Santo Domingo, 16 oct (EFE).- La violencia contra mujeres y niñas debe ser enfrentada con penas más fuertes para los agresores, la lucha contra la pobreza, una mejor educación y salud sexual y reproductiva y la implicación de los hombres en el combate a ese flagelo, según la directora de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka

"Necesitamos del apoyo de los políticos, del sector privado, debemos combatir el círculo vicioso de la pobreza, de los embarazos de las adolescentes y de asegurarnos de enjuiciar a los agresores para acabar con la impunidad", dijo la sudafricana Mlambo-Ngcuka en una entrevista con Efe en República Dominicana.

La exvicepresidenta sudafricana, que hace dos meses sucedió en la dirección ejecutiva de ONU-Mujeres a la exmandataria chilena Michelle Bachelet, señaló que el futuro de un mundo próspero depende de que las mujeres jóvenes tengan acceso a salud y educación sobre sexualidad.

Mlambo-Ngcuka está convencida de que la 'tolerancia cero' contra la agresión a la mujer es una de las mejores iniciativas para combatir el problema.

Por ello, la funcionaria de la ONU demanda de los gobiernos su efectiva aplicación, además de lamentar de que, "muchas veces", la educación pública sobre salud sexual y reproductiva es ofrecida por personas "equivocadas".

La directora ejecutiva de ONU Mujeres considera muy importante suministrar información precisa y relevante a las niñas, aprovechando las tecnologías de la información.

"Reconocemos que a veces es difícil hablar con las niñas y niños sobre salud sexual y reproductiva; por esto las tecnologías de la información pueden cumplir un rol determinante en esta educación, y estamos colaborando con la Unesco en este sentido", agregó.

La funcionaria participó en un encuentro regional en favor de la mujer organizado esta semana por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en Santo Domingo.

Mlambo-Ngcuka elevó el tono de la voz al recordar el sombrío registro de que una de cada tres mujeres en el mundo es o será víctima de algún tipo de ataque físico o sexual durante su vida.

"En qué mundo vivimos cuando permitimos que esto suceda; debemos hacer algo drástico para reducir esto cuanto antes", exclamó, al relacionar tal situación con el Holocausto.

"Ese exterminio se produjo porque mucha gente buena no levantó sus brazos para impedirlo. Las mujeres buenas están haciendo mucho en favor de las mujeres, pero los hombres buenos no hacen lo suficiente (…) necesitamos el apoyo de los hombres para romper la perpetuidad de esta situación", expuso.

La funcionaria de la ONU consideró, además, que las mujeres necesitan independizarse económicamente para romper el círculo de la violencia, y que los niños deben ser educados cuanto antes para que al crecer sean conscientes del respeto que merecen las niñas.

"Trabajamos junto a otras oficinas de la ONU para lograr el empoderamiento de las mujeres, para que logren su autodeterminación, esto es una buena palanca para reducir el problema", afirmó.

Otra situación lamentable atañe a los padres y su comportamiento "tradicional" de no afrontar el abuso de sus hijas, por lo que abogó por un cambio de mentalidad que incluya a los políticos, de quienes lamentó permitan el abuso de sus propios pueblos, dijo Mlambo-Ngcuka.

"La educación pública, las tradiciones, la religión, los mitos (…) todo esto ayuda a perpetuar la violencia; necesitamos un cambio de pensamiento, necesitamos explicarles (a las mujeres y niñas) que no deben aceptar este comportamiento de la cultura de la violencia, que perpetúan la violencia", refirió.

En su primera visita a América Latina y el Caribe como directora ejecutiva de ONU-Mujeres, Mlambo-Ngcuka lamentó el incremento en la región de los crímenes contra la mujer por parte de sus parejas o excompañeros, así como de los embarazos en adolescentes.

"El ciclo de la pobreza se mantiene y expande con los embarazos de adolescentes, con matrimonios de niñas con hombres mayores; estas niñas no tienen la capacidad de decir cuántos hijos quieren tener, y la población pobre se agranda en un círculo vicioso interminable", señaló esta antigua luchadora contra el Apartheid en Sudáfrica. EFE