SANTO DOMINGO, República Dominicana.-Si usted leyó La Divina Comedia, del Dante Alighieri, y su imaginación no le alcanzó para comprender el sufrimiento que viven las almas lanzadas a los “nueve círculos” del infierno, entonces visite el barrio La Ciénaga.
Las condiciones infrahumanas en que viven estos dominicanos excluidos de toda fortuna, dejarían boquiabierto al mismo autor de la Divina Comedia.
Las familias de La Ciénaga, barrio situado a orillas del río Ozama, sobreviven entre el abandono y la impotencia. En sus callejones malolientes deambulan los niños desnudos con el vientre hinchado, los jóvenes famélicos con rostros de amargura, y los ancianos enmudecidos por tantos años de desesperanzas. Los mosquitos, las aguas pestilentes estancadas y las casuchas casi a punto de derrumbarse, completan este lúgubre paisaje.
Todos los inodoros, que aquí son de uso colectivo, desembocan en cañadas que serpentean entre las viviendas derruidas arrastrando heces, orinas, basuras en descomposición, y uno que otro animal muerto, comida para las ratas.
Cuando llueve, las cañadas se desbordan e inundan las casas, las calles y los callejones. Adultos y niños se ven obligados caminar entre las aguas contaminadas, quedando expuestos a las bacterias y virus.
Y como si no fueran suficientes las penurias, ahora La Ciénaga cuenta con un habitante indeseable, el cólera, nombre popular de la enfermedad “Vibrio Cholerae”, que desde el año pasado comenzó a cobrar vidas en Haití, y desde allí pasó al territorio dominicano.
Cuando llueve, las cañadas se desbordan e inundan las casas, las calles y los callejones. Adultos y niños se ven obligados caminar entre las aguas contaminadas, quedando expuestos a las bacterias y virus
La basura, la falta de agua y el hacinamiento, han hecho de La Ciénaga un lugar de fácil propagación del cólera. Oficialmente, la semana pasada se reportó la muerte del señor Juan Damián, de 98 años.
Los vecinos del barrio aseguran que todos los días por lo menos cinco personas son reportadas con los síntomas del cólera, sobre todo diarrea persistente, altas fiebres y deshidratación. Los efectos son devastadores, si el paciente no es llevado al médico desde que registra los primeros síntomas.
Los habitantes de La Ciénaga, escenario conocido de peleas a tiros y machetazos entre bandas que se disputan puntos cercanos de ventas de drogas, hoy tienen un nuevo motivo para el pánico. Hasta los vehículos que entran al sector son rociados con desinfectante antes de salir, en un intento de las autoridades del ministerio de Salud Pública por evitar que se propague el cólera. La Ciénaga vive en estos momentos una especie de “estado de sitio sanitario”.
Invitamos a nuestros lectores a mirar el vídeo reportaje sobre la situación actual de La Ciénaga, bajo la advertencia de que personas sensibles pueden ser emocionalmente afectadas por las imágenes:
Lea también:
"¡Nosotros no le importamos a nadie!", exclaman residentes en La Ciénaga