El cardenal español Santos Abril y Castelló y el obispo auxiliar de Montevideo, Milton Luis Troccoli

El Papa Francisco envió dos religiosos para analizar la situación de la Iglesia paraguaya. Foto: Diócesis de Ciudad del Este.

Mientras el papa Francisco se enfrenta desde el Vaticano a la crisis por el abuso sexual a menores cometido por sacerdotes, otro escándalo le preocupa lejos de Roma: el de una guerra entre obispos en la Iglesia Católica de Paraguay.

Esta semana un enviado especial del Papa, el cardenal español Santos Abril y Castelló, realiza una rara visita al país que se interpreta como una evaluación sobre el terreno de la situación de la diócesis de Ciudad del Este, donde trabaja desde hace nueve años un sacerdote argentino acusado de abuso sexual.

Abril y Castelló es arcipreste de la Basílica Papal de Santa María la Mayor, cargo que asumió en 2011 en reemplazo de Bernard Francis Law, cardenal estadounidense acusado de encubrir a sacerdotes pederastas mientras era arzobispo de Boston.

A la misión se sumó también el uruguayo Milton Luis Tróccoli Cebelio, obispo auxiliar de Montevideo.

Investigación sobre abusos

Obispo de Ciuad del Este, Rogelio Livieres

El obispo de Ciudad del Este está acusado de proteger a un sacerdote acusado de abusos. Foto: Diócesis de Ciudad del Este.

Uno de los focos de tensión en el seno de la Iglesia del país es la presencia en Paraguay del sacerdote Carlos Urrutigoity, quien fue acusado en 2002 por un estudiante de la Academia Saint Gregory en Pensilvania, Estados Unidos, de haberle acosado sexualmente.

El arzobispo de Asunción, Pastor Cuquejo, sugirió en junio abrir una investigación para aclarar las acusaciones sobre el cura argentino, algo que fue rápidamente rechazado por el obispo en Ciudad del Este, Rogeligo Livieres, quien defiende su inocencia.

"No hay acusaciones de pedofilia salvo un refrito de calumnias de terceros interesados. La verdad es que no fue acusado de pedofilia por ninguna víctima. Tampoco, consiguientemente, hubo procesos ni condenas en tribunales de ningún país ni de la Santa Sede. Para colmo de bienes, su heterosexualidad ha quedado confirmada por dos evaluaciones psicológicas independientes", reza un comunicado de apoyo al sacerdote en la página web de la diócesis de Ciudad del Este.

El obispo de Ciudad del Este acusó a su compañero de Asunción de ser "mala persona" por pedir la investigación e insinuó que debería haber dejado su cargo por "homosexual".

Además, Livieres negó que la visita apostólica de los enviados de Francisco tenga como fin apartarle de la diócesis de Ciudad del Este.

El enviado de Francisco no aclaró si ese fue el motivo principal de su visita a la diócesis.

"No voy a entrar, es únicamente que el Santo Padre ha querido y quiere estar informado, tener una presencia y poder hablar entre nosotros y dialogar", dijo a los medios locales.

División

Fernando Lugo, ex presidente de Paraguay

La candidatura y presidencia del exobispo Lugo comenzó a generar divisiones en la Iglesia del país.

El obispo de Ciudad del Este está además en la mira por una supuesta malversación de donaciones y acusado de haber dilapidado el patrimonio inmobiliario de la Diócesis.

Según su equipo, Livieres se gastó "hasta el último centavo en cubrir las necesidades de la Iglesia, sin desviaciones a bolsillos de particulares". Y aseguran que vendió inmuebles sin beneficios económicos para costear la educación de seminaristas.

Pero como recordó el corresponsal de BBC Mundo en el Cono Sur, Ignacio de los Reyes, el enfrentamiento entre los obispos de la Iglesia paraguaya viene de largo.

"El origen de muchas rencillas fue la designación del exobispo Fernando Lugo como candidato a la presidencia del país, cargo que ocupó desde 2008 hasta 2012″, explica el corresponsal.

El obispo de Ciudad del Este, miembro del Opus Dei, había acusado a sus compañeros de la Conferencia Episcopal Paraguaya de haber permitido que un religioso se metiera en política e incluso llegó a señalar que desde hace décadas la Iglesia del país había estado dirigida por obispos de izquierda y simpatizantes de la Teología de la Liberación.

El presidente de la Conferencia Episcopal Paraguaya, Claudio Giménez, dijo mostrarse "sorprendido" por los enfrentamientos entre los obispos de Asunción y Ciudad del Este.

"Fue una situación muy dolorosa. Nos dio mucha vergüenza. Somos débiles y quebradizos, pero los problemas, con la ayuda de Dios, están para ser superados", aseguró.

En Paraguay se sigue con atención la visita de los enviados del papa Francisco y las repercusiones que podría tener en la jerarquía católica local.

Tanto, que hasta algunos han bautizado el viaje como una misión para "sacudir el Obispero".