Sao Paulo, 6 feb (EFE).- El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva fue condenado este miércoles, por segunda vez, a 12 años y 11 meses de cárcel por corrupción pasiva y lavado de dinero, en una de las ochos causas penales que tiene abiertas con la Justicia.
El exmandatario ya está en prisión desde abril de 2018 para cumplir la sentencia de 12 años y un mes que recibió por parte de un tribunal de segunda instancia, en otro proceso relacionado también con las corruptelas destapadas en el seno de la petrolera estatal Petrobras.
En total, el máximo líder del Partido de los Trabajadores (PT), quien gobernó Brasil entre 2003 y 2010, acumula un total de ocho causas en la Justicia brasileña, todas ellas vinculadas con diferentes asuntos de corrupción.
Lula asegura ser víctima de una "persecución judicial y política" que, principalmente, busca impedir su vuelta al poder.
El expresidente fue absuelto en julio del año pasado en otro caso en el que se le acusaba de obstrucción a la Justicia por supuestamente intentar comprar el silencio del exdirector de Petrobras Nestor Cerveró para evitar que informara sobre la red de desvíos en la petrolera.
A continuación, los ocho procesos en los que Lula está imputado, en dos de los cuales ya ha sido condenado:
1.- Caso de Tríplex: corrupción pasiva y lavado de dinero. Condenado el 12 de julio de 2017 a 9 años y 6 meses por el entonces juez Sergio Moro, hoy ministro de Justicia y Seguridad en el Gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro.
Esa sentencia fue ratificada y aumentada por un tribunal de segunda instancia hasta las 12 años y 1 mes. Agotados los recursos en dicha corte, Moro decretó su ingreso en prisión.
En este caso, la Justicia dio por comprobado que Lula recibió sobornos a cambio de favorecer a la constructora OAS en contratos con Petrobras, los cuales se habrían materializado en la reserva y reforma de un apartamento de tres plantas en Guarujá, en el litoral de Sao Paulo.
2.- Casa en Atibaia: corrupción pasiva y lavado de dinero.
Condenado este miércoles a 12 años y 11 meses por la jueza de primera instancia Gabriela Hardt, sustituta temporal de Moro.
En este caso, Lula es acusado de haberse beneficiado de las reformas millonarias que tres constructoras, entre ellas OAS y Odebrecht, realizaron en una casa de campo cuya propiedad se le atribuye en Atibaia, en el interior del estado de Sao Paulo, pues está a nombre de un amigo suyo.
3.- Trama en el PT: asociación ilícita.
Un juez de Brasilia aceptó en noviembre pasado una denuncia contra Lula y la expresidente Dilma Rousseff (2011-2016), acusados de integrar una supuesta red corrupta dentro del PT.
De acuerdo con la Fiscalía, los imputados integraban "hasta el año de 2016″ una "organización criminal" como miembros de la formación progresista al recibir millones de dólares en sobornos.
4.- Caso Guinea Ecuatorial: lavado de dinero.
En el primer proceso que responde en Sao Paulo, Lula es acusado de haberse valido de su influencia para influir en decisiones del Gobierno de Guinea Ecuatorial con el objetivo de favorecer los negocios del grupo brasileño ARG en el país africano.
Según la Fiscalía, el exgobernante recibió un millón de reales (unos 270.000 dólares) de esa empresas como compensación, la cual fue disimulada en formación de donación para el Instituto Lula.
5.- Instituto Lula: corrupción pasiva y lavado de dinero en la investigación del Lava Jato.
Según la acusación, recibió sobornos de Odebrecht a través del exministro Antonio Palocci, también implicado por el caso Petrobras y quien decidió cooperar con la Justicia. El dinero habría servido para comprar un terreno para el Instituto Lula y un ático vecino a su residencia particular en la ciudad de Sao Bernardo do Campo, en la región metropolitana de Sao Paulo.
6.- Contratos en Angola: corrupción pasiva, tráfico de influencia, lavado de dinero y asociación ilícita.
Está acusado del cobro de sobornos de Odebrecht a cambio de presiones para favorecer a la constructora con créditos de entidades públicas que facilitaran la adjudicación de contratos en Angola.
7.- Incentivo fiscal para empresas de vehículos y aviones de caza: tráfico de influencias, lavado de dinero y asociación ilícita.
La Fiscalía lo acusa de interceder ante su sucesora, Dilma Rousseff, para mantener un incentivo fiscal para empresas automotrices a cambio de presuntos sobornos.
También fue acusado en la misma denuncia de interceder para que el Gobierno atribuyera a la empresa sueca Saab una licitación para la compra de 36 aviones caza.
8.- Operación Zelotes: corrupción pasiva.
Acusado de firmar un decreto, a cambio de supuestos sobornos, en favor de empresas del sector automotriz mediante una prórroga de los beneficios tributarios. EFE