NUEVA YORK, Estados Unidos.-Tres partidos de la izquierda marxista-leninista condenaron la sentencia del Tribunal Constitucional de República Dominicana que despoja de la nacionalidad a decenas de miles de dominicanos hijos de extranjeros, y que abarca desde el año 1929 hasta la fecha.

Las organizaciones Izquierda Revolucionaria Dominicana, el Partido Mundo Obrero y el Partido de Libertad Socialista manifestaron su “profundo rechazo” la decisión del Tribunal Constitucional.

Argumentaron que la sentencia lesiona los derechos de la dominicana Juliana Deguis Pierre, y los de todos y todas los dominicanas de origen haitiano.

A su juicio, la sentencia aprueba la confiscación de los documentos de identidad de Juliana Deguis Pierre, sólo porque sus apellidos son de origen haitiano.

Condenaron también que el fallo niegue la nacionalidad a hijos de trabajadores haitianos contratados por corporaciones dominicanas con la anuencia del gobierno de República Dominicana.

“La Sentencia del TC #168/13 no respeta siquiera la constitución Dominicana del 2010, que en sí perjudica a los hijos de los inmigrantes indocumentados en negarles la nacionalidad pero no lo hace en retroactividad como hace la sentencia que se hace extensiva contra todos los dominicanos y dominicanas de ascendencia haitiana nacidos después de 1929”, expresaron.

“Hoy más que nunca, urge la necesidad de denunciar y derrotar esa nueva versión de ideología nacionalista conservadora”

“Una verdadera locura, que decreta una muerte civil a miles de dominicanos y dominicanas e induciría a ese gobierno a cometer violaciones comparables a las acometidas por los regímenes fascistas y fundamentalista de ayer y de hoy”, advirtieron.

Las tres organizaciones de la izquierda marxista-leninista también criticaron que el presidente Danilo Medina validara la decisión judicial y que su gobierno comience su aplicación bajo la falacia del respeto a la independencia de los poderes del Estado, cuando todo el mundo sabe del control absoluto del partido oficial de todas las instituciones, incluido el Congreso, la Junta Central Electoral y las llamadas altas cortes de justicia.

“En realidad todo esto representa una vulgar manipulación fascista, que bajo las banderas de un supuesto nacionalismo de los grupos de poder, pretende atribuirle los altos índices de desempleo y la crisis económica de República Dominicana a una inmigración de trabajadores y trabajadoras haitianos, basada en salarios de miseria y que generó inmensas fortunas a la industria azucarera, a las plantaciones agrícolas y a la construcción”, subrayaron.

“Sin embargo, esos mismos nacionalistas encabezados por las cúpulas de ese gobierno se ponen de rodillas frente a los imperialismos, y son incapaces de reclamarles el saqueo burdo de sus riquezas naturales y mineras a las multinacionales norteamericanas, canadienses y españolas”, argumentaron.

Denunciaron que la sentencia es violatoria de los más elementales derechos consagrados por la Declaración Universal de los Derechos Humanos y por múltiples tratados internacionales.

Sostuvieron que los problemas económicos y sociales que afecta a esa sociedad nada tienen que ver con los procesos migratorios de la fuerza de trabajo.

“La realidad es que los pueblos y sociedades, y en particular República Dominicana y Haití, a pesar de sus identidades históricas y culturales propias, han tenido un pasado común de lucha anticolonial, antiimperialista y de aspiraciones similares de sus clases trabajadoras y los oprimidos, de superar las agresiones ejecutadas por esas oligarquías nacionales, entrelazadas con el gran capital financiero especulador a nivel internacional”, señalaron.

Agregaron que hoy el pueblo dominicano enfrenta a las multinacionales mineras-financieras, encabezadas Barrick, la Uni-Gold, Gold Corp, Dominican Gold, Falcondo-Xstrata Niquel, “que pretenden regularizar la actual crisis internacional profundizando la sobre explotación de sus clases trabajadoras y las riquezas naturales”.

“Hoy más que nunca, urge la necesidad de denunciar y derrotar esa nueva versión de ideología nacionalista conservadora, alimentadas por las burocracias gubernamentales y congresuales en alianzas con esas oligarquías multinacionales y los grandes medios de comunicación bajo su control”, afirmaron.

Las tres organizaciones de la izquierda revolucionaria llamaron a la unidad y a la lucha coordinada de los pueblos y trabajadores para poder derrotar las “oleadas conservadoras” y hacer realidad las aspiraciones de justicia e igualdad de todos los sectores de la clase trabajadora y de los oprimidos.