Sao Bernardo do Campo (Brasil), 7 abr (EFE).- El expresidente brasileño Luiz Inácio da Silva, condenado a 12 años, mantiene silencio sobre su posible ingreso en prisión en las próximas horas tras pasar su segunda noche en la sede del sindicato de metalúrgicos de Sao Bernardo do Campo, en las afueras de Sao Paulo.

El juez federal Sergio Moro dio a Lula un plazo hasta las 20.00 GMT del viernes para presentarse ante la Policía Federal para purgar una pena de 12 años de cárcel por corrupción pasiva y lavado de dinero.

El plazo fue incumplido por Lula y, en un pulso con la justicia, el exmandatario continúo refugiado en el sindicato, donde permanece desde la noche del jueves, acompañado por familiares, aliados políticos y militantes.

Mientras Lula define si se entrega o no ante las autoridades, sus abogados están librando una frenética batalla judicial en los tribunales para intentar frenar la prisión del principal líder de la izquierda brasileña, quien encabeza todas las encuestas de intención de voto ante las elecciones de octubre.

El expresidente participará hoy en una misa en memoria de su esposa, Marisa Leticia, que se oficiará en las inmediaciones del sindicato.

Según el diario Folha de Sao Paulo, Lula habría negociado entregarse a las autoridades tras participar en la ceremonia religiosa.

Fuentes del Partido de los Trabajadores (PT) consultadas por Efe admitieron que el expresidente estaría negociando su entrega con la Policía a través de intermediarios y habría exigido que su lugar de detención sea en Sao Paulo o en la misma Sao Bernardo do Campo, donde tiene además su residencia particular.

Mientras Lula define si se entrega o no ante las autoridades, sus abogados están librando una frenética batalla judicial en los tribunales para intentar frenar la prisión del principal líder de la izquierda brasileña, quien encabeza todas las encuestas de intención de voto ante las elecciones de octubre.

Lula fue condenado por el juez Moro en julio de 2017 a 9 años y 6 meses de prisión al dar por comprobado que obtuvo un apartamento en la playa a cambio de beneficiar a la constructora OAS con contratos de Petrobras, centro de un gigantesco escándalo.

La condena fue aumentada en enero pasado a 12 años y 1 meses por un tribunal de segunda instancia, que además determinó su ingreso en prisión una vez agotados los recursos en esa corte.

La defensa de Lula ha cuestionado el decreto de prisión, pues considera que el expresidente todavía tenía un recurso pendiente en el tribunal de segunda instancia que no fue considerado por dicha corte. EFE

Policía confirma ejecutará orden de prisión contra Lula este sábado

Curitiba (Brasil) (EFE).- La Policía Federal de Brasil confirmó la noche del viernes (ayer) que ejecutará la orden de prisión contra el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva hoy, sábado 7, según señalaron a Efe fuentes del organismo.

Lula se encuentra atrincherado en un sindicato de Sao Paulo desde la noche del jueves y este viernes rechazó entregarse de manera voluntaria a la Justicia, como le había permitido el juez federal Sergio Moro en auto en el que dictó su orden de prisión.

Esas fuentes señalaron que los efectivos de la Policía Federal que están ya preparados para cumplir con la orden judicial solo podrán actuar a partir de la mañana del sábado y tampoco garantizaron del todo esa posibilidad.

De acuerdo con el exsenador Eduardo Suplicy, del Partido de los Trabajadores (PT), Lula asistirá esta mañana de sábado a una misa en memoria de su fallecida esposa, Marisa Leticia.

La presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), Gleisi Hoffmann, negó que Lula da Silva negocie su entrega a la Policía superado el plazo otorgado por la Justicia para ingresar en prisión a pesar de las versiones de que negociaba su entrega con las autoridades.

Moro decretó el jueves por la tarde una orden de prisión contra el ex jefe de Estado (2003-2010), con objeto de que empiece a cumplir la pena de 12 años y 1 de mes por corrupción pasiva y lavado de dinero.

El magistrado condenó a Lula en julio de 2017 a 9 años y 6 meses de prisión al dar por comprobado que se benefició de las corruptelas que se dieron en el seno de la petrolera estatal Petrobras por medio de la cesión de un lujoso apartamento en el litoral paulista de parte de OAS, constructora implicada en la trama.

Esa pena fue aumentada en enero pasado a 12 años y 1 meses por un tribunal de segunda instancia, que además determinó su ingreso en prisión una vez agotados los recursos en esa corte.

La defensa del líder político más carismático de Brasil ha intentado varios recursos in extremis para evitar su prisión, los cuales han sido negados. EFE