SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) publicó este año un informe que ofrece un análisis del estado actual de la calidad de la democracia en la República Dominicana, que viene bien volver a revisar ahora que el país está en vísperas de un nuevo proceso electoral.
El informe del PNUD fue publicado el 26 de marzo pasado a partir de la información disponible en bases de datos oficiales, de organismos multilaterales y de organizaciones internacionales de la sociedad civil, según se explica en él.
PNUD Calidad Democratica en RD. Lea aquí las 228 páginas del Informe
El análisis está antecedido de una aclaración: "Analizar la calidad de la democracia es una tarea de retos y riesgos. La democracia no es un concepto unívoco, por lo que resulta difícil seleccionar adecuadamente los indicadores para determinar su calidad. El esfuerzo, no obstante, es indispensable, ya que ofrece un parámetro para evaluar lo existente, proponer cambios y avanzar".
En términos regionales, ya el año 2004 el PNUD alertó sobre la necesidad de que los sistemas políticos dejasen de ser solamente democracias electorales, para incluir aspectos sustantivos decisivos, como la participación ciudadana. Esta es la base de su publicación de entonces "La Democracia en América Latina: Hacia una Democracia de Ciudadanas y Ciudadanos".
El informe de este año se detiene en un país, el nuestro, y hace una radiografía bastante cruda de la muy baja calidad de la democracia dominicana y lo hace en seis dimensiones de análisis: a) derechos políticos y el sistema electoral, b) derechos fundamentales, c) Estado de derecho, d) calidad de la gestión pública, e) calidad de vida y equidad social y económica y f) cultura política democrática.
En la dimensión de Derechos Políticos y el Sistema Electoral, el informe apunta a que entre los 24 países de América Latina y el Caribe, la República Dominicana se ubica en el lugar número 20.
Los indicadores con peores resultados aluden a la falta de autonomía del órgano electoral, la compra de votos y otras irregularidades en el proceso electoral.
También se reseña la censura y la autocensura de los medios de comunicación en temas tales como la corrupción, el origen del financiamiento privado de las campañas electorales, los vínculos clientelistas entre los partidos y sus bases y la falta de diversidad e inclusión, especialmente de mujeres, en puestos directivos de los partidos.