PUERTO PRINCIPE, Haiti. Un trabajo escrito por el periodista Frantz Duval, del periódico Le Nouvelliste, publicó la lista de doce personalidades y productos más destacados del año que termina. “Como el año anterior, nos reencontramos con los que incidieron en la vida de las personas durante el año 2012. Es una forma sencilla de rendirle homenaje y de aclarar sus acciones”, dice.
La lista se presenta en orden alfabético. Sólo el presidente Michel Martelly ha sido seleccionado en dos años consecutivos. Entre los extranjeros, destaca el ex presidente dominicano Leonel Fernández Reyna.
Entre otras personalidades seleccionadas por el diario están el primer ministro Laurent Lamothe, el senador por la región Norte, Jean-Charles; Pierre Espérance, de la Red Nacional para la Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH) e Yves Jean-Bart, un cronista deportivo y promotor del fútbol.
Sobre Leonel Fernández, la reseña recoge lo siguiente:
“Leonel Fernández se mantendrá como el que ha reforzado los lazos entre Haití y la República Dominicana. Mantuvo la promesa en nombre de su país, y en enero de 2012, fue inaugurado con gran pompa el anexo de la Universidad Estatal de Haití de Limonade.
“Además, Fernández es también uno que ha sabido cautivado a los líderes políticos haitianos, ofreciéndoles su apoyo y algo más… si fuera necesario. Dicho sea de paso, ha hecho de su país el mayor socio comercial de Haití y las empresas dominicanas avalaron contrato tras contrato con consecuencias buenas y muy malas.
“Para tener éxito como un hermano y amigo, Fernández pasó de ser el presidente dominicano abucheado y asaltado durante una visita a Puerto Príncipe el 12 de diciembre de 2005, al rango de primer líder político en tenderle la mano a Haití después del terremoto del 12 de enero de 2010.
“Conocedor del francés, a través de su fundación, la Fundación Global, Democracia y Desarrollo, ha tejido enlaces durante años con intelectuales y hombres de negocios haitianos, y colecciona libros escritos sobre Haití o por autores haitianos.
“Leonel Fernández ha tratado de comprender el alma de Haití en el interés de su país. Fernández es también el que mantiene a distancia a los haitianos que viven en la República Dominicana para no alienarse a un gran segmento de la clase política de su país”. Hasta aquí la reseña sobre Fernández
En la lista de extranjeros que obtuvieron puntuación en 2012, según Le Nouvelliste, también hay que destacar al actor y activista humanitario Sean Penn, “el blanco que demolió el Palacio Nacional en lugar de nosotros”. También está el famoso Dr. Paul Farmer y el Hospital Universitario de Mirebalais. “Penn y Farmer son los nuevos rostros de las ONG”, afirma.
Y continúa diciendo: “Ellos tienen más peso que los actores haitianos y hablan en nombre de Haití en los círculos de poder e influencia a los cuales los responsables locales no tienen acceso. Por amor a Haití, probablemente, captan fondos disponibles a expensas de la parte haitiana para ejecutar su agenda en Haití. ¿Están al servicio de Haití, o están sirviéndose de Haití? Un poco de ambas cosas”.
En esta entrega, algunos productos se abren camino en la lista, como el salami y el ron Barbancourt (“el producto del año; “el producto haitiano por excelencia”). Ambos se hicieron notar este año, “para bien o para mal”, según recoge la nota.
Sobre el salami:
“Fue el hecho sucio del año 2012. Las pruebas de laboratorio realizadas en la República Dominicana, donde se fabrica el producto que se consume en las casa de todas las familias haitianas, revelaron la presencia de restos de materia fecal en algunas variedades.
“Esto estuvo seguido por la indignación nacional y de medidas para prohibir la importación de sustituto de la carne. La palabra “salami” pasó al lenguaje normal para designar a las más viles acciones o situaciones. ¿Qué queda del caso salami al finalizar el 2012?
En las ciudades fronterizas, el producto se sigue vendiendo en el mercado. El control de calidad no está todavía instaurado para las mercancías que entran en Haití y se venden bajo la declaración de buena fe del productor o del importador.
“Al nivel local, ni el Ministerio de Comercio ni el de Salud, ni el Ministerio de Agricultura se han beneficiado de este percance para crear verdaderas brigadas de control de calidad para los productos modificados o producidos en Haití.
“En cuanto al pequeño comercio, la fábrica de hielo, de jugo, de manje kwit o el restaurante más grande, sólo la suerte nos salva de la posibilidad de consumir salami, si no la sustancia, el producto en sí. ¿A quién le importa?”