LONDRES, Reino Unido.- El aplazamiento al 19 de julio del fin de las restricciones por la covid-19 en Inglaterra, anunciado este lunes por el primer ministro británico, Boris Johnson, fue recibido sin sorpresa por parte de los ingleses.
La vuelta total a la normalidad estaba prevista inicialmente para el 21 de junio pero la incidencia de la variante Delta, detectada por primera vez en la India, ha retrasado cuatro semanas la promesa de aliviar especialmente al sector cultural de todas las limitaciones de aforo, una demora que también afecta el ocio nocturno, que espera ansioso con las discotecas todavía cerradas.
Sin embargo, la capital británica no parece inmutarse ante el mes de espera adicional. En la zona de Covent Garden, donde se concentra gran parte de los teatros y locales de ocio de Londres, las terrazas llenas de los restaurantes conviven con el ajetreo de operarios que ponen a punto las salas de espectáculos y musicales.
"Para serte sincero, con el gobierno no sabes nunca por donde te van a salir", admite Daniel, mientras termina una sesión de fotos en medio de la calle para un anuncio de zapatos.
"Francamente, [el teatro] es un mercado muy grande, especialmente aquí en Londres. Si vas a la plaza de Leicester, está lleno de teatros", señala a Efe el publicista. "Quieres que abran porque es cómo se gana la vida mucha gente y este sector ha sufrido mucho por la covid. Creo que decir 21 de junio primero, que la gente se prepare para ello, y luego aplazarlo cuatro semanas más tarde es un poco injusto porque ya se estaban preparando y estas cosas cuestan dinero", añade.
Sin embargo, a pocos metros se encuentra una de las salas de espectáculos que podrá esquivar, al menos parcialmente, la lentitud del calendario.
Se trata del teatro Gillian Lynne, propiedad del laureado compositor Andrew Lloyd Webber, que se prepara para el estreno del musical de Cenicienta con la particularidad de ser una de las quince pruebas piloto de la covid-19, que puede contar con grandes aforos y sin verse afectado por la demora del último tramo de la desescalada, como también es el caso de las competiciones de Wimbledon y de la Eurocopa.
Entre los puestos de artesanía de Apple Market -antes ocupados por turistas de diferentes nacionalidades-, pasean tres vecinas de la localidad inglesa de Milton Keynes, a una hora en tren de la capital, que optaron por una escapada dentro del país para evitar las cuarentenas que se imponen a la vuelta de un viaje al extranjero.
"Creo que la gente ya no cree que las cosas pasarán en las fechas que dicen, así que si finalmente no pasan, ya no nos decepcionamos. Ya nos lo esperábamos", responde a Efe Emma, una de las jóvenes.
La misma respuesta la repiten Anne y Linda, ya con unas décadas más a sus espaldas y dos vacunas en el brazo. "No nos sorprendió que se aplazara cuatro semanas. Para nada", subrayan, mientras cruzan el puente de Waterloo.
A pesar de la prórroga para suspender todas las restricciones de contacto social, a partir del 21 de junio sí que se incorporarán algunos cambios, como la posibilidad de que acudan más de 30 personas a bodas y velatorios. EFE, Clàudia Sacrest