Santiago de Chile, 10 may (EFE).- La Conferencia Episcopal de Chile reiteró hoy que comparte "el dolor y la vergüenza" del Vaticano frente a los casos de abuso sexual en la Iglesia católica, previo a la reunión que sostendrá el papa Francisco con los obispos chilenos en Roma.

"Reconocemos que, a pesar de las acciones realizadas estos años por la Iglesia, no siempre se ha logrado sanar las heridas de los abusos, las que siguen siendo una llaga abierta en los corazones de las víctimas y para el pueblo de Dios", señaló la entidad en un comunicado.

El papa Francisco citó entre el 14 y el 17 de mayo a una treintena de obispos chilenos, para abordar las acusaciones de encubrimiento que pesan sobre el prelado de Osorno, Juan Barros, en torno a los abusos sexuales cometidos por el cura Fernando Karadima.

Según fuentes religiosas, este encuentro enmarca un momento decisivo para la Iglesia chilena, sacudida por casos de pederastia y denuncias respecto a la entrega de información errónea al pontífice.

Juan Carlos Cruz, una de las víctimas que el papa recibió y a quienes pidió perdón, ha señalado que el cardenal Errázuriz es un personaje "tóxico" para la Iglesia, entre otras cosas por haberse negado por años a investigar a Karadima después de oír las respectivas denuncias.

La Conferencia Episcopal valoró en la misiva la reciente reunión que Francisco sostuvo con tres de las víctimas de Karadima, en donde "la actitud del papa al acogerlos marca un ejemplo y nos muestra el camino que la Iglesia chilena está llamada a seguir ante las denuncias de abuso de poder".

El papa, que en enero pasado defendió a Juan Barros, convocó a los obispos chilenos tras recibir el informe del arzobispo maltés Charles J. Scicluna, quien viajó a Chile hace algunas semanas para atender a los testimonios de las presuntas víctimas de los abusos.

Tras leer el documento, que recoge 64 testimonios, Francisco reconoció haber cometido "graves equivocaciones de valoración" en el caso de Barros, especialmente por "falta de información veraz y equilibrada".

Juan Barros fue acusado en Chile de encubrir los casos de abusos sexuales cometidos por el influyente cura Karadima cuando este era párroco de la iglesia de El Bosque, ubicada en un barrio santiaguino y frecuentada por familias acomodadas.

Si bien el caso Barros es uno de los más controvertidos en este momento para la Iglesia chilena, la asistencia del obispo a Roma permanece aún en duda, pues se ha informado que el religioso está mal de salud y bajo estrés.

El cardenal Francisco Javier Errázuriz, arzobispo emérito de Santiago, en tanto, ha decidido no viajar a Europa junto al resto de los obispos, pese a su controvertido papel en los casos de abusos a niños.

Juan Carlos Cruz, una de las víctimas que el papa recibió y a quienes pidió perdón, ha señalado que el cardenal Errázuriz es un personaje "tóxico" para la Iglesia, entre otras cosas por haberse negado por años a investigar a Karadima después de oír las respectivas denuncias.

Además de Errázuriz y Barros, no viajarán al encuentro el obispo Andrés Arteaga, afectado de un párkinson avanzado; el arzobispo emérito de La Serena Bernardino Piñera, tío del presidente Sebastián Piñera, que tiene más de 100 años, y el cardenal Jorge Medina, arzobispo emérito de Valparaíso, también por su avanzada edad.EFE