Hoy se cumple el 204 aniversario del nacimiento de Juan Pablo Duarte, el fundador de la República Dominicana, el padre del pueblo dominicano.
Con ese motivo invitamos a leer la siguiente reflexión:
La euforia patriótica que siguió al triunfo de la Restauración se realizó sin ensalzar a los hombres de 1844 y el derrotero político que tomó el país no fue el que soñaron los fundadores de la República Dominicana.
El deterioro de la justa apreciación de la labor patriótica de Juan Pablo Duarte viene entronizado en el mismo desarrollo de la historia del país. República Dominicana goza en Latinoamérica del extraño caso de tener dos independencias. La primera fue la de 1844, cuando se separó de Haití y se formalizó la creación de la nación que desde entonces se denominó República Dominicana; la segunda fue la que se obtuvo después de una cruenta guerra que duró dos años cuando el imperio colonial español reincorporó al país a su dominio después de que disfrutara siete años de vida independiente. Al culminar ambas independencias, la figura de Duarte no fue protagonista, y su participación en los hechos que se desencadenaron después fue totalmente nula.