SANTO DOMINGO, República Dominicana.-Miguel José Moya, imputado por el Ministerio Público en el caso Medusa, dijo que el escrutinio por parte de los fiscales ha sido "brutal, excesiva y humillante".
“Me han tratado con respeto, sin embargo, el escrutinio ha sido brutal, humillante y excesivo. Pude notar que los magistrados tenían una percepción de que estaban ante la presencia de un criminal peligroso y manipulador y en consecuencia la intensidad del escrutinio respondía a esa percepción inicial”, expresó en un vídeo divulgado a través de YouTube.
Moya explicó que el 30 de diciembre fue requerido para un interrogatorio a realizarse el 5 de enero en la Procuraduría General de la República como parte de una investigación que se llevaba a cabo. Agregó que desde ese momento fue citado en 6 ocasiones de las cuales solo participó en 4.
Afirmó que su requerimiento ante los fiscales adjuntos Yeni Berenice Reynoso y Wilson Camacho se debió al contrato de su compañía Desarrollo Individuos y Organizaciones (DIO) con la Procuraduría General de la República (PGR) con el cual se le requirió crear una “extensa estrategia de desarrollo organizacional y estabilidad del clima laboral.
“Un complejo programa de capacitación, conferencias, charlas que debían ser ejecutados por la Procuraduría…Nuestra tarea era de acompañamiento y de colaboración”, añadió.
Manifestó que los magistrados consideran e interpretan ese contrato como un fraude, que lo que se denomina en el título del contrato entra en conflicto con las tareas realizadas.
Aclaró que ni él ni su equipo tenían conocimiento previo del incidente entre la magistrada Miriam Germán y el exprocurador en el Consejo Nacional de la Magistratura.
“Observé aquel bochornoso evento con el mismo estremecimiento que miles de ciudadanos y confieso que sentí la misma indignación ante lo que a una simple mirada parecía una agresión”, aseguró.
Pidió a los magistrados Yeni Berenice Reynoso y Wilson Camacho que no permitan que el mérito que le proporciona su lucha en contra de la corrupción les nuble la razón ni les opaque el discernimiento.
“Ni José Miguel Moya ni ninguno de nuestros colaboradores, ni mi esposa Sara Fernández ni mi empresa DIO, bajo ninguna circunstancia ha sido parte de un acto ilícito, mucho menos ser miembro de un entramado criminal y mafioso con fines de lucro”, expresó.