SANTIAGO, República Dominicana. – Este viernes 16 de octubre inició el juicio criminal en contra de los empresarios de Santiago Carlos Alberto Bermúdez (a) Carlucho y Manuel José Cabral Tavares. El Primer Tribunal Colegiado de Santiago, presidido por el Magistrado Sergio Furcal e integrado además por las también jueces de carrera Yasmín de los Santos Ortiz y Belcedy Denisse Hernández de la Nuez, declaró iniciado el juicio criminal. Muchos años pasaron hasta que llegara este momento.
Las víctimas presentaron la acusación por falsedad y uso de documentos falsos. Básicamente explicaron que los imputados procuraron la alteración de un acto de alguacil mediante el cual se pretendía vender en pública subasta las acciones de la familia Batlle-Bermúdez en la empresa J. Armando Bermúdez & Co. C. por A. Apuntaron que no solo hubo falsedad sino que todo el proceso fue clandestino, para asegurar que la familia Batlle-Bermúdez no pudiera detener la venta fraudulenta de sus acciones. En el acto decía que la venta se realizaría el 30 de abril del 1997; sin embargo fue alterado borrando la fecha, y la venta se produjo, supuestamente, el 14 de mayo de 1997, apareciendo luego esa fecha escrita a mano encima de una borradura hecha al acto.
A decir de la acusación, con la falsedad del acto de alguacil, los empresarios acusados despojaron clandestina y fraudulentamente a la familia Batlle -Bermúdez de su participación accionaria en la J. Armando Bermúdez & Co y así lograron el control de dicha empresa. Finalmente, los acusados compraron una compañía llamada Lotes del Príncipe SA, para que resultara ser la aparente beneficiaria de esas acciones y que se viera como un tercero de buena fe, cuando en realidad se trataba de una compañía adquirida por los mismos acusados. El querellante anunció que solicitaría una condena de diez años de prisión por la complicidad de la falsedad y por haber sido los autores de utilizar el documento falso. En cuanto a su demanda civil anunciaron que pedirían al Tribunal la devolución de sus acciones.
La defensa de los empresarios Carlucho Bermúdez y Manuel José Cabral, integrada por la Oficina Domínguez Brito, Guillermo Estrella y la Firma José Antonio Columna, aceptó que hubo una falsedad y una alteración pero indicaron que los empresarios imputados no había participado en tales actos, atribuyendo los mismos a las propias víctimas. Por su lado, la empresa Lotes del Príncipe, representada por el abogado Moisés Almonte, se defendió bajo la teoría de que el acto estaba alterado pero que se trató de una corrección de un error y no de una falsificación, y que los abogados de los imputados fueron quienes ordenaron la corrección del acto antes de ser notificado. Además dijeron que hubo un acto que no fue corregido y que se trataba de un mismo acto, en lo cual no participaron los imputados ni la empresa demandada porque ni siquiera conocían al alguacil que levantó el acto.
Carlucho Bermúdez decidió guardar silencio y expresó que sus abogados serían los que presenten los argumentos en su nombre, mientras que Manuel José Cabral informó que no estaba de acuerdo con la acusación. Hacia las siete de la noche, la defensa de los imputados explicó la indisposición física de los acusados y que dada sus edades de 85 y 75 años, se continuara en otra jornada dentro de los diez días que permite la ley. El Tribunal decidió continuar con la audición de la prueba de la acusación, el próximo miércoles 21 de octubre de 2015 a las nueve de la mañana.
Antes de haber sido declarado iniciado el juicio, el Tribunal rechazó una solicitud de extinción y dos recusaciones por parte de los imputados y las empresas demandadas. Este proceso es crucial para quien aspire al control de la compañía J. Armando Bermúdez &Co., C. por A. y con ello del patrimonio multimillonario de esa empresa. Resulta, que las acciones que fueron arrebatadas a la familia Batlle Bermúdez representa el 24% de esa entidad. Luego de la división de los dos grupos mayoritarios de Bermúdez, uno encabezado por el fallecido Poppy Bermúdez, y el otro por la suma de Carlucho Bermúdez y los Cabral, resultaba que el grupo Batlle Bermúdez tenía la virtud de convertir en mayoritario al grupo por el cual esta se inclinara. Desde el fraude del que fue víctima la familia Batlle-Bermúdez, hace 18 años, los acusados controlaron la compañía Bermúdez. Las acciones que les fueron quitadas fraudulentamente a los Batlle, partiendo de las propiedades inmobiliarias y otros derechos de la J. Armando Bermúdez, es calculado de un valor aproximado de dos mil millones de pesos.