(Alida Juliani Sánchez/Acento.com.do y Acento TV).-No es fácil, no es nada fácil intentar ayudar a Haití, y no es por falta de ganas ni de voluntad de las tantas y tantas organizaciones internacionales que cada vez que una desgracia azota al país caribeño se ponen manos a la obra para poder aliviar, al menos con carácter de urgencia, las circunstancias infrahumanas en las que quedan sus habitantes.
La sensación de toparse con un impedimento tras otro se empieza a notar ya en la misma frontera con la República Dominicana. Si la vía aérea está cerrada, no queda de otra que intentar acceder con los materiales rescate por tierra, una misión que, por momentos, se hace imposible.
La fina línea que divide la isla de La Española a la altura de Jimaní se convierte en apenas escasos metros en un lugar perfecto para el negocio. Y no sólo en lo referente al intercambio de productos entre ambos países, sino también al intercambio de favores, especialmente cuando de la ayuda internacional se trata.
Nada más poner un pie allí, una multitud te rodea ofreciéndote su ayuda para sellar el pasaporte, es más, te lo arrebatan de las manos y hasta te rellenan los papeles para inmigración. No se sabe a qué país pertenecen porque el español y el creole se mezclan en una embarullada conversación que apenas te deja saber lo que está pasando. Llega un momento en el que no sabes ni quien se ha llevado tu documentación, ni que están haciendo con ella. Pero "ese favor no pedido" tiene un costo, claro, a poder ser en forma de euros o de dólares, según la nacionalidad, o si no … "quizá haya algún problema".
Cuando por fin se consigue pasar el control de pasaportes y subes de nuevo a tu transportes otra multitud te escolta hasta la "frontera haitiana" (porque la anterior era la dominicana, parece ser). Es tanta la gente que la guagua apenas te deja avanzar y entonces alguien cierra unas puertas y de nuevo te retienen. Aparece en ese momento "el oficial de migración de Haití", mostrando una placa que podría ser o no ser la correspondiente a su cargo, y junto a él otra serio de personajes con chalecos anaranjados que se presentan como "los del sindicato de la frontera". En resumen: te falta un papel para poder pasar, y la solución, obviamente, es más dinero.
De nada sirve decir que lo que llevas es ayuda para su país. Ni bombas, ni armas de destrucción masiva, ni siquiera que vas de turismo – una de las preguntas que más se repiten, ¿eres turista?- "llevamos ayuda para vuestra gente". Gran error parece ser decir eso, porque a partir de ahí debes pasar por dos aduanas ¿imaginarias? más, y en cada una de ellas … la solución es más dinero.
Puerto Príncipe es una ciudad tomada por las ONG y organismos internacionales como la ONU, la OPS etc … Cientos de sus representantes permanecen alojados en los mejores hoteles de la ciudad, los que consiguieron permanecer en pie tras el terremoto de 2010
No he dicho hasta ahora que escribo desde Puerto Príncipe, donde he viajado acompañando a la ONG española Bomberos Unidos Sin Fronteras en un viaje "coordinado desde España", que comenzó a descoordinarse una vez aquí. Y no me refiero solo a los impedimentos locales, también a los de la propia ayuda de los países a los que pertenece cada organización humanitaria, que parece esfumarse en cuanto sus enviados llegan al terreno.
Puerto Príncipe es una ciudad tomada por las ONG y organismos internacionales como la ONU, la OPS etc … Cientos de sus representantes permanecen alojados en los mejores hoteles de la ciudad, los que consiguieron permanecer en pie tras el terremoto de 2010, pero se mantienen desde hace días en un estado permanente de reuniones y convocatorias para organizar el traslado hasta las áreas más necesitadas, y recordemos que están necesitadas con carácter de "urgencia".
Las propias Naciones Unidas son las encargadas de aglutinar la ayuda internacional en coordinación con el Gobierno haitiano en funciones, para intentar evitar que la ayuda se disperse y eventualice, como ocurrió hace seis años. Pero entre reunión y reunión, papel y papel, los días pasan y la capital haitiana se ha convertido en una especie de fortín de la que parece imposible salir. Nadie te asegura la seguridad para viajar hasta Los Cayos o Jeremí, dos de las áreas más castigadas por Matthew. Estamos a la espera de una nueva reunión para resolver ese tema también.
Mientras tanto el cólera aumenta en el sur del país y la necesidad de medicamentos y agua potable también.
No es fácil, no es nada fácil intentar ayudar a Haití ….