SANTO DOMINGO, República Dominicana.-La iglesia católica censuró a sus universidades, por estar más al servicio de empresas y grupos poderosos de la economía nacional que de e desarrollo humano y social de la población dominicana, al tiempo que criticó a las administradoras de riesgos de salud (ARS) por no atender a los enfermos que padecen enfermedades catastróficas y dedicarse sólo a la búsqueda de dinero.
Las críticas fueron vertidas en el tradicional Sermón de las Siete Palabras, pronunciado este viernes santo en la Catedral Primada de América, Santa María la Menor, de la ciudad de Santo Domingo.
“Algunas de nuestras universidades católicas parecen estar más en función de hacer mejorar y crecer las empresas de los tradicionales y grandes grupos económicos, que en el desarrollo humano y social de nuestras gentes”, expresó la iglesia católica en el sermón que fue leído por varios sacerdotes que participaron en la celebración eucarística.
Las universidades católicas dominicanas son la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCAMAIMA), la Universidad Católica Santo Domingo, la Universidad Católica Nordestana (UNE) la Universidad Católica Tecnológica del Cibao (UCATECI), el Instituto Loyola, entre otras.
"En la palabra “Todo está cumplido”, se criticó la censura y la autocensura que a juicio de la iglesia católica ocurre en los medios de comunicación del país, debido a los intereses de grupos económicos, que se conducen como “verdaderos dueños del país”.
“No podemos seguir gastando el talento de una formación de élites empresariales y económicas, cuyas estrategias no toman en cuenta los desafíos de la gente que no cuenta para quienes lo tienen todo y lo quieren todo”, advirtió.
Expresó que articular con una pastoral social integral sería una revolución, más enfocada en el desarrollo del ser humano que en la producción de riquezas para los ricos del país.
Asimismo, criticó a las empresas administradoras de riesgos de salud (ARS), por negarse, salvo excepciones, a atender a los pacientes con enfermedades catastróficas, y las acusó de únicamente afanarse en buscar dinero.
En la séptima y última palabra, “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”, el diácono Benito Moreno Santana, coordinador del colegio de diáconos de la Arquidiócesis de Santo Domingo, criticó al sistema judicial dominicano, porque supuestamente libera culpables y mantiene a inocentes en la prisión.
En el sermón, en la palabra “Tengo sed”, también fue denunciada la injusticia que padecen muchos dominicanos, que son explotados y sufren abusos, sin que ninguna autoridad les ayude ni defienda.
Asimismo, en la palabra “Todo está cumplido”, se criticó la censura y la autocensura que a juicio de la iglesia católica ocurre en los medios de comunicación del país, debido a los intereses de grupos económicos, que se conducen como “verdaderos dueños del país”.
Además de diácono Benito Moreno Santana, participaron en el sermón los sacerdotes Julio Cordero, de los paulistas, Antonio Lluberes, jesuita, y Bienvenido Colón, diocesano.