SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Tras diagnosticar que Estados Unidos ha pasado por alto la “importante relación bilateral” con la República Dominicana, lo que ha llevado al país a recurrir a otros socios, en particular a China “en busca de asociaciones más fructíferas”, el analista estadounidense Daniel F. Runde identificó lo que denomina “prioridades compartidas” para revertir esta realidad.

Apuntalar la lucha dominicana contra la covid-19, la corrupción y los estragos de los huracanes y otros desastres naturales, son filones para recomponer lo dañado además del papel de influencia regional económica y política que puede consolidar el país con el apoyo estadounidense.

“En tan solo los últimos tres años, la República Dominicana rompió relaciones diplomáticas con Taiwán y las estableció con China, nación con la que ha firmado decenas de nuevos acuerdos económicos y culturales, recuerda Runde en un texto publicado esta semana por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS).

Daniel F. Runde es vicepresidente senior, director del Proyecto de Prosperidad y Desarrollo, y ocupa la Cátedra William A. Schreyer en Análisis Global en el CSIS en Washington.

Bajo el título EEUU tiene un socio clave en República Dominicana, el texto comienza por recordar que ambas naciones “comparten una larga historia que abarca la gobernanza, el comercio y las raíces poscoloniales”, y que con 2,2 millones de personas, la diáspora dominicana es la quinta población hispana más grande en esa nación.

Para Estados Unidos, la República Dominicana es su cuarto socio comercial más grande de América Latina y el Caribe y es el sexto destino para los turistas estadounidenses.

“Sin embargo, Estados Unidos ha pasado por alto esta importante relación bilateral. Como resultado, la República Dominicana ha recurrido a otros socios, en particular a China continental, en busca de asociaciones más fructíferas”.

El texto de Runde, que contiene algunas imprecisiones y carencias de actualización, traducido de manera no oficial prosigue:

Afortunadamente, el actual presidente dominicano, Luis Abinader, es abiertamente pro Estados Unidos, con vínculos personales que se remontan a su época como estudiante de posgrado en Massachusetts. Además, ha adoptado una postura más dura sobre China que las administraciones anteriores. Existe una ventana de oportunidad para que la Administración del presidente Joe Biden vuelva a comprometerse con la República Dominicana a través de las siguientes cinco prioridades compartidas.

El Caribe

La República Dominicana es una piedra angular en el Caribe debido a su ubicación estratégica, economía relativamente poderosa y buenas relaciones tanto con CARICOM como con los países centroamericanos. Se erige como un aliado importante y un modelo de progreso. Por ejemplo, mientras que en 1990 el PIB per cápita de la República Dominicana era de $ 991, comparable en ese momento al de Honduras ($ 993), El Salvador ($ 914) y Guatemala ($ 845), hoy la comparación no es ni siquiera cercana, ya que el PIB per cápita en la República Dominicana ha aumentado a $ 8.282.

El fenomenal crecimiento de la República Dominicana significa que brinda tanto lecciones como oportunidades para otros países de la región de la Cuenca del Caribe, que pueden aprender de la implementación efectiva del Tratado de Libre Comercio República Dominicana-Centroamérica, que contribuyó a triplicar el comercio con Estados Unidos desde que se firmó el acuerdo en 2004.

Las administraciones de Biden y Abinader tienen un interés en la seguridad y la prosperidad del Caribe y deben hacer de esto un elemento central en su compromiso bilateral. Como señaló el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en su testimonio ante el Senado, el Caribe es la tercera frontera de los Estados Unidos y debe ser tratado en consecuencia como una prioridad.

Porcelana

La República Dominicana ha girado cada vez más hacia China en los últimos años, como lo demuestra de manera más prominente la ruptura de las relaciones diplomáticas con Taiwán en 2018. Esta decisión sorprendió a muchos observadores internacionales, que habían visto a la República Dominicana como aliado de Taiwán. Hasta el día de hoy, la decisión es muy impopular entre la población dominicana, con un 71 por ciento apoyando el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Taiwán.

China incluyó a República Dominicana en su esfera de influencia con su diplomacia de "guerrero lobo" y valiéndose de la covid-19 -aprovechando la dotación de equipos de protección sanitaria personal y las vacunas- obtuvo favores diplomáticos. Por ejemplo, República Dominicana inicialmente excluyó a Huawei de sus redes 5G como parte de la Iniciativa de Red Limpia, pero luego revocó esta decisión debido a la presión de China.

COVID-19

Estados Unidos ha retenido decenas de millones de dosis de vacunas. En marzo, el presidente Abinader imploró al Gobierno de Biden que compartiera estas dosis con República Dominicana y otros países menos desarrollados. Hasta ahora, nada.

Mientras tanto, China llenó este vacío y el mismo mes de marzo efectuó un primer envío de 768.000 dosis de la vacuna Coronavac de su farmacéutica Sinovac a la República Dominicana. Sinovac presenta inquietudes no solo por su uso como herramienta diplomática en lugar de una muestra de buena voluntad, sino también por su índice de eficacia inferior al estándar -se estima en tan solo el 50,38 por ciento, según una evaluación– (ANEXO DE ACENTO: Sinovac genera respuesta inmunitaria en un 92.5 % luego de la segunda dosis) y su alto precio de US$ 29.50 por dosis.

Corrupción

Como muchos países de la región, la República Dominicana tiene un problema de corrupción endémica, y ocupa el puesto 137 de un total de 180 países en el Índice Global de Corrupción. Un ejemplo reciente y llamativo es el enredo de la administración del expresidente Danilo Medina en el escándalo de la multinacional Odebrecht. El gigante brasileño de la construcción admitió haber pagado 92 millones de dólares en sobornos a funcionarios políticos en República Dominicana.

La corrupción es aún más preocupante cuando se considera en el contexto de la creciente influencia de China en la República Dominicana. China tiene un patrón de invertir y otorgar préstamos a gobiernos corruptos y autoritarios sin pedir concesiones en materia de derechos humanos o gobernabilidad, calificándose como un socio comercial más fácil que Estados Unidos. China podría continuar con este patrón en República Dominicana, deshaciendo años de trabajo regional anticorrupción y exacerbando un problema de corrupción ya profundo.

Afortunadamente, la lucha contra la corrupción es una de las principales prioridades de las administraciones de Biden y Abinader. El presidente Abinader ha permitido que su fiscal general, Miriam Germán, lidere investigaciones independientes, incluso sobre su propia Administración lo que ya ha significado el arresto de al menos 10 funcionarios corruptos.

Mientras tanto, la lucha contra la corrupción es también un principio fundamental de la política exterior de la administración Biden. Su secretario de Estado, Antony Blinken, calificó a la corrupción como el "talón de Aquiles" del progreso global.

Cambio climático

La República Dominicana es uno de los países con mayor riesgo de desastres naturales en el Informe de Riesgo Mundial 2020 y sufrió un récord de 30 ciclones tropicales en 2020. Es particularmente vulnerable debido a su dependencia de las exportaciones agrícolas, que pueden ser completamente diezmadas por huracanes, inundaciones y deslizamientos de tierra.

La República Dominicana ha colaborado con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente para reformar sus sectores económicos más importantes en torno a la sostenibilidad.

Además, el presidente Biden destacó al Caribe como un área prioritaria para el financiamiento climático en el marco del plan climático de su administración. El cambio climático es un tema político clave para el presidente de Estados Unidos y una cuestión de supervivencia para el presidente Abinader. Las dos administraciones pueden encontrar fácilmente puntos en común sobre este tema.

Pasos de acción

Si bien el compromiso entre los dos presidentes debe guiarse por las prioridades compartidas descritas anteriormente, el resultado debe ser un objetivo tangible, como renovar y mejorar la Iniciativa de la Cuenca del Caribe (CBI) con la República Dominicana como socio clave.

Una CBI actualizada permitiría a ambas administraciones perseguir su interés compartido en el desarrollo y la seguridad en la Cuenca del Caribe, incluida la región prioritaria de la administración Biden, el Triángulo Norte. Al mismo tiempo, enviaría un mensaje claro al Gobierno dominicano de que Estados Unidos reconoce que es un socio valioso, solidificando la relación bilateral.