Fuente: Nj.com/Jessica Mazzola y Thomas Moriarty
NEWARK, Nueva Jersey.- La línea de interrogatorio en la tarde del lunes en el actual juicio de corrupción federal del senador estadounidense Robert Menéndez se centró en las lujosas amenidades de un complejo de precios altos.
El campo de golf número uno en el Caribe. Kilómetros de playas de arena y un mar azul. Un spa, y un hotel que cobra hasta US$1,500 por noche. Andrés Pichardo-Rosenberg, presidente de Casa de Campo en la República Dominicana, reveló los aspectos más destacados de la localidad bajo el cuestionamiento de la fiscalía.
El Dr. Salomón Melgen, el co-acusado del senador demócrata en el caso, posee una villa en el resort 7,000 acres del complejo. Los dos hombres viajaron juntos allí con frecuencia, lo que los fiscales alegan era parte de una relación impropia entre ambos.
Entre las características del complejo, Pichardo-Rosenberg destacó numerosos restaurantes, un puerto deportivo y faisanes vivos, para dispararles como deporte.
El testimonio del lunes sobre el sitio de recreo generó un de acá para allá, hasta que el juez que preside el juicio, William H Walls, instó a los abogados de ambas partes en la sala a no excederse en detalles innecesarios cuando interrogaran a los testigos.
“Estoy harto y cansado de escuchar esto”, dijo Walls a los abogados el día anterior, indicando que sentía que los fiscales habían desperdiciado demasiado tiempo haciendo preguntas repetitivas, y los abogados de la defensa pasaban el tiempo con preguntas que ya se han hecho.
El lunes en la corte, Walls interrumpió abruptamente el testimonio, envió al jurado fuera de la sala del tribunal, y reprendió a los abogados, diciendo que él va a cortar esas líneas de preguntas
Las acciones de los abogados, dijo Walls, eran "insultantes no sólo para la corte, sino para el jurado".
“Se están haciendo demasiados insultos al jurado por ambas partes en este caso”.
Aprovechando la advertencia de Walls, Abbe Lowell −el principal abogado defensor de Menéndez− objetó continuamente el interrogatorio del gobierno a Pichardo-Rosenberg, argumentando que las descripciones detalladas pudieron haber sido provocadoras tentadoras para el jurado, sentado en un tribunal en Nueva Jersey, pero irrelevantes, ya que no hay prueba de que Menéndez haya utilizado el spa, campo de golf, o cualquier otro tipo de servicios mientras él estaba allí.
Cuando los abogados de la defensa le preguntaron directamente acerca de lo que Menéndez hizo mientras estaba en el resort, Pichardo-Rosenberg no pudo decir específicamente que el senador realmente haya utilizado alguno de los costosos servicios que detallaron los fiscales.
Un segundo ejecutivo del hotel, Alberto Abreu, de las instalaciones de Puntacana, también testificó sobre una estancia de Melgen, Menéndez y la esposa de Menéndez en el hotel Tortuga Bay en septiembre de 2010. Los fiscales exhibieron una foto de palmeras a lo largo de una playa de arena como ejemplo del panorama que los tres habrían visto desde su suite de dos dormitorios con “vista al mar”.
Albreu dijo que se trató de una invitación del presidente del complejo, que había invitado a Melgen como huésped a la boda de su hijo. Pero declaró que no podía estar seguro de quién en la fiesta del médico era el responsable de los cargos incidentales facturados a la habitación, que incluía rondas de oro y un tratamiento de spa.
El juicio continúa el martes por la mañana en el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos en Newark.