SANTO DOMINGO.-La Comisión Nacional de Pastoral de Migrantes de la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) exhortó al gobierno dominicano a “no dejarse provocar por los grupos extremistas antimigrantes que apuestan por el fracaso de la iniciativa del Plan Nacional de Regularización de Extranjeros (PNRE).
El organismo de la Iglesia Católica alentó a las autoridades dominicanas a practicar la clara voluntad política de Estado de continuar regularizando con dignidad y justicia social”.
En un mensaje emitido este domingo, en el cual se aboga por el diálogo entre República Dominicana y Haití, la Comisión Nacional de Pastoral de Migrantes de la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) expresó preocupación por la suerte de los miles -hijos e hijas de ascendencia haitiana-, nacidos y nacidas en República Dominicana, “clasificados como grupo B, acorde a la Ley RD de Naturalización #169-14”.
“Esta gente vulnerable, indefensa, empobrecida e indocumentada, espera por una solución justa, que le identifique como personas documentadas para la garantía de sus prerrogativas, con pleno ejercicio de ciudadanía”, precisó.
“No se saluda ni se felicita la negligencia, indolencia e indiferencia de autoridades, sean éstas haitianas o dominicanas, que dilatan y obstruyen el proceso de documentación para con los migrantes desprovistos de recursos y que confrontan dolorosos obstáculos, al momento de diligenciar sus papeles para inscribirse y completar sus expedientes”, expresó.
“Esta gente vulnerable, indefensa, empobrecida e indocumentada, espera por una solución justa, que le identifique como personas documentadas para la garantía de sus prerrogativas, con pleno ejercicio de ciudadanía”
Destacaron los integrantes de la Comisión de la CED que, en cambio, aguardan saludar y felicitar el cambio de actitud que conlleve facilitar a los migrantes la obtención de sus documentos.
En varias exhortaciones y advertencias ante las actuales tensiones entre los dos países citó al profeta Baruc (Ba. 2,12-13; 3,9-11.14.20; 4,2-4), como referencia bíblica inspiradora.
Subrayó la pertinencia de dotarse de sabiduría para no encadenarse en prisiones estúpidas, saliendo de las tinieblas y caminar hacia la claridad de la luz, para que resplandezca la justicia social en toda la isla.
“Adoptar la prudencia que nos hace generosos en la buena vecindad, cuidando de no dejarnos provocar por intereses inconfesos de fuerzas foráneas que apuestan por la conflictividad y la enemistad de nuestros pueblos caribeños-hermanos”, indicó.
Consideró que es necesario evitar que una ceguera alienada y ensordecida lleve a aventurar la ruta tenebrosa de una situación conflictiva bilateral de consecuencias imprevisibles.
Advirtieron que ese sería un pretexto-caldo de cultivo para el gobierno de Estados Unidos, que manipula y sabe usar la crisis.
Llamó a discernir para aprender dónde está la fuerza y la inteligencia, de manera que en Haití y en República Dominicana se llegue a proclamar “una nueva generación gozará de la luz del día y poblará la tierra, porque, de una vez por todas, recreados en la justicia social, todos los habitantes de la isla, con sus respectivos ordenamientos jurídicos justos, habrán alcanzado el ejercicio pleno de su dignidad”.
"Así, entonces, toda persona migrante o no migrante, podrá saberse hijo e hija del Dios Padre que nos quiere vecinos-hermanos en nuestros respectivos países".
Reivindica legados de Liborio y Charlemagne
Al final de la declaración, la Comisión Nacional de Pastoral de Migrantes de la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) expresó:
“1-El recién pasado 28-7-2015, se cumplió un siglo (100 años) de la 1ra. Invasión-Ocupación Militar de Marines EE.UU. a Haití; y 2-El 3-5-2016 se cumplirá el siglo (100 años) de la 1ra. Invasión-Ocupación Militar de Marines EE.UU. a Dominicana”.
"De esas dos groseras-amargas experiencias de terror y horror surgieron 2 modalidades intersolidarias, bilaterales, que se dieron la mano simbolizando la resistencia insular (Charlemagne Peralte, de Haití, y Oliborio Mateo, de República Dominicana).
“Ojalá que estos dos prohombres legendarios alimenten la memoria de la fraternidad solidaria bilateral, de manera que no nos cojan asando batata, que no nos enemisten, que no les dejemos sembrar cizañas entre nuestros dos países…”.