También quedan preguntas sobre la mesa: ¿Por qué a muchas personas le  molesta y le preocupa  tanto la desobediencia civil de estos jóvenes y son totalmente indiferentes  a la desobediencia constitucional de los funcionarios dominicanos?

Más de este hecho una pregunta obtiene una contundente respuesta: ¿Qué nos queda a los jóvenes? ¡Es el mismo Benedetti quien responde!  Nos queda no decir amén, no dejar que nos maten el amor. Recuperar el habla y la utopía. Inventar paz, así sea a ponchazos.

Leer: Apuntes sobre desobediencia civil (Del otro lado del charco/Millizen Uribe)