Dublín, 8 dic (EFE).- La República de Irlanda se convirtió en 2015 en el primer país de mundo que legaliza el matrimonio entre personas del mismo sexo tras consultar a su electorado en un referéndum.
En el plebiscito celebrado el 22 de mayo, el 62,07 % de los votantes dijo "sí" a una propuesta del Gobierno de Dublín, de coalición entre democristianos y laboristas, que proponía formalizar este tipo de uniones y reconocerlas en la Constitución.
Por contra, un 37,93 % de "noes" articuló la posición de una parte de la sociedad de un país donde la Iglesia católica tiene poder e influencia, sobre todo entre los más mayores y los sectores más conservadores.
Durante la campaña, el bando de los detractores del matrimonio gay estuvo formado por pequeños grupos antiabortistas, ultraconservadores y algunos senadores y diputados independientes, así como por la cúpula católica, mientras que algunos sacerdotes críticos pidieron el "sí".
Leer también: Gómez Casanova propone referendo para decidir sobre matrimonio LGTB
La propuesta del Ejecutivo de Dublín contó con el respaldo de todos los partidos políticos nacionales, los principales medios de comunicación, los sindicatos y la patronal, así como con el de muchas celebridades, artistas o estrellas deportivas.
En este sentido, el voto joven resultó decisivo para aprobar por una cómoda mayoría en esa consulta popular la legalización del matrimonio homosexual.
Desde Australia, Canadá o el vecino Reino Unido, miles de estudiantes y jóvenes trabajadores irlandeses esparcidos por el extranjero llegaron a la isla durante esos días para participar en una jornada de votación histórica, en la participó el 60,52 % del electorado de un país de poco más de cuatro millones de habitantes.
Armada con sus dispositivos móviles, la juventud irlandesa se volcó en las redes sociales para destacar la enorme importancia que tenía esta consulta y respaldar el proceso de liberalización que atraviesa el país.
A nadie se le escapaba el hecho de que la homosexualidad fue despenalizada en Irlanda hace tan solo 22 años y no por decisión gubernamental, sino por la demanda presentada por un activista ante los tribunales europeos.
Poco más de dos décadas después, la esperada fotografía de la primera pareja del mismo sexo que contraía matrimonio llegó el 17 de noviembre.
Los irlandeses Richard Dowling, abogado, y Cormac Gollogly, empleado de banca, ambos de 35 años de edad, se dieron el "sí quiero" en una discreta ceremonia civil celebrada en la localidad de Clonmel, en el condado de Tipperary (sur de Irlanda).
Ambos ya habían recurrido a la anterior normativa para casarse de acuerdo con la ley de Relaciones Civiles de 2010, que, por primera vez en este país, concedía reconocimiento legal a las parejas de hecho del mismo sexo, pero eludía calificar esas uniones de "matrimonio" y protegerlas en la Carta Magna.
Las celebraciones que siguieron a la victoria del "sí", cuyas imágenes dieron la vuelta al mundo, y la instantánea de la boda Richard y Cormac confirmaron, como había resaltado el Gobierno de Dublín, que Irlanda ha experimentado una auténtica "revolución social".
Una transformación que, quizá, no hubiese sido posible sin los errores cometidos por la propia Iglesia católica, cuyo prestigio e influencia ha caído durante la última década al destaparse una letanía de casos de abusos sexuales cometidos contra menores por sacerdotes, quienes, en muchos casos, fueron protegidos por sus superiores. EFE