado que la muerte en Italia, que no es poca, no sea mayor. Han puesto el foco en los asintomáticos, en las personas portadoras del coronavirus que produce la enfermedad COVID-19.

Italia, el país más afectado del mundo por la epidemia de COVID-19, registró hoy nuevas cifras alentadoras, en particular una disminución del número de muertes diario y de enfermos en cuidados intensivos:  Las 542 nuevas muertes registradas el miércoles (total de 17.669), representan una disminución con respecto al martes, cuando se registraron 604 muertes en 24 horas, y al lunes (636).

La región más afectada sigue siendo Lombardía, con más de la mitad de las muertes italianas (9.722 y más de 53 mil casos), mientras que toda la península registra hasta el momento unos 140 mil casos.

A pesar de estos signos alentadores, los responsables piden prudencia y no cejar el esfuerzo, respetando las reglas de confinamiento y de distanciamiento social.

Maestro y discípulo

Al hablar de maestro y discípulo se cae de inmediato en la trilogía que componen los filósofos Sócrates-Platón-Aristóteles, abuelo-hijo-nieto. En el caso de Italia en pleno período COVID-19:  Sergio Romagnani y su discípulo Andrea Crisanti. ¿El nieto, el tercero de la trilogía? Todos aquellos que en la actualidad han entendido que la clave está en los asintomáticos, el  confinamiento y el distanciamiento social, incluidas las mascarillas.

Sergio Romagnani, profesor emérito de la Universidad de Florencia (Toscana), una eminencia de 81 años en el campo de la inmunología y la medicina interna, "empezó a alertar a la opinión pública toscana antes de que casi nadie" para que encendieran todas las alarmas en Europa cuando el nuevo coronavirus hacía estragos en China, se asegura en El Confidencal.

Su discípulo Andrea Crisanti, de la Universidad de Padova (Véneto), está consiguiendo el que quizá sea el primer retroceso del COVID-19 en territorio europeo, el que se registra en Véneto. Allí, el virus brotó con violencia, pero se bate en retirada tras una serie de medidas que otros territorios no supieron adoptar a tiempo.

El el diario El Confidencial de España se lee una extrensa entrevista al maestro publicada la víspera, cuyas principales respuestas Acento destaca a continuación, con la esperanza puesta en que se aprenda en esta lucha contra el tiempo de los errores cometidos por otros:

Los asintomáticos positivos

"La impresión de Crisanti (el discípulo) que comparto es que quizá fue el aislamiento de los asintomáticos positivos lo que frenó la epidemia. Es una hipótesis, pero creemos que cuando el virus circula muchas veces por el mismo ambiente, potencia su acción".

"Yo creo que en Madrid está ocurriendo lo mismo que en Lombardía (Milán es la principal ciudad de esta región). En Lombardía no han hecho test a los asintomáticos, solo a los que tienen ya síntomas. Y no han querido llevar mascarillas. Dos enormes errores estratégicos, que son los que han desatado la tragedia. Lombardía está como Madrid, ya lo sabe: tenemos muchas personas en terapia intensiva.

¿Y por qué los asintomáticos?

Es que son un incubador trágico del virus. Lo hemos visto también aquí: se ponen todos los ancianos enfermos (en los asilos, los geriátricos). ¿Por qué? Porque no hicieron test al personal que trabaja allí, a quienes los cuidan, que son en muchos casos asintomáticos y son los que han llevado el virus a los ancianos. Es gente que hacía una vida normal, entraba allí, infectaba a los viejos y se desataba el fin del mundo. Aquí tenemos residencias donde se ha infectado hasta el 50 y el 80% de la gente. La única manera de frenarlo es hacer test a todo el personal que trabaja allí y sacar inmediatamente a los que den positivo. Si no lo hacemos, seguirán muriendo.

En Lombardía tardaron en aislar a los asintomáticos

En cuanto crearon la ‘zona roja’, aislaron a todos, también a los asintomáticos… Paralizaron el brote. En el norte, en el área de Bergamo (Lombardía), hay grandes industrias que producen mucho. Se valoró distinto por motivos económicos quizá. Y ya ve el resultado… Al final hemos tenido que paralizar la nación entera por esos errores iniciales.

Se fueron contra el uso de las mascarillas

Eso ha sido un error enorme. ¡Enorme! Las mascarillas es obvio que no dan una protección al 100%, pero si las lleva todo el mundo baja muchísimo el riesgo de contagio. Cuando llegaron los médicos enviados por China, se quedaron estupefactos. Nos decían que si estábamos locos. Ellos es verdad que están acostumbrados a llevarlas por la contaminación, etcétera, pero no se podían creer que en Italia las autoridades recomendasen lo contrario.

¿A quienes hacerles el test?

Es imposible hacer test a todo un país, eso es imposible. Pero lo que se puede hacer es elegir a quién lo haces y no parar. Se tiene que empezar con las categorías que pueden ser vector de contagio por el trabajo que desarrollan. Médicos, enfermeros, personal sanitario, trabajadores de supermercados, agentes de policía, farmacéuticos, etcétera. A esos hay que hacerles test a todos.

Usted vio venir esto mucho antes que el resto. Está negro sobre blanco en los artículos publicados en la prensa toscana.

Soy profesor emérito, estoy prácticamente jubilado, pero he entendido la gravedad precozmente, muy precozmente. El gobernador de Toscana, que me conocía bien, me contactó y por eso empezaron a hacer test a los médicos aquí, a los enfermeros, etcétera. ¡En Lombardía no se los hacían ni a los médicos! ¡En los hospitales no se hacían a nadie! Lo peor es que seguían las recomendaciones de la OMS (Organización Mundial de la Salud (OMS), que decía que había que hacer test solo a los que tenían síntomas.

Este miércoles 8 de abril las familias de Prato, localidad situada a 15 kilómetros de Florencia, reciben en sus propias casas las mascarillas enviadas por su alcalde.

¿Ha fallado la OMS?

Ha sido desastroso, totalmente desastroso. Hasta hace 10 días, aquí seguían diciendo por televisión en mensajes oficiales que las mascarillas no servían para nada, que los test a los asintomáticos no servían para nada. Al final, Véneto está controlando el coronavirus por no seguir a la OMS. Ahora están cambiando el discurso y están diciendo lo que yo dejé escrito hace dos meses. Pero ahora llega tarde. Hacía falta hacerlo entonces para frenarlo.

¿Cómo es posible que haya fallado tanto la OMS?

Nos hemos hecho esa pregunta nosotros también muchas veces estos días. Yo creo que fundamentalmente han fallado porque son burócratas que han hecho carrera dentro de oficinas, pero no han vivido la experiencia de campo, no han estado ni en los laboratorios manejando virus ni implicados en situaciones epidémicas en otros países. Los políticos se han dejado aconsejar por burócratas, en lugar de por expertos. Los políticos están siendo muy criticados, pero la verdad es que han tomado decisiones aconsejados por lo que les decían los técnicos.

La vacuna pasiva

Buscar los anticuerpos del virus en la sangre es muy fácil. Y nos permitiría saber cuántas personas han tenido la infección. A partir de ahí, podríamos avanzar mucho en la investigación epidemiológica para saber dónde estamos. Luego se podría utilizar a las personas con anticuerpos para trabajar en lugares como residencias de ancianos, fábricas o donde hagan más falta. Y tercero: podríamos utilizar el plasma de esas personas para curar a pacientes. Esta terapia ya se está utilizando y puede funcionar como una vacuna pasiva: anticuerpos metidos directamente a la sangre.

También permitiría saber cuánta gente ha pasado la enfermedad sin síntomas o con síntomas ligeros, claro.

Las cifras exactas no se van a conseguir. Los estudios de anticuerpos no detectan a todo el que lo ha pasado sin síntomas, solo a dos tercios. En cualquier caso… En el hospital de Florencia lo hemos hecho con todo el personal sanitario y hemos encontrado que en torno a un 5% de médicos y enfermeros había pasado ya la enfermedad sin síntomas. Eso a pesar de que es un hospital que no estaba en primera línea y donde no ha habido apenas pacientes con coronavirus.

Usted es de los que se metieron en cuarentena antes de que fuese obligatorio.

Llevo ya más de un mes. De todos modos, como profesor emérito, mi actividad no era tampoco muy intensa. Cuando empezó esta historia, ya llevaba tiempo evitando el contacto con gente. Ya había entendido lo que iba a pasar.

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