Buenos Aires, Argentina (EFE).- El juez brasileño Sergio Moro, encargado de la gigantesca investigación del escándalo de sobornos de Petrobras, llamó a luchar contra la "corrupción sistémica" en América Latina y a ver esta clase de procesos como un "orgullo" y no una "vergüenza", ya que significa que las leyes funcionan.
Durante una conferencia impartida este miércoles en Buenos Aires, en la sede de la Universidad Católica Argentina, Moro compartió detalles del caso que le ha convertido en un referente de la lucha contra la corrupción en el continente y apuntó que "en toda la región latinoamericana hay mucho por hacer para mantener el fortalecimiento de nuestras instituciones".
"Aunque haya casos motivo de orgullo, es temprano para afirmar en Brasil que estamos saliendo de una tradición de impunidad hacia un régimen de responsabilidad", consideró Moro.
El magistrado aseguró que "ningún país debe sentir vergüenza por aplicar la ley para enfrentar casos de corrupción sistémica" y que el destape del escándalo Petrobras -petrolera controlada por el Estado brasileño que es, además, la mayor empresa del país- va a contribuir a "fortalecer" la democracia en Brasil, el Estado de derecho y, a la larga, también la economía.
Ante estudiantes y autoridades como el ministro de Justicia argentino, Germán Garavano, y la titular de la Oficina Anticorrupción, Laura Alonso, Moro narró cómo lo que empezó como una "operación pequeña" contra cuatro personas dedicadas al lavado de dinero se transformó en la mayor ofensiva contra la corrupción en Brasil.
A partir de ahí, la denominada Operación Lava Jato destapó una enorme y compleja red de corrupción que desviaba recursos de Petrobras y que premiaba con jugosos contratos a las constructoras que aceptaban pagar sobornos a los altos funcionarios de la petrolera y a decenas de políticos.
"La corrupción involucra a quien paga y a quien recibe", recalcó el magistrado, para quien el escándalo Petrobras es un perfecto ejemplo de "corrupción sistémica".
Actualmente, la investigación acumula un saldo de 150 acusaciones penales ya propuestas, con 28 ya juzgadas, y ha enviado a prisión a figuras como los exministros Antonio Palocci y José Dirceu; al expresidente de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha y al expresidente de la constructora Odebrecht, Marcelo Odebrecht.
Además, tres de sus procesos tienen en la mira al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010).
Moro detalló algunas claves que jugaron un papel importante para profundizar en el caso, como el uso de técnicas "modernas" como el rastreo financiero, la aplicación de la prisión preventiva en todos los casos en los que lo vio justificado independientemente de la relevancia de la persona acusada o el uso del testimonio de algunos de los propios investigados que accedieron a colaborar.
"No podemos afirmar en mi opinión, como dicen algunos críticos, que hubo un abuso de la prisión preventiva", continuó.
Para él, aunque la aplicación de esta medida se considere algo "excepcional", los delitos "revelados en las investigaciones, por su carácter, gigantesco también estaban indicando una situación excepcional".
"Entendí que había que dar una respuesta institucional fuerte por parte del poder judicial para quebrar ese sistema", agregó.
Otro punto fundamental, según el titular del decimotercer juzgado federal de la ciudad de Curitiba, fue la "publicidad" y la "transparencia" que tiene el caso.
"Es importante que la sociedad civil y la opinión pública pudiera controlar lo que estaba ocurriendo en el proceso", dijo.
"Eso permitió, en mi opinión, que los trabajos de investigación trajeran gran apoyo de la opinión pública y empezó a funcionar como una protección a la investigación y los procesos", prosiguió.
Aunque "ningún juez tiene que juzgar en base a la opinión pública", consideró que "cuando hay casos que involucran autoridades públicas siempre hay un riesgo de obstrucción a la justicia y la opinión publica funciona como una protección".
"Los brasileños lo ven con vergüenza pero no es el mensaje que quiero dar", concluyó Moro, que ve el avance de la investigación no como un "triunfo personal" sino de las instituciones del país y de la población.
"Estos hechos están saliendo a la superficie, se están dando los pasos institucionales apropiados porque Brasil está enfrentando la corrupción sistémica", incidió. EFE