SANTO DOMINGO, República Dominicana.-El Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS) de Francia dijo en un comunicado que su discrepancia ya está publicada en la revista académica alemana Angewandte Chemie -de edición semanal y revisada por pares- y que sus resultados deberían obligar a "una revisión cuidadosa" del trabajo inglés, que en 2016 vinculó la contaminación atmosférica con el mal de Alzheimer, tras estudiar cerebros de mexicanos e ingleses.

Las partículas de magnetita presentes en la atmósfera penetran en el cerebro por inhalación y pueden interactuar con los amiloides, presentes en los pacientes con alzhéimer, decía efectivamente el estudio de 2016, que se apoyó a su vez en una investigación previa que en 2007 dijo que la magnetita genera oxidación nefasta en esas proteínas cerebrales.

Franceses aseguran que "la magnetita es incapaz de interactuar con el amiloide"
Los científicos franceses, sin destacar los males que la contaminación ambiental ocasionan a la salud, informaron que con sus experimentos concluyeron que "la magnetita es incapaz de interactuar con el amiloide e inducir reacciones de oxidación".

Los Investigadores del Laboratoire de Chimie del CNRS sostuvieron que “la gran estabilidad de la magnetita nos lleva a pensar que es inerte” y que, por lo tanto, “es muy improbable que esté involucrado en la degeneración neuronal observada en la enfermedad de Alzheimer”.

El trabajo de los investigadores de la Universidad de Lancaster, Inglaterra, que en 2016 estudió el cerebro de personas que habían vivido y muerto en la Ciudad de México, una zona notoriamente contaminada, y otras que habían vivido en Manchester, Inglaterra, algunas de las que habían muerto a causa de enfermedades neurodegenerativas de diversa gravedad, fue explicado ese mismo año por la BBC: https://www.bbc.com/mundo/noticias-37286480

La BBC dio cuenta entonces de la opinión de otros expertos sobre el trabajo de la Universidad de Lancaster y ya entones se aclaró que los resultados no eran concluyentes.

"Este estudio ofrece evidencia convincente de que la magnetita procedente de la contaminación ambiental puede entrar al cerebro, pero no nos dice qué efecto tiene esto en la salud de nuestro cerebro o en trastornos como la enfermedad de Alzheimer", afirmó en esa oportunidad la doctora Clare Walton, de la organización Alzheimer’s Society.

"Las causas de la demencia son complejas y hasta ahora no ha habido suficientes estudios que muestren si vivir en ciudades y en áreas contaminadas incrementa el riesgo de demencia. Se necesitan más investigaciones al respecto", añadió la experta a la BBC.

Los investigadores del estudio de 2016 compararon nanopartículas de este mineral que provenían de los gases de escape de la combustión, cuyas características son compatibles con las altas temperaturas del motor de un vehículo o los sistemas de freno, y determinaron que sus formas eran diferentes a las nanopartículas del mismo mineral que se encuentran presente en el cerebro de forma natural, pero en pequeñísimas cantidades.

Científicos de Cambridge descubren nuevo método para combatir el mal de Alzheimer

Paralelamente, otro grupo de científicos informó el pasado mes de septiembre que descubrió una nueva estrategia para combatir las partículas tóxicas que destruyen las células cerebrales en los enfermos del mal de Alzheimer.

Los científicos de la Universidad de Cambridge, también del Reino Unido, publicaron su estudio en la revista especializada PNAS de Estados Unidos, donde se lee que “esta es la primera vez que se propone un método sistemático para atacar a los patógenos de la enfermedad de Alzheimer, que han sido identificados recientemente como pequeños grupos de proteínas conocidas como oligómeros".

La nueva estrategia se basa en un enfoque innovador de cinética química desarrollado en los últimos diez años, que ayuda a descubrir fármacos contra las enfermedades de plegamiento de proteínas, como el Alzheimer.

Proteínas "rebeldes"
Aunque las proteínas son normalmente responsables de los procesos celulares importantes, cuando las personas tienen la enfermedad de Alzheimer estas proteínas se vuelven "rebeldes", forman grupos y matan a las células nerviosas sanas, de acuerdo al estudio.

En general, las proteínas necesitan plegarse en una estructura específica para funcionar correctamente y cuando este proceso falla, la célula presenta un "grave problema de plegamiento" y se pueden formar depósitos peligrosos, que pueden causar demencia.

Las proteínas mal plegadas forman grupos anormales llamados placas que se acumulan entre las células nerviosas, impidiéndoles señalizar adecuadamente.

En este sentido, el investigador principal, Michele Vendruscolo, explicó que, al envejecer, el cerebro pierde la capacidad para deshacerse de estos depósitos peligrosos, lo que provoca enfermedades de demencia.

Refinar fármacos y acelerar nuevos tratamientos
El director científico del centro de investigación del Alzheimer en el Reino Unido, David Reynolds, consideró a su vez que "es vital" mejorar enfoques como este para ayudar a refinar el progreso del descubrimiento de fármacos y acelerar los nuevos tratamientos para los enfermos de Alzheimer.

Otro de los autores principales, Sir Christopher Dobson, de la Universidad de Cambridge, apuntó a que este estudio muestra que es posible "no solo encontrar compuestos que se dirijan a los oligómeros tóxicos que dan lugar a trastornos neurodegenerativos, sino también aumentar su potencia de una manera racional".

Este hallazgo, según los expertos, abre la puerta a que se puedan desarrollar nuevos medicamentos para tratar el Alzheimer, que afecta a cerca de 44 millones de personas en el mundo. El equipo científico calcula que los fármacos potenciales podrían llegar a los ensayos clínicos en unos dos años.

¿Alzheimer o alzhéimer? ¿Cuándo se tilda y cuándo no?
Según el Diccionario panhispánico de dudas, en las expresiones enfermedad de Alzheimer o mal de Alzheimer, debe respetarse la grafía del apellido del neurólogo alemán que investigó esta dolencia y escribirlo con mayúscula inicial y sin tilde. Por el contrario, si se emplea este término aisladamente para referirse a dicha enfermedad, se convierte en un sustantivo común, por lo que ha de escribirse con minúscula inicial y con tilde: alzhéimer.