SANTO DOMINGO ESTE, República Dominicana.-“El abogado mío va a ser Dios, nada más…”. Esta rotunda expresión resume el profundo dolor que embarga a Olga Cabrera, madre de Cristina Cabrera, la joven de 21 años asesinada el domingo 9 de octubre en Villa Duarte, en un hecho no esclarecido del todo.
La noticia llamó la atención y ganó primera plana porque el origen primero del incidente fatal habría sido un comentario vejatorio dejado contra la víctima, Cristina Cabrera, en una fotografía colgada en la red social Facebook por Bety Morel Bilomal, la acusada de haberle arrebatado la vida a puñaladas. Bety Morel Bilomal se encuentra encarcelada en la prisión Modelo de Najayo, en San Cristóbal, en donde deberá permanecer por lo menos tres meses como medida de coerción a la espera del juicio.
Luego de expresar su dolor e invocar la justicia divina con impotencia, la madre abandona la sala para ir a llorar su pena a una pequeña habitación contigua, lejos de la vista de los reporteros.
Justo antes de esas palabras, la señora Cabrera narró que su hija Cristina, la mayor de 5 hermanos, estudiaba Mercadeo Técnico en el Instituto Académico de Tecnología (INATEC). Con el dolor reflejado en el rostro, apenas puede articular palabra cuando trata de hablar de lo sucedido la noche de la muerte de su hija Cristina.
“Ella no tenía problemas con nadie. Todo el mundo la buscaba, la quería…muchísimo”, dice su madre. Todos también coinciden en que le gustaba mostrarse limpia y arreglada, “en pinta” como se suele decir coloquialmente
Es una familia pobre, y no cuenta con dinero para pagar un abogado. El padre, Deny Morla Espíritu Santo, pide que se investigue a fondo la muerte de su hija y reclama que se haga justicia hasta las últimas consecuencias.
El domingo 9, cuando Cristina Cabrera salió a reunirse con unas amigas frente al colmado “Súper Fría El Faro”, para compartir un rato al ritmo de una “disco-light” en Villa Duarte, no imaginó que se encontraría con la muerte. De acuerdo con el testimonio de la familia, dos comentarios dejados bajo una foto de su perfil de Facebook rondaban su cabeza, llenándola de ira: “Eres una perra” y “A esa tipa le hiede la boca”.
La tragedia ha conmocionado a Villa Duarte. Familiares, amigos y conocidos del sector fueron unánimes al describirla como una muchacha tranquila, a la que no se le conocían problemas con nadie ni era persona de buscar problemas.
“Ella no tenía problemas con nadie. Todo el mundo la buscaba, la quería…muchísimo”, dice su madre. Todos también coinciden en que le gustaba mostrarse limpia y arreglada, “en pinta” como se suele decir coloquialmente.
Según sus familiares y amigos, sería esa predilección por la pulcritud de su apariencia, sumada a una personalidad que describen como agradable y simpática, la que provocaría el supuesto comentario vejatorio Bety Morel Bilomal, a quien ella le habría reclamado, lo que habría generado la trifulca que terminó en la tragedia.
Dos de sus amigas, Laly Daniel, de 21 años y Darlenys Raed de 16, estuvieron presentes en el momento del pleito que devino en la muerte de Cristina, a la vez que negaron que la riña fuera por celos por un muchacho apodado “Muñeco”.
Ambas narran que cuando Cristina vio a Bety en el grupo de personas que estaban junto a la “disco-light”, a la entrada de un callejón, Cristina le reclamó el comentario ofensivo a Bety, a lo que ésta respondió abalanzándose sobre Cristina y sujetándola por los cabellos.
Cristina se defendió, pero según Domingo Acevedo, testigo del hecho, dos individuos, hasta ahora no identificados, impidieron que los demás las “desapartaran”. Uno de los que impidieron poner fin a la trifulca es un joven sólo conocido como “Ariel”, al que algunos testigos señalan como novio de Bety. “Ariel” supuestamente tenía un arma blanca y lanzaba estocadas al aire para evitar la separación de las muchachas por los demás presentes. De Ariel se dijo que reside en el sector La Gloriosa.
En el forcejeo, Bety habría herido a Cristina en el área del abdomen (con cascos de botella, según la madre de Cristina) antes de propinarle la puñalada mortal justo debajo del seno derecho, tras lo cual Bety emprendió la huida en un motor AX-100 junto con el mencionado Ariel. Cristina fue llevada, aún con vida, a la emergencia del Hospital Darío Contreras, pero la pérdida de sangre era ya mucha y los médicos poco pudieron hacer para reanimarla.
Los Cabrera, como la gran mayoría de la gente del sector, son una familia muy humilde; viven en una pequeña casa ubicada en un alto a la entrada de un callejón que sale a la calle Respaldo 25 de Febrero, de Villa Duarte, y tuvieron que abrir una vía de comunicación a través del teléfono de una tía para colectar dinero y así darle un sepelio decente. El entierro tuvo lugar el martes 11 de Octubre en el cementerio Cristo Salvador de Santo Domingo Este.
Horas después esa misma tarde, la acusada Bety Morel Bilomal se entregaba a la Justicia en la Fiscalía de Santo Domingo Este, acompañada de su abogado, Francisco Antonio de la Paz.
Por su parte, la familia de Bety Morel Bilomal defiende a su hija, definiéndola como una muchacha que no causa problemas y alegan la conformación de un “complot” para involucrar a su hija en el problema y en el cual ellos entienden que no tiene nada que ver. Alegan ignorar que Bety tuviera novio, aunque la madre dice que tiene “varios enamorados”.
Con su hija detenida en el destacamento “Felicidad” de Los Mina, la madre de Bety, Sonya Bilomal, alega que su hija le dijo que tenía un dolor de cabeza esa noche, y que se acostaría temprano. Agregó que luego la llamaron para invitarla a salir, y que luego le dijeron que estaba metida en un problema.
Francisco de la Paz, abogado de Morel Bilomal, argumenta que la que puso el comentario ofensivo en la fotografía no fue Bety, sino una tercera muchacha, que ellos identifican como Naniel Cáceres Minaya, alias “Manuela”, la cual no ha sido ubicada. De la Paz dice que Morel recién concluyó su bachillerato y cumplió los 18 años apenas en septiembre pasado, y planeaba entrar a la universidad próximamente. “Con este caso le han desgraciado el futuro”, acotó.
Dos comentarios subidos de tono en Facebook han bastado para acabar con la vida de una humilde muchacha y trastornar el futuro de otra. Dos familias están en el centro de este doloroso caso.