Cuando algunos teníamos la absurda ilusión de que ese desafortunado discurso sería para renunciar a posibles aspiraciones políticas por muchas razones harto conocidas, nos llevamos tremendo chasco porque el ex presidente Leonel Fernández, cual gallo de pelea pretende volver al ring anteponiendo condiciones que él mismo violó en su momento y sembró por si cabía alguna duda, la semilla de la discordia en el desgastado partido que él preside. Leonel Fernández al igual que otros, no conoce la verguenza para regresar a gobernar un país que el mismo ha destruido.
Estoy segura que el extinto líder e inigualable Juan Bosch, se retorció en su tumba escuchando un discurso plagado de asuntos pueriles, llamamientos sin fondo ni trasfondo y haciendo apología en una defensa de la "patria" cuando no es la primera vez que Leonel, su partido y allegados reformaron la Constitución para ellos seguir en el poder. Un poder que él se le antoja nuevamente y mantendrá la tensión a lo interno del partido hasta que se defina el asunto de la reforma constitucional.
¿Desde cuándo a Leonel o algún político del patio le importa la Constitución? A ninguno. Me remito a las pruebas a lo largo de la vida política que hemos vivido. Desde la muerte de Trujillo a ninguno de estos políticos les ha importado ese papelucho que sólo de modificará otra vez y en ese acápite para complacer sus propios antojos. Ellos son los dueños de esta parcela llamada país. No se modificarán otros puntos que son realmente vitales para el desarrollo de esta sociedad anquilosada, solo será la reelección.
Con ese inapropiado discurso plagado de hipocresía la tensión interna del partido subió, marcando un juego de momento sin definir. El Presidente Medina, callado y sigiloso como siempre ni se inmuta. Los que sí se deben estar riendo, viendo una cancha más o menos despejada para ganar y convencer a la desmemoriada población del país, son los del PRM. Les conviene que continúe el desgaste con el PLD y que la población se decepcione más aún, de un partido que solo desea perpetuarse en el poder.
En ese sentido, quedo confirmado que Leonel, el gallo, es el ejemplo vivo de que la figura, actuación y maneras de hacer política del fallecido ex presidente Balaguer, él las emula de manera fidedigna. Esto simplemente es un nuevo circo dentro de la prostituida política que tenemos en el país.