¿Está la mayoría de los dominicanos consciente de la profundidad de la crisis que afecta al país?

Definitivamente no. Pero sabe que hay problemas en las recaudaciones tributarias, entiende que necesitamos endeudarnos aún más para salir a camino, tiene conciencia de que el crecimiento se ha desplomado, vive por experiencia la suspensión o el despido de cientos de miles de trabajadores, no tiene dudas sobre la caída del turismo y su impacto en la economía, sabe que hay un déficit grande y quizás este informado de otros problemas que agobian a la población.

Sin embargo, muy pocos tienen idea de las magnitudes. Tampoco de cómo resolver la crisis. Y si se trata de aportar algo para ayudar a la solución, ahí todo se va al carajo.

Al mes de agosto del 2020 el déficit del gobierno central (conocido como déficit de caja o por encima de la línea) registró y monto de RD$176,363 millones o el equivalente a un 3.5% del PIB.

A diciembre, este déficit se remontará a unos RD$350 mil millones o un 7% del PIB, cifra extremadamente alta y peligrosa para garantizar la sostenibilidad fiscal el próximo año. El Ministerio de Hacienda estima que en el 2020 el déficit rondaría el 5% del PIB, algo demasiado optimista.

El déficit consolidado, que incluye el del Banco Central, no puede obviarse porque implica compromisos presupuestarios y montos significativos de recursos (1.2% del PIB), estaría cerrando en diciembre en alrededor del 8.3% del PIB.  Los cuadros 1 y 2 presentados por Hacienda ofrecen los posibles resultados presupuestarios para el 2020 y 2021.

Pero hay otro déficit muy importante que casi nadie menciona. Me refiero al déficit primario que es resultado de restarle al gasto total (por encima de la línea) los intereses pagados.

Los agentes económicos le dan mucha importancia a este déficit porque refleja la capacidad del país para sostener su deuda. El déficit primario registra al mes de agosto un monto de RD$79,624 millones (o sea un 1.6% del PIB).  Esta cifra es muy alta y refleja en gran medida el exceso en el gasto corriente para contener la pandemia y asistir socialmente a las personas más afectadas. Para el 2021 este déficit se estima en 1.1%.

En cuanto al endeudamiento, al cierra del 2020 y usando el PIB del 2019, la relación deuda/PIB estaría en 63% con la emisión de los US$3,800 millones en bonos soberanos. Hay dos préstamos pendientes en el congreso que serían aprobados próximamente. Unos de US$500 millones del BID y otro por US$26 millones para un acueducto.

Estimamos que el PIB caerá un 9.2% en el 2020 y eso aumentará la relación deuda/PIB a principios del 2021 a un 67%.

El presupuesto presentado por el gobierno para el próximo año también sobrestima los ingresos tributarios cuyo monto programado es de RD$746 mil millones (VER GRÁFICO).

Difícilmente, y con medidas restrictivas que podrían perdurar más allá del primer semestre del 2021, estos ingresos podrán superar los RD$700 mil millones por lo que el déficit será mayor al estimado del 4.3% del PIB.

El financiamiento del presupuesto del 2021 es igualmente alto, pero difícil de reducir.

Para el año 2021, las estimaciones preliminares apuntan a una necesidad bruta de financiamiento de RD$322,471.8 millones, 6.4% del PIB, menor al 8.8% del PIB presupuestado para el año anterior.

Esto implica que al cierre del 2021 la relación deuda/PIB, estará por encima del 70%, lo que derivará en el uso del 49% de los ingresos tributarios para pagar el servicio de la deuda.

En resumen, tenemos un coctel altamente tóxico de alto endeudamiento, déficits por las nubes y un crecimiento negativo.

Miguel Ceara Hatton, Ministro de economía y Planificación

¿SOLUCIÓN? Hay que aumentar las recaudaciones porque el endeudamiento tiene un límite que sobrepasarlo podría llevarnos a una verdadera catástrofe.

He dicho reiteradamente que no puede pasar el primer semestre del 2021 sin una reforma fiscal integral. Pero falta mucho para eso por lo que hace necesario tomar medidas urgentes para mejor esas recaudaciones.

Entre los impuestos malos anunciados esta la aplicación del ISR al salario 13, exceptuando a los que ganan hasta RD$40,000. Esto debería eliminarse.

Entre los buenos esta el 3% a las compras con tarjeta de crédito en moneda extranjera, que no afecta a los pobres porque estos ni viajan ni tienen tarjetas en dólares.

También suspender el ajuste por inflación de los salarios porque sería incompresible que en un año tan desastroso y con una nómina gigantesca se aplique tal disposición. Es mejor invertir ese dinero en obras y generar empleos.

Los demás impuestos contemplados son igualmente aceptables ya que ninguno afecta a los mas necesitados.

Sin embargo, para compensar la eliminación del ISR al salario 13, un aumento del 10% a las placas seria aconsejable.

Otra opción es aumentar los peajes de 60 pesos a 80 pesos ya que ningún país del mundo tiene peaje de un dólar para recorrer HASTA 250 KILOMETROS.

Como corolario, se debe eliminar la exención a las compras por internet hasta US$200 para evitar que los pocos negocios que sobreviven tengan que cerrar sus puertas.

Y no olvidar Incluir un impuesto adicional a los juegos de azar y arrasar con las bancas ilegales.

No hay desayuno gratis y los desastres cometidos por la pasada administración junto a una pandemia que ha desguañangado la economía exigen medidas urgentes para evitar peores daños.

Habrá disgustos y muchas presiones por estas medidas, pero no se puede ceder, aunque si negociar, si queremos mantener la estabilidad macroeconómica sin que nos impongan desde fuera una camisa de fuerza. Estamos en un estado de emergencia nacional. No lo olviden.

Ahora le toca al Congresos jugar con estas opciones sin olvidar que el populismo conduce siempre hacia a un solo destino: La Tumba.