SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El Centro de Investigación para la Acción Femenina (CIPAF) determinó, mediante una investigación contratada por Verité y de la que Acento.com.do  obtuvo  copia del  borrador preliminar, que en los bateyes de República Dominicana no existen formas de esclavitud y trabajo forzoso  que afecten a la población haitiana, como se ha denunciado sistemáticamente.

En el documento titulado “Trabajo forzoso y condiciones laborales de los braceros azucareros en República Dominicana: Del imaginario a la realidad”, el grupo de investigadores dirigidos por Altair Rodríguez Grullón verificó que en sentido general “las prácticas extensivas ligadas al concepto de trabajo forzoso son prácticamente inexistentes”.

No obstante, la investigación arrojó que aún son necesarios cambios que garanticen a los braceros azucareros empleos decentes, en los que se les reconozca derechos laborales como vacaciones, descanso semanal, salario de navidad, pago de horas extras, participación en los beneficios de la empresa, prestaciones laborales, entre otros.

Una de las situaciones más preocupantes al respecto es la misma situación de irregularidad y discriminación legal que les niega el derecho a la seguridad social a quienes se encuentren en esta situación”.  En este sentido, el informe señala que es inadmisible que a siete años de aprobada la Ley de Migración y a diez años de aprobada la Ley 87-01, sobre seguridad social, “no se haya logrado aún una solución para remediar esta violación a los derechos de estos trabajadores inmigrantes”.

Aunque la investigación concluye que no existe trabajo forzoso en los ingenios dominicanos, la entidad entiende que son importantes las denuncias de advertencias sobre la situación laboral de los inmigrantes haitianos, pues entiende que todavía queda mucho por hacer para mejorar la situación de estas personas, especialmente el estatus jurídico de sus descendientes, y porque algunos de los problemas que afectan a estas comunidades datan de hasta treinta años.

Sorprendentemente, muchos de los problemas y violaciones que persisten hasta la actualidad fueron criticados por la OIT hace casi treinta años, en su informe de 1983: “El desconocimiento de los términos de contratación, la “inactividad forzada” que perjudica los ingresos de los trabajadores por “requerimientos operativos”, las deducciones salariales, la situación de legalidad en la que se encuentran los trabajadores, entre muchas otras””.

Para la entidad, es primordial las prácticas que fomentan la vulnerabilidad ante el trabajo forzoso. Entre éstas citó la migración irregular y el tráfico ilícito de migrantes, altos niveles de desconocimiento del contrato laboral, el endeudamiento de los trabajadores para alimentarse, los remanentes de prácticas coercitivas, entre otras.

1era recomendación: El Ministerio de Trabajo, como las autoridades migratorias y los empleadores deberían incorporar la prohibición y prevención del Trabajo Forzoso en sus agendas

“En lo relativo a la lucha general contra el trabajo forzoso, resulta importante que el Estado aborde esta problemática para poder establecer mecanismos de prevención e inspección (tanto en el marco de la trata de personas como al margen de esta) y mantener una vigilancia permanente sobre los sectores más vulnerables a estos flagelos. Es bien sabido que la trata de personas –y el trabajo forzoso resultante de esta-, aumenta en la medida en que se incrementan las barreras contra los flujos migratorios irregulares, razón por la cual apremia la puesta en marcha del Plan Nacional para la Trata de Personas y el Tráfico Ilícito, y la sensibilización y formación de las principales autoridades vinculadas como el Ministerio de Trabajo, Migración, las Fuerzas Armadas, etc.”.

La historia de nunca acabar

La investigación pone de relieve de que lejos de ir desapareciendo el trabajo del bracero  en el sector azucarero, esta actividad se va reinventando producto de la incorporación de otros trabajadores, venidos del sector rural y de la construcción, y por el auge de la venta de caña de azúcar en el mercado internacional.

“Por todas estas razones, resulta impostergable que se reconozcan y garanticen los derechos que durante décadas se les han negado a estos trabajadores, que han hecho y realizan un incuestionable aporte a la economía dominicana. Además, urge la implementación de soluciones efectivas ante los graves problemas persistentes como la indocumentación, la discriminación y exclusión del sistema de seguridad social y el uso de un sistema salarial que no garantiza las disposiciones de estos trabajadores y el acceso tanto para éstos como sus familiares a condiciones de vida verdaderamente dignas”, terminan alegando las conclusiones de la investigación.

Entre las recomendaciones específicas, el documento recomienda al Comité Nacional de Salarios y al Ministerio de Trabajo: “Fijar el salario mínimo acorte con la modalidad de pago utilizada (salario por toneladas) y asegurar que este les permita a los braceros satisfacer plenamente sus necesidades personales y familiares y, a la vez, poder acumular ahorros. Asegurar, cualquiera sea la modalidad salarial, que se garantice el pago por horas extraordinarias de trabajo y el salario incrementado en un 100 por ciento en días no laborables o de descanso”.

También se hace mención de la necesidad de que el Ministerio de Trabajo prohíba el trabajo forzoso y que incluya esta en sus capacitaciones a empleadores y personal , en especial a los inspectores laborales, y prevenir y evitar prácticas como retenerles el carnets de migración a los braceros y trabajadores temporales, para evitar prácticas que los coloquen en situación de vulnerabilidad ante este tipo de trabajo.

3ra recomendación: “Urge la aprobación y puesta en marcha del Plan de Regulación Migratoria que exige la ley de Migración 285-04 en su artículo 151 y que le permitirá a miles de inmigrantes haitianos y haitianas superar la condición de irregularidad en la que se encuentran en RD”.

Otra recomendación es de que Trabajo exija a los empleadores garantizar las jornadas de trabajo y los descansos semanales y demás derechos, como vacaciones y prestaciones laborales) a los braceros, así como permitir que éstos participen en sindicatos de trabajadores.

A los sindicatos de trabajadores, se les recomienda crear lazos con los trabajadores de los ingenios azucareros, “ya que estos últimos suelen estar completamente al margen de los sindicatos, lo cual les impide ejercer sus derechos sindicales.