SANTO DOMINGO, República Dominicana. – “Al responsable de todo esto es a quien le dedico estas palabras”, comenzó diciendo José Luis Sáez Ramo cuando tomó el pódium de la Sala Profesor Julio Ravelo de la Fuente en la biblioteca del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) para recibir los honores que le otorgaron con el programa “Un Día con un Autor y su Obra”.
Sáez inició sus palabras hablando de lo cerca que vivió el nacimiento del INTEC, por haber asistido a una conferencia en su primera sede, que para aquellos años fue en lo que era el dormitorio de los alumnos internos de La Salle.
“Viví también aquella macabra movida del gobierno contra INTEC cuando apareció de repente el caso criminal ante el flamante primer rector de INTEC, el ingeniero Ramón Flores, acusado de un crimen por el que pagó siete años de cárcel”, continuó, refiriéndose al caso en el que se le acusó de la muerte violenta de la joven estudiante Ruth Peña Nina. En ese momento, fue el abogado Jorge Blanco quien defendió al sacerdote ante los tribunales, que terminó con la confesión del verdadero culpable.
“Nadie creía aquello, excepto el Vincho Castillo que fue quien denunció a la defensa y lo condenó, o lo tuvo que condenar. El objetivo real era INTEC, no el ingeniero Flores. Era INTEC, y para eso se fabricó el expediente. Nadie olvida que a eso puede incorporarse la cita del evangelio de Mateo en el Capítulo 26: Herid al pastor y las ovejas serán las que sufran”.
El crítico de cine, periodista, sacerdote, maestro e historiador ofreció estas palabras como parte de su discurso al ser honrado por el programa “Un Día con un Autor y su Obra” del INTEC en su vigésimo quinta edición.
Con sublimes acordes de notas de violín, que en manos del músico Pablo Polanco hizo escuchar la canción “O´sole” en versión instrumental, inició el evento que tenía como objetivo reconocer al pionero de la crítica cinematográfica en el país.
Desde una declarada condición de discípulo del homenajeado, Rolando Guzmán, rector del INTEC, ofreció las palabras introductorias del acto que tipificó como una “prueba prometeica”. En una fusión entre presentaciones artísticas y audiovisuales, los organizadores y colaboradores en el reconocimiento lograron superar el reto de contar la historia de una vida en unas tres horas.
Una misión de estudiantes de los colegios Santa Teresita, Babeque Secundaria, Comunidad Educativa Lux Mundi y el Centro de Excelencia Salomé Ureña, participaron en la recopilación de datos e información sobre la vida del “maestro que se volvió amigo”, según declaran ex alumnos como Marino Zapete, el mismo Guzmán y Fausto Rosario, quien lo nominó para el galardón.
“Sáez merece ser recordado, al igual que su trayectoria, pues ha transformado vidas, y una de ellas ha sido la mía”, delató el también director de Grupo Acento, Fausto Rosario, en entrevistas guiadas por los estudiantes.
Estos se encargaron de llevar a escena presentaciones artísticas que recorrieron la poesía, el teatro, la creación audiovisual, la música y la danza. Desde un recuento biográfico con fotos que ilustraban el camino de Sáez ante los ojos de los presentes, titulado “Sáez, la vida detrás de sus obras”; pasando por una obra teatral de nombre “Un viaje con el padre” que representaba su visión de la historia eclesiástica dominicana; hasta el documental “José Luis Sáez: Rodando la historia” y el teatro documental “Bautismo de los esclavos”.
De forma espontánea y nada formal, hablaron sobre aquel “monstruo” las periodistas investigadoras Ángela Peña y Ana Mitila Lora, al igual que el historiador José Chez Checo; en el momento titulado “Tres voces, tres visiones”.
En aquel espacio de tertulia, los allegados hablaron del “sacerdote muy metido en el cine”, de los que no dicen “misa” y no usan sotana, del “genio con zapatos buenos, lentes de fondo coca cola y muy bien peinado con moña”, como lo describió Peña.
Más allá, se refirieron a él como un maestro de relación horizontal, un intelectual generoso y el sacerdote más anticlerical del mundo.
El evento finalizó con un último regalo escénico en el que los actores dominicanos Johanna González y Gabo Alcántara dinamizaron el cierre con una obra interactiva en la que interpretaron a Don Quijote de la Mancha y su compañero Sancho Panza.